Un
postre ideal, para tenerlo en la heladera para sorprender a visitas inesperadas.
Ingredientes
1
Zapallo.
Cal
viva o cenizas.
Azúcar.
1
vaina de vainilla.
Clavo
de olor.
Preparación
Pelar y cortar el zapallo en cubos.
Poner el zapallo en un bol, llenar hasta
cubrir de agua fría.
En otro bol disolver 50 gramos de cal
viva en dos litros de agua. Con un cucharón, sacar del agua con cal 3 veces y
descargar en el bol del zapallo cubierto con agua o con cenizas y repetir el
mismo procedimiento. Dejar así reposando entre 3 y 4 horas. El efecto que la
cal tendrá sobre el zapallo lo van a notas más tarde cuando lo hiervan. Quedará
firme, hasta duro por fuera, y cremoso por dentro.
Al
cabo de este tiempo, lavar bien bajo mucha agua, unas 4 o 5 veces. Hay que
sacarle toda la cal. Van a notar que están como ásperos por fuera, es parte del
efecto de la cal.
Poner agua en una olla al fuego, cuando
rompa hervor echar los cubos de zapallo. Dejar hervir unos 20 minutos hasta que
estén cocidos. Sacar del agua, filtrar. Luego agregar el azúcar
Cuando los cubos de zapallo ya estén
tibios, pincharlos en todos sus lados con un tenedor.
Poner el azúcar con abundante agua en
una olla y la vaina de vainilla. Agregar los cubos de zapallo y llevar al
fuego.
Dejar hirviendo a fuego suave un buen
rato. El zapallo debe quedar transparente, y el almíbar espeso. Puede tardar
varias horas, dependiendo del agua que le agregaron, el tamaño de los cubos, la
intensidad del calor.
Una vez haya tomado el punto deseado
enfrascar en caliente. Asegurarse que la especia que hayan usado para
infusionar caiga en el frasco y quede bien tapada con el almíbar.
Consumir bien frío, con helado, postres
de chocolate, con frutas secas, con quesos blandos…
Fuente: Visitemos Misiones
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