La mitología pascuense, cuenta que
en un mítico continente o isla llamado Hiva, los antiguos sabios (maori) habían
pronosticado que se hundiría la tierra de Hiva, posteriormente se dice que la
subida de las aguas causó muchas muertes, y en las generaciones siguientes se
construyeron canoas para escapar de la isla y encontrar nuevas tierras.
Fue en este contexto que se dice,
que sucedió que el dios Make-Make se le apareció en un sueño a el sabio Hau-Maka;
para que el ariki Hotu Matu'a supiera que era su destino viajar hacia la Isla
de Pascua; es decir, a Mata ki te Rangi (Ojos que miran al Cielo).
Primeramente el ariki habría enviado
siete exploradores a la nueva tierra, para reconocen lo visto por Hau-maka.
Estos exploradores habrían sido dos hijos de Hau-maka: Ira y Raparenga; y cinco
hijos de Huatava (hermano de Hau-maka) : Ku’u Ku’u, Ringi Ringi, Nonoma,
U’ure y Mako’i la isla es llamada "Te pito o te kainga" (Ombligo o
punto extremo de la matriz).
Posteriormente, luego de la
exploración, Hotu-Matu´a junto a su familia y su séquito llegaron a la isla en
dos grandes pahi (canoa doble). Sin embargo Ira y Raparenga, quienes se habían
quedado esperando al rey, al verle que se aproximaba le gritaron que aquella
tierra no era buena ya que en ella crecía mucha maleza; a lo que el rey les
contesta que eso no importaba ya que en su tierra también crecía maleza,
refiriéndose a las inundaciones que lo arrasaban todo.
Fue así como desembarcó el Ariki
Hotu Matu'a, el primer rey de la isla, junto a su mujer y a su hermana Avarei
Pu´ en la playa Anakena, donde fijaría su real residencia. Posteriormente, con
todos los ritos y bendiciones correspondientes, dividió la tierra entre él y su
hermana. Además habría asigna la mesetas del Poike, a los prisioneros Hanau
Momoko (orejas cortas); quienes en la tierra de Hiva habrían sido derrotados y
también traídos a la isla. Desde entonces la isla recibió el nombre de Te pito
o te henua (Ombligo de la Tierra).
Antes de morir, Hotu Matu'a habría
dividido la isla entregándole una parte a cada uno de sus hijos para que estos
formaran sus propias tribus o mata.
La leyenda de los siete exploradores
Un ejemplo es la leyenda de los
siete exploradores, a partir de la cual se han deducido muchos hechos.
Los historiadores han aceptado la
existencia de Hotu Matúa y las circunstancias de su llegada a la Isla de
Pascua. Y en este marco analizan el relato de los siete exploradores:
El mito señala que, precediendo al
viaje de su rey y por instrucciones de un vidente, siete navegantes llegaron a
la isla buscando un lugar adecuado para instalarse y sembrar "ñame"
(tubérculo base de la alimentación de los inmigrantes). Dos de ellos traían,
además, un moai y un collar de madreperlas, que escondieron y que luego dejaron
abandonados cuando regresaron a su tierra de Hiva. Sólo un explorador se quedó
en la isla.
Otros deducen además, que los siete
exploradores simbolizan a siete generaciones que habitaron el lugar; o tal vez
a siete tribus inmigrantes, de las cuales sólo una sobrevivió y se mezcló con
la gente de Hotu Matúa.
Los hechos han permitido establecer
que el rey Hotu Matúa murió 20 años después de su llegada a la isla y que le
sucedió su hijo mayor, Tuu Maheke. El último de esta dinastía fue Gregorio o
Roroko he tau, llamado también el rey niño, que falleció en 1886, y aunque los
pascuenses gustan de pensar que la sucesión dinástica no tuvo desvíos ni
interrupciones, hay varios indicios de que el linaje dinástico tuvo muchas
alteraciones.
Make-Make, creador del mundo
Make-Make había creado la Tierra,
animales y plantas, pero como se sentía solo, pensó en crear un ser que hablase
y pensase igual que él. Fecundó la piedra, sin resultados. Fecundó el agua y
creó los peces. Fecundó entonces la tierra y nació el hombre. Contento con su
creación, se dio cuenta de que el hombre necesitaba compañía y así nació la
mujer.
Fuente: Iorana Hai Mahatu Ote Rapa
Nui
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