Decenas de manifestantes invadieron este martes el área restringida de la cumbre climática de la ONU, en Belém (COP30), para protestar contra los efectos de la crisis climática en sus comunidades y en la salud de la población
Entre gritos y empujones, decenas de personas exigían poder ingresar a la sala que acoge la cumbre climática en la ciudad de Belém, en la Amazonía de Brasil.
Varios de ellos portaban pancartas y banderas con peticiones por los derechos sobre la tierra: "Nuestra tierra no está en venta", rezaba uno de los carteles.
En respuesta, las fuerzas de seguridad del recinto buscaron bloquearlos y utilizaron mesas para frenar la entrada. No obstante, estos sortearon los arcos de seguridad y accedieron ya de noche al vestíbulo de la gran carpa administrada por la ONU en la que se desarrollan las negociaciones climáticas.
La escena fue de caos porque numerosos miembros de las las delegaciones nacionales ya se disponían a salir del recinto. Pasados unos minutos, el equipo de seguridad de la ONU expulsó a los manifestantes de la zona.
"Personal de seguridad brasileño y de la ONU tomó medidas de protección para asegurar el lugar, siguiendo todos los protocolos de seguridad establecidos. Las autoridades brasileñas y de la ONU están investigando el incidente. El lugar está totalmente asegurado y las negociaciones de la COP continúan."
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha destacado a las comunidades indígenas como actores clave en las negociaciones de la COP30 de este año.
El impacto de la crisis climática en las comunidades indígenas.
En una entrevista aparte el martes, un destacado líder indígena declaró a Reuters que muchos miembros de las comunidades indígenas estaban molestos por los proyectos industriales y de desarrollo que se llevan a cabo en la selva.
Raoni Metuktire, también conocido como Jefe Raoni, instó a Brasil a empoderar a los pueblos originarios para la preservación de la Amazonía.
En pocas regiones se siente tanto el impacto del cambio climático sobre la salud que en la Amazonía, donde se ubica Belém y que en 2024 fue golpeada por una sequía histórica, agravada por múltiples incendios.
Aumentaron los casos de enfermedades respiratorias y también los de dengue, ya que la subida de las temperaturas acelera la reproducción de los mosquitos que transmiten el virus.
"Viví décadas en Belém y nunca tuve dengue; ahora todo el mundo lo contrae... se ha convertido en una enfermedad urbana", afirmó a EFE la manifestante Lena Peres, una infectóloga de 63 años que trabaja para el Ministerio de Salud brasileño.
Fuente:
France 24 - 12 de Noviembre de 2024.
https://www.france24.com/es/medio-ambiente/20251112-manifestantes-irrumpen-en-la-sede-de-la-cop30-en-brasil-y-se-enfrentan-con-los-guardias
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