Concebir palabras enviadas por los dioses es la mayor y más alta actividad
del Guaraní, que se definirá en su verdadera personalidad no sólo por los hijos
recibidos, sino sobre todo por las oraciones y los cantos rituales concebidos.
Hay en cierto modo una “identificación mística” entre las almas enviadas a
la tierra para que se (re)encarnen y los cantos, que el individuo recibe como
dádiva del mundo sobrenatural y que le sirven para, en cualquier situación,
ponerse en contacto con las divinidades y tener consolación religiosa.
Fotografía: Odan Jaeger |
El sueño es para el Guaraní la actividad privilegiada para que se reciba
una oración, y la oración es la forma superior de la palabra, fuente de
conocimiento y fuerza para la acción. El poder y el prestigio del Guaraní está
en la palabra, sobre todo en la palabra rezada ritualmente, y ésta depende
directamente del sueño. Parece que el Guaraní no se siente seguro cuando no
soño previamente lo que ha de ser hecho. Las grandes migraciones por ejemplo,
que constituyen los hechos históricos más relevantes de los Guaraní, no se dan
sin haber sido soñadas previamente.
Fuente. El Guaraní – Experiencia Religiosa – Bartomeu Melia
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