Honro tu rareza, porque es el reflejo sublime de toda tu bendita autenticidad.
Agradezco tu rebeldía, porque es el espejo interno de tu coherencia en el pensar, en el hacer y en el ser.
Bendigo tu existencia, porque eres tan único, especial, espacial y mágico, como pocos... aunque quizás como muchos.
Respeto tu silencio y soledad, que me hace intuir todo ese proceso profundo por el que vives hoy.
Creo en tu desapego, que sé que te hace libre y feliz, más allá de todo y más allá de mí.
Y amo tu locura, porque me hace ver que el mundo tiene muchas otras formas, de las que uno, en algún momento desconoce.
Rishima Lemuria
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