Desde el principio hubo tambores que marcaban
el ritmo del mundo: el sonoro oleaje incesante de la playa; las cuatro
estaciones sucediéndose una a otra; cuando llegan las aves, cuando se van, el
oso que pasa hibernando su sueño invernal. Insondable el porqué, pero todo en
el momento exacto. Observa el latido del corazón en tu muñeca, el redoble
preciso del tambor de la vida: si pierde el ritmo, enfermas.
Jimalee Burton, Indio Cheroqui
Fuente: La conciencia de los Indios
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