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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Germán Acosta: padre, docente, guía y otros significados de ser Cacique mbya



Con 37 años fundó hace más de una década la idea Tavá Mirí, un refugio en San Ignacio para familias que comparten todo y sobre todo las ganas de que la cultura mbya persista.

En un mundo hiperconectado, donde se expanden cada vez más las grandes ciudades y el acceso a la información es inmediato, formar parte de un pueblo originario es muy difícil, pero mantener viva su cultura y su legado frente a las generaciones más jóvenes es un desafío aún mayor. Este es el gran proyecto de los caciques mbya que buscan que su cultura sobreviva al paso del tiempo, como lo hizo por siglos.

En ellos recae una enorme responsabilidad por su carácter de padres, abuelos, guías, mediadores, educadores y guardianes de su cultura.

Así se constituye la historia de Germán Acosta, el cacique de “Tavá Mirí”, una comunidad de San Ignacio, que significa en español “pueblo chico”, pero que de pueblo chico tiene poco, porque es hogar de once familias y cerca de 80 personas, de las cuales la mayoría son niños y niñas.

Se levanta temprano y sale para Posadas donde trabaja en un Ministerio como técnico territorial, enseñando a las aldeas del interior a sembrar y crear sus huertas contribuyendo a su soberanía alimentaria. Luego, vuelve a San Ignacio, y trabaja como educador en la escuelita satélite de la E.I.B. 44, donde enseña lengua y cultura mbya a los más chiquitos, que aprenden con dibujos las primeras palabras en guaraní. Así es su rutina, un trabajo de ocho horas e incluso más.

“La función del cacique dentro de la comunidad es ver la necesidad de sus habitantes, trabajar para ellos, mediar en los problemas y en las inquietudes que surjan. Yo estoy para ayudarles en todo, desde lo más mínimo hasta lo más complejo”, narró a PRIMERA EDICIÓN el cacique que, con tan solo 37 años, es padre de cinco jóvenes y niños; y abuelo de Cristian Gabriel, el bebé de la aldea.

Cuando nuestros niños crezcan no les podemos obligar a quedarse en la aldea, pero sí les inculcamos el compromiso de llevar consigo siempre la cultura mbya”.

Son tres las formas de convertirse en Cacique, la primera fundando una propia comunidad como lo hizo Germán, la segunda es si un Cacique se va y deja su cargo, y la tercera mediante una votación en asamblea. Todo para llegar a ser la persona que ocupará el rango más alto, y a la que se le infundirá máximo respeto: un respeto que no significa temor, sino afecto y admiración como lo muestran los niños de Tavá Mirí cada vez que se refieren a Germán.

“Yo creería que voy a estar con ellos hasta mis últimos días, si no pondría a alguien de mi confianza así el día que yo me canse, la aldea siga el camino que yo le enseñé”, explicó.

Enseñanzas tales como que los chicos no salgan de la aldea solos, que recaiga en los adultos la tarea de salir a buscar lo que se necesite adentro; y segundo que, cuando crecen, si quieren migrar a la ciudad, no olviden sus raíces.

Un sueño: formar la primera Escuelita de Canotaje Mbya

Para que sientan la comunidad como un refugio por naturaleza y elección, surgió de Germán una idea que lo destacó entre los demás caciques: conformar la primera Escuelita de Canotaje Mbya para niños y jóvenes. “Es un proyecto que surgió para volver a conectarnos con nuestros orígenes en el agua, como nuestros abuelos que estaban siempre en el río, remando y pescando. La idea es volcar eso buscando la forma de acaparar la atención de los niños”, expresó.

Es así que, con la colaboración del club vecino, que prestó de forma solidaria los kayaks para que los niños mbya practiquen, comenzó la Escuelita; primero con cinco niños y hoy ya con 16 que se turnan para largarse al agua bajo la supervisión de Germán.

A su vez el proyecto tiene como finalidad, aparte de fomentar el ejercicio físico, que el disfrute del tiempo libre de los niños y jóvenes no dependa del wifi, el celular, la televisión y otros dispositivos que no tienen, mientras se recupera la tradición milenaria de mantenerse cerca del agua.

“El legado que espero dejar a Tavá Mirí cuando no esté es que no dejen de seguir el camino mbya que estamos transitando juntos, que sigan llevándolo con orgullo y dedicación y que no dejen de luchar por nuestra cultura, identidad. Hoy el desafío es muy grande pero no es imposible”, finalizó.

Fuente: Diario Primera Edición / Posadas - 6 de Septiembre de 2022

https://www.primeraedicion.com.ar/nota/100631386/german-acosta-padre-docente-guia-y-otros-significados-de-ser-cacique-mbya/

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