“En el año 1923, cuenta Silvana, llegó un sacerdote ucraniano de nombre Tijón Hnatiuk a una localidad llamada Tres Capones en la provincia de Misiones, trayendo semillas de camellia sinensis como obsequio para su familia. Su hermano Wladimir se encargó de sembrarlas y de las cuales obtuvo varias plantas y las pudo multiplicar. Lo que dio origen en los años 30 a una buena cantidad de plantaciones de té. Ya para los años 50 empieza a ser un producto que se planta masivamente.”
La siguiente pregunta, ¿Qué es la Ruta del Té? “Es una marca registrada donde el visitante puede conocer en profundidad la cultura del té, desde la plantación, pasando por todo el proceso productivo hasta que se sirve en una taza para degustarlo.”
La entrada de bienvenida al emprendimiento es un paisaje sin igual con las plantaciones de té a un costado y un hermoso lago del otro, rodeado de árboles que se elevan desde el característico suelo rojo misionero. Siguiendo el camino, se llega al corazón del complejo donde destaca una construcción de madera al estilo inglés que data del año 1890 y que perteneció a una familia inglesa. La casa fue restaurada y funciona como sector de degustación y venta de los productos allí elaborados.
La casa del té invita al disfrute, la reflexión y el descubrimiento, ya que en ella se puede percibir la historia vivida a través de sus paredes, muebles y vajillas; asimismo la mesa vestida tan delicada y sofisticadamente hace que la degustación sea un verdadero ritual ceremonial.
En el lugar hay además unos Jardines de Té, donde se pueden aprender sobre los métodos y tipos de recolección de las hojas; y una fábrica a escala donde se realiza la elaboración del té en hebras.
Ante la pregunta: ¿cómo pasó de propiedad del matrimonio inglés a lo que hoy es la Ruta del Té?, Silvana respondió que, “en el año 1931 desde Rusia llega a la Argentina, Basilio Okulovich y se instala a 20 km de la ciudad de Oberá en Campo Viera (Misiones) y con arduo trabajo, en una tierra bendecida, comienza a plantar las semillas de camellia sinensis, tarea que pasa de padres a hijos logrando ser uno de los mayores productores de té en América y exportadores a distintos países como EEUU, Chile, Alemania, Kenia y Países Bajos. Hace 5 años la propietaria original del lugar donde nace la Ruta del Té, debido a su avanzada edad, decide vender y es comprada por la familia Okulovich, quien continúa con la producción de esta planta milenaria y además apuesta a la elaboración de un té gourmet, un té en hebras de mejor calidad y elaboración.”
Ante la consulta de ¿cuáles son las actividades que se desarrollan, ahora en tiempo de pandemia?, Silvana respondió: “nuestras actividades están pensadas y elaboradas en función del tiempo y el interés de los visitantes. De las 6 actividades que ofrecemos: Momentos de té, Degustación, Visitas, Día de té, Almuerzo 3 pasos y Elaborar tu propio té, no estamos realizando los 2 últimos, ya que no encuadran dentro de ningún protocolo de seguridad. Sí los anteriores, donde se puede cumplir con el uso del barbijo, el distanciamiento social, las actividades al aire libre y los grupos pequeños. Además, estamos trabajando con agencias de viajes para una mejor organización en las reservas.”
En conclusión, la Ruta del Té es un lugar único en Misiones donde el visitante puede disfrutar de la naturaleza, realizar actividades al aire libre, conectarse con la cultura del té (su historia y tradiciones), consumir la infusión desde sus diferentes matices en una experiencia sensorial única, pudiendo asimismo descubrir las distintas variedades del té y sus blends2; a través de ella percibir la suavidad de un té verde muy fresco con flores de jazmín y frutas tropicales como el mango o un té negro terroso, más intenso con un poco de canela, frutos rojos, yerba mate y hojas de oliva, por mencionar algunas mezclas que la casa recomienda.
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