En las épocas de calor
(casi todo el año) los misioneros recurrimos a una bebida muy particular para
aplacar las altas temperaturas, hidratarnos, refrescarnos y de paso compartir
un agradable momento con los seres queridos: El tereré.
El tereré es claramente
una de las infusiones más populares en Misiones y forma parte de las más
diversas reuniones del día a día. Hay muchas versiones en cuanto a su origen,
algunos dicen que nació allá por 1930 en Paraguay, durante la Guerra del Chaco entre
Bolivia y Paraguay; otros sostienen que fueron los mensúes (esclavos
de los yerbales en el Paraguay y noreste argentino, hasta mediados del siglo
XX), que ante el temor de ser sorprendidos haciendo fuego para tomar el mate
por parte de los capangas (capataces), que al ver esto los torturaban
y los mutilaban; optaron por empezar a tomar el mate frío.
Una tercera hipótesis
afirma que el tereré, como infusión fría ya era bebido por los indígenas
guaraníes, en la época precolombina pero sin el uso de bombilla.
Al igual que el mate o
el mate cocido, esta bebida forma parte de los derivados de la yerba, que entre
otras bondades aporta energía, carbohidratos, azúcares, proteínas, vitamina C;
además de los aportes que contribuya lo que acompañe a la yerba mate que puede
ser jugo de frutas, hierbas medicinales, gaseosas, incluso té.
Se lo prepara con yerba
mate, agua y mucho hielo. Se puede optar por mezclar “yuyitos” medicinales
machacados, entre las cuales se destacan el cocú, menta, cedrón o salvia;
también se lo puede preparar con jugo de frutas cítricas o jugos concentrados,
gaseosas y todo lo que guste para agregarle sabor a la yerba. Pero, según la
costumbre se lo toma solo con yerba y agua.
Se puede beber en
cualquier o casi cualquier recipiente: vasos de aluminio, de vidrio, de madera,
revestidos con cuero, de plástico; las invenciones caseras: como latas de
gaseosa cortadas, frascos de edulcorantes y muchísimas ingeniosidades mas;
acompañados por una bombilla de alpaca, plata, oro, aluminio o de bambú; por
donde se succiona el brebaje.
La palabra tereré es
onomatopéyica y se refiere al sonido que emite el último sorbo de la bombilla.
Este sonido es tácitamente obligatorio dentro de la ceremonia del tereré, dado
que señala que se ha consumido todo lo que se ha servido, quedando el vasito
listo para servir a la siguiente persona.
Al igual que con el
mate, sólo se debe agradecer al que “ceba” cuando ya no se desea beberlo más.
La palabra “gracias” le indica al cebador que quien le ha devuelto el “vaso
tereré” ya no desea seguir bebiendo.
El tereré en nuestra
provincia se toma generalmente cuando hace calor; aunque algunos apasionados lo
hacen en cualquier época del año, en cualquier situación. El ritual para
cebarlo se lo realiza en ronda; entre amigos, familia, colegas, estudiantes,
pareja o sólo.
En cualquier lugar y en
cualquier horario se lo disfruta, Siempre!
Escrito: Joselo Riedel
Fuente: La Comunidad
( http://www.lacomunidad.com.ar/articulo/terere/)
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