Es tiempo de limpiarnos y
desnudarnos como la Madre Tierra, soltar lo que ya no es para abonar lo nuevo.
Nada se pierde, todo se
transforma.
Seamos receptivos a la energía
viva del universo.
Es tiempo de reflexión desde el
corazón. Cambiar la piel con ese dolor necesario.
Somos los agricultores de
nuestra vida, junto a quienes nos rodean.
Recuperemos el tiempo circular,
cualitativo y espiritual. Nada es lineal, resonemos en los caminos del Buen
Vivir.
María Ángeles Álvarez
Hermoso!
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