Hay
cerca de 7,032 kilómetros entre Bamako, la capital de Mali, y Antananarivo, la
capital de Madagascar. Pero los dos países (y sus vecinos) tienen una herencia
bantú común: el antiguo juego de estrategia conocido como “awalé”.
La
filosofía del awalé tiene dos principios:
«Sembrar cómo es debido si se quiere cosechar como es debido.»
«Quien espere recibir, debe aprender a dar.»
Las tiradas se desarrollan en 2 fases: sembrar y cosechar.
Se
juega sobre un tablero con un número variable de agujeros.
Los agujeros es
donde se siembra y donde se cosecha.
Las
fichas de los Manqala (normalmente semillas) son indiferenciadas, todas
iguales. Y no pertenecen a ningún jugador. Se aplica el dicho “Las semillas son
de quien las necesita. Quién mejor siembra, mejor cosechará”.
En
el awalé hay 2 normas sagradas:
“No
se puede eliminar al adversario”. Se entiende que cuando se destruye al
adversario, también se detruye la tierra que él cultiva. Quien lo hiciera por
error, perdería la partida. Se aplica el dicho “Quien destruye la tierra donde
cosecha, no podrá cosechar nunca más”.
“No
se puede dejar pasar hambre al adversario”. Esto significa que si nuestro rival
se queda sin semillas, debemos ceder de las nuestras para que pueda seguir
jugando.
Si quieres jugar online, lo puedes hacer en:http://www.awale.info/joc/es/index.html
Fuente:
Una Antropóloga en la Luna
Hermoso juego, reflejo de la vida de la tribu !!
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