“Nos
tratan de ignorantes y subdesarrollados
porque
nos destruyeron. Arrasaron las raíces
y los
frutos de la cultura de América
(El
Dorado en sabiduría), y nos negamos
a
sobrevivir con la cultura del asesino:
la
razón y el fusil.
Fundieron
nuestros dioses en monedas de oro.
Nuestros
templos los convirtieron en bancos.
Nuestros
palacios en burdeles del poder tirano.
¡Monstruosa
iniquidad!
Los
blancos dominadores forjaron las cadenas,
silenciaron
nuestros cantos cósmicos
y
condenaron al fuego del olvido la deidad
que
custodiaba el destino
y
guiaba nuestros pasos por el astro: ¡la esperanza!
En su
avasallamiento salvaje nos secaron
las
fuentes de la tradición y la trascendencia,
y nos
forzaron a sangre y fuego
a la
deserción de nuestro ser. Mutilaron nuestros sueños.
Cuando
aullábamos de sed,
se nos
dio a beber en los cántaros secos del código penal y el evangelio romano:
el
saqueo de los vándalos del alma, la feroz
Inquisición,
teología de bárbaros.
Éramos
reyes y nos volvieron esclavos.
Éramos
hijos del Sol y nos consolaron
con
medallas de lata.
Éramos
poetas y nos pusieron a recitar
oraciones
pordioseras.
¡Éramos
felices y nos civilizaron!
¿Quién
refrescará la memoria de la tribu?
¿Quién
revivirá nuestros dioses?
¡Que la
salvaje esperanza siempre sea tuya,
querida
alma inamansable!”.
...........................................
Compartido por Ana Yvonne Pereira
...........................................
Compartido por Ana Yvonne Pereira
No hay comentarios:
Publicar un comentario