Que siempre puedas llevarla.
Que no te la roben ni lastimen.
Tu aprendizaje tiene raíces ancestrales,
ramas pobladas de aves,
y espíritu salvaje.
Algún día será la educación
que intentaremos compartirle
a nuestros hijos.
Te acercaste a mostrarnos
lo que no sabemos ver.
No te ocultes en el monte.
Ni te pierdas en la ciudad.
Iremos a devolverte la mirada.
Buscarás allí tu selva
y estará esperándote.
No es fácil prometerlo.
Llevás la selva en tus ojos.
Corriste a darnos el mensaje.
Ahora flota en el aire.
Es septiembre y la esperanza
se prepara para florecer.
Patricio Sutton
(Este niño apareció en medio de un grupete de pequeños que acompañaba curioso cada paso que dábamos en Tekoa Ivyrá Poty, Misiones. Su mirada fue única, directa y profunda. Lo menos que podía hacer era recordarlo y tratar de expresar algunas palabras. No me importa si no riman. No soy un poeta, soy sólo un peregrino, un simple mensajero, incapaz de guardarme lo que debe ser compartido).
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