Al alba,
saluda al sol. Cae la noche y trabaja todavía. Anda zumbando de rama en rama,
de flor en flor, veloz y necesario como la luz. A veces duda, y queda inmóvil
en el aire, suspendido; a veces anda borrachito, de tanto beber las mieles de
las corolas. Al volar, lanza relámpagos de colores.
Él condujo la larga peregrinación de los toltecas hacia la ciudad sagrada
de Tula, antes de llevar el calor del sol a los aztecas.
Como capitán
de los chontales, planea sobre los campamentos enemigos, les mide la fuerza,
cae en picada y da muerte al jefe mientras duerme.
Como sol de
los kekchíes, vuela hacia la luna, la sorprende en su aposento y le hace el
amor.
Su cuerpo
tiene el tamaño de una almendra. Nace de un huevo no más grande que un frijol,
dentro de un nido que cabe en una nuez. Duerme al abrigo de una hojita.
Eduardo
Galeano.
Video: La Danza de los Colibríes.
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