En las provincias del Nordeste argentino y en gran parte del Paraguay existe un ave a la que se conoce como el «rey de los pajaritos». Le dicen así porque su canto supuestamente hipnotiza a emplumados de otras especies a los que devora sin que puedan escapar. Su particular forma de conseguir alimento inspiró una leyenda que fue pasando entre generaciones y sigue más que vigente en la región. Pero es también el motivo por el cual se convirtió en un animal perseguido, víctima de maltrato y el mascotismo. Esta es la historia del cabureí, otra lechuza que carga con el peso de la superstición.
Los relatos que circulan en Corrientes coinciden en que la leyenda del cabureí es de origen guaraní. La versión más difundida se remonta al origen de todas las especies y la eterna rivalidad entre el bien y el mal. Relatan que el cabureí fue el ave más hermosa que creó el dios Tupâ y que fue dotada con un canto tan bello, que ningún animal podía dejar de escucharlo.
Pero también dicen que el diablo, Añá, celoso de la creación, lo maldijo. Así, las plumas del ave se opacaron y su canto se transformó en un sonido agudo y poco agradable que, sin embargo, seguía atrayendo a las otras aves. Y como el maleficio lo convirtió en un ser malvado, comenzó a usar ese poder para atraer y matar a otros animalitos. Así, con esa mezcla de magia y misterio, los primeros habitantes identificaron a esta lechuza.
El relato fue variando con el paso del tiempo, pero en cada versión se relaciona esa supuesta atracción que ejerce hacia otras especies con un poder misterioso. De ahí que lo identificaron también con un brujo y con el temido y deseado «payé». Ese fue el comienzo de su persecución porque asociaron estas historias a sus plumas, que dicen que atraen todo lo que el hombre desea: «suerte en la vida, protección contra los peligros y atracción en el amor», según el relato popular.
CODICIA Y DEPREDACIÓN
Los payeseros, como se conoce a las personas que hacen el payé (embrujo), ocupan las plumas del cabureí para fabricar un amuleto. Este elemento tiene para los creyentes, el poder de atraer la suerte en el juego y también en el amor. Por eso no es de extrañar que sea un elemento muy demandado.
Lamentablemente, la demanda de amuletos trajo aparejada la cacería de la pequeña ave, reconocida como la rapaz más pequeña del país. Los cazadores las matan para obtener una mayor cantidad de plumas, que luego venden a precios elevados. Los que no las matan, las capturan y las tienen encerradas en jaulas porque se cree también que su sola presencia en el hogar le trae buena suerte y protección a los moradores.
REALIDAD
Pese a la creencia, los datos de la biología dicen que las otras aves no son hipnotizadas, sino que se acercan en bandadas al cabureí para delatar su presencia, ya que es un pequeño depredador. Para desgracia de esta pequeña lechuza, ese dato llegó demasiado tarde, cuando el mito ya era mucho más fuerte.
Un comercio ilegal que se adapta a la tecnología y lucra con la creencia popular
Los mitos y las leyendas siguen muy vigentes en la cultura popular. Tienen todavía más fuerza pese a que los avances científicos y tecnológicos van echando luz sobre muchas creencias. En caso del cabureí, esto se refleja en la adaptación que fue teniendo el comercio ilegal de sus plumas.
Hasta hace un tiempo, los creyentes iban a la casa de los payeseros para pedirle los amuletos, o se dirigían a determinados lugares públicos o ferias populares, donde podían encontrar las plumas a la venta. Ahora, sin embargo, ni siquiera hace falta que salgan de sus casas.
En el espacio digital Mercado Libre se pueden encontrar ofertas de plumas de la pequeña lechuza. Los precios varían pero, por lo general son elevados porque prometen lo que los payeseros prometían desde antaño. «Lechuza que se la reconoce como portadora de buenas energías y tiene gran connotación espiritual. Las leyendas que le otorgan sus poderes mágicos están relacionadas con la eterna lucha entre el bien y el mal, por lo que las plumas del cabureí también son utilizadas para encantar a las personas tanto para atraer su amor como para tornar las situaciones en favorables a nuestros deseos», dice en la descripción uno de los vendedores que aparece en el buscador de la página.
Se trata de un comercio ilegal, porque se trata de partes de un animal silvestre. Pero ante la ausencia de regulación, la oportunidad está dada para los avivados.
Fuente: https://www.diarioellibertador.com.ar/la-leyenda-que.../....
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Compartido por Enrique Hopman
Efemérides Políticas, Históricas, Sociales y Culturales.
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