Se dejan ver al amanecer,
llevan a flor de piel los sueños.
Nadie los mira pero todos saben
que existen en algún lugar.
llevan a flor de piel los sueños.
Nadie los mira pero todos saben
que existen en algún lugar.
Llevan un traje
color de humo,
cenizas heredadas de un pasado
de niebla, una alegría a prueba
de la indiferencia y todas las voces
del silencio cantando en su voz.
cenizas heredadas de un pasado
de niebla, una alegría a prueba
de la indiferencia y todas las voces
del silencio cantando en su voz.
Juegan a ser invisibles, a llenar
espacios entre el olvido y el desamparo,
son material de estadística
y siempre miran a los ojos.
espacios entre el olvido y el desamparo,
son material de estadística
y siempre miran a los ojos.
Yo los miro y ellos
me miran
como reconociéndome,
como sabiéndome uno de ellos
que fue un día un cazador
de sueños y fantasías.
como reconociéndome,
como sabiéndome uno de ellos
que fue un día un cazador
de sueños y fantasías.
–Ha cambiado, dicen
y vuelven a su universo de cosas
de colores o al brillo opaco
de la luna en un charco.
y vuelven a su universo de cosas
de colores o al brillo opaco
de la luna en un charco.
Cualquier lugar es
su nido. Una terminal
de autobuses, una línea de subte, la calle
en todas sus intersecciones.
de autobuses, una línea de subte, la calle
en todas sus intersecciones.
No es fácil reconocerlos. De mañana
imitan ligeramente la voz de un pájaro
entre las hojas, no es fácil distinguir
entre el ave y ellos, saben camuflar
muy bien su existencia.
imitan ligeramente la voz de un pájaro
entre las hojas, no es fácil distinguir
entre el ave y ellos, saben camuflar
muy bien su existencia.
Para encontrarlos
hay que querer verlos,
solamente, sin leer otra cosa que los ojos
de un invisible, y esa es una tarea del alma.
Así, en cada una de las alas
del día los veremos posarse y volar.
solamente, sin leer otra cosa que los ojos
de un invisible, y esa es una tarea del alma.
Así, en cada una de las alas
del día los veremos posarse y volar.
Andan solos o en bandada. Llevan un mundo
en sus manos que ahora, en este lugar
de la realidad, se tienden a nosotros para
pedir ayuda.
en sus manos que ahora, en este lugar
de la realidad, se tienden a nosotros para
pedir ayuda.
Escrito: Cristhian
Espinoza
Fotografía:
GleiceOliveira Guarani-Kaiowá
LOS INVISIBLES
ResponderEliminarMuchas gràcias Christian por este hermoso poema a cientos de millas en el Atlàntico norte y la vieja Europa ha llegado tu mensaje tocando la llama de mi espíritu en silencio...porque aquí los nadie, los invisibles...nacen, penan y fallecen hermanando continentes..
ResponderEliminary así el Mediterráneo otrora mar y cuna de grandes y espléndidas civilizaciones...se ha convertido en tumba de pateras que intentan llegar al paraíso desde África...triste humanidad que invisibiliza porque así no se ahoga en el mar de las tristezas...♡♡♡