Hoy las costas de las Américas rinden homenaje a Lemanyá.
Esta noche, la diosa madre de los peces, que hace siglos vino del África en los barcos de esclavos, se alza en la espuma y abre los brazos. La mar le lleva peines, cepillos, perfumes, tortas, golosinas y otras ofrendas de los marineros que por ella mueren de amor y de miedo.
Xangó, su hijo, que desata las lluvias del cielo;
Oxumaré, el arcoíris, guardián del fuego;
Ogún, herrero y guerrero, peleón y mujeriego;
Oshún, la amante que duerme en los ríos y jamás borra lo que escribe, y Exü, que es Satanás de los infiernos y también es Jesús de Nazaret.
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