Como cada 30 de noviembre, hoy se festeja el día de una de las infusiones
preferidas de la Argentina. En esta nota, un recorrido por su historia y los
beneficios para la salud que conlleva su consumo.
Una de las mayores tradiciones argentinas encontró finalmente su
conmemoración nacional. Por eso, a partir de hoy y todos los 30 de noviembre se
celebrará en el país el "Día Nacional del Mate". Se trata de un
homenaje a una infusión que dejó una huella marcada en los vínculos de los
argentinos y demostró aportar numerosos beneficios para la salud.
"Lo queremos tanto al mate... Se convirtió en un ritual tan
incorporado a nuestras vidas que nos cuesta detenernos a observarlo, mirarlo,
olerlo y tocarlo. Es fundamental investigar y profundizar sobre esta infusión
para conocerla y disfrutarla mucho más", explicó Valeria Trapaga, primera
sommelier del mundo especializada en la cata de yerba mate.
El mate era una bebida consumida hace siglos por los pueblos
originarios guaraníes. Luego, su uso se trasladó a los colonizadores españoles
en la región y así se convirtió en una pieza fundamental de países
sudamericanos como Argentina, Uruguay o Paraguay.
En el país, las cifras del consumo del mate son elocuentes: una
investigación del Instituto Nacional de la Yerba Mate indicó que los
consumidores de la infusión ingieren un promedio de 100 litros anuales de
mate. Un número que deja en el camino a los 50 litros anuales promedio de las
gaseosas, a los 30 litros del vino y a los 34 de la cerveza. En tanto, cada
año se compran 240 mil toneladas de yerba mate, mientras que de café se compran
33.400 toneladas y 6 mil toneladas de té.
Como si fuera poco, uno de los grandes valores añadidos del consumo de
esa infusión es la consolidación de un ritual de plena índole social. El mate
es prácticamente sinónimo de una reunión de charla entre amigos, nexo conector
para estudiantes en una noche de preparación para un examen o testigo de una
charla histórica entre un padre y su hijo.
"Es un elemento que aparece en el medio de todas las diferencias,
acercándonos y rompiendo el hielo. Cualquier distancia que exista, se irá
diluyendo con cada cebada. Frente al mate somos todos iguales",
aseguró Trapaga.
Aporte a la buena salud
El mate contiene nutrientes y aporta diversos beneficios a la salud de
sus consumidores. En primer lugar, la mateína, su compuesto principal, tiene
propiedades energizantes que estimulan al sistema nervioso central, brindan
lucidez intelectual y aumentan la concentración.
Además, la yerba mate fue revelada como un antioxidante más potente que
el ácido ascórbico, de la Vitamina C. Los llamados polifenoles que contiene,
además, detienen el envejecimiento celular, ayudan a prevenir ciertos tipos de
cáncer, y aumentan las defensas naturales del organismo.
Como si fuera poco, el mate aporta al organismo las vitaminas A, B1, B2,
B3, B5, B6, C, E y hasta 15 aminoácidos. En cuanto a minerales, la yerba mate
aporta calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio y fósforo, mientras que sus
saponinas resultan un factor clave para la reducción del colesterol.
Cómo distinguir una yerba de calidad
Trapaga explicó la importancia de "aprender a percibir el mate con
los cinco sentidos y compartió las herramientas necesarias para enriquecer la
experiencia de consumo". Además destacó que "sólo de esta manera es
posible detectar si la yerba mate es de buena calidad o no". Trapaga
enumeró cinco puntos en donde cada sentido es el protagonista para reconocer la
nobleza del mate:
Vista: el color de la yerba tiene que ser verde claro con
tonalidades amarillentas; las hojas deben exhibir un aspecto limpio y parejo en
su color y formas, y los palos tienen que presentarse lo más enteros posibles.
Tacto: el polvo debe desprenderse fácilmente de la palma de la mano.
Olfato: debe sentirse un aroma a hierba seca con un leve dejo
tostado. Puede apreciarse pleno, puro y hasta complejo según sea su
procedencia; siempre deben encontrarse esas notas redondas que refieren a su
correcta maduración.
Oído: al tomar un puñado de yerba mate y presionarlo acercándolo al
oído, debe percibirse un crujido. Esto es algo virtuoso porque indica que dicha
yerba pasó por un buen proceso de secanza.
Gusto: en esta instancia logran fidelizarse todas estas
características y los aromas de boca deben enriquecerse con otros matices; es
decir, que aparezca un leve toque amargo es una característica agradable. Según
haya sido el tratamiento de dicha yerba, sus medios y finales de boca podrán
ser cortos, aterciopelados, dulces y redondos o largos, persistentes, profundos
y más salvajes.
Fuente: Infobae – 30 de Noviembre de 2.015
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