Hatuey fue un cacique taíno proveniente
de la isla de La Española que
luchó contra los conquistadores españoles (en las actuales República Dominicana, Haití y Cuba.
Es conocido por el título histórico honorífico de Primer Rebelde de
América.
Arribó a la Isla de Cuba después
de ser expulsado por los españoles de su natal Quisqueya (isla
dividida hoy en dos estados diferentes: Haití y República Dominicana). Entró en
contacto con las diferentes tribus de indígenas taínos
que había en el territorio oriental de la isla y les aconsejó que se preparasen
para la lucha contra los españoles. También les comunicó que se deshicieran de
todo el oro que
poseyeran a los ríos porque ese era el dios de los blancos. Después puesto al
frente de todas las tribus de la región comenzaron a atacar a los españoles que
comenzaban a asentarse en Baracoa.
Bartolomé de Las Casas, más tarde atribuyó el
siguiente discurso a Hatuey. Mostró los Taínos de Caobana una canasta de oro y
joyas, diciendo:
"Este es el Dios
que los españoles adoran. Por estos pelean y matan; por estos es que nos
persiguen y es por ello que tenemos que tirarlos al mar... Nos dicen, estos
tiranos, que adoran a un Dios de paz e igualdad, pero usurpan nuestras tierras
y nos hacen sus esclavos. Ellos nos hablan de un alma inmortal y de sus
recompensas y castigos eternos, pero roban nuestras pertenencias, seducen a
nuestras mujeres, violan a nuestras hijas. Incapaces de igualarnos en valor,
estos cobardes se cubren con hierro que nuestras armas no pueden romper."
Principales acciones
Hatuey ordenó a sus hombres que se dividiesen en
pequeños grupos y comenzasen a atacar a los españoles por sorpresa, valiéndose
de palos, piedras y flechas. Pero los españoles, dirigidos por Diego Velázquez, que conocía las tácticas
de los indios, se dedicaron a erradicar poco a poco a cada uno de los grupos
rebeldes apoyándose en una abrumante superioridad tecnológica (perros
rastreadores, armas de fuego, ballestas y
corazas). Paulatinamente fueron siendo exterminados los indígenas, hasta que
mediante la delación de unos prisioneros logran aprehender a Hatuey.
Muerte
Hatuey fue condenado a
la hoguera,
castigo reservado a los más viles criminales. Pero cuando estaba a punto de ser
quemado, al preguntársele si quería convertirse en cristiano para subir al
cielo preguntó:
"¿Y los cristianos
también van al cielo?"
y al recibir una
afirmación dijo luego el cacique, sin más pensar, que:
"No quiero yo ir
allá, sino al infierno, por no estar donde estén y por no ver tan cruel gente.
"
Su ejemplo demostró una
gran valentía y decisión al intentar luchar en inferioridad contra un enemigo
mucho más poderoso, este ejemplo sería retomado más tarde por el cacique Guamá.
Actualmente se acepta que
la quema de Hatuey se llevó a cabo en un lugar ubicado en la actual provincia de Granma, perteneciente a la zona de
la parte oriental de Cuba. La información procede de una carta de relación
firmada por Diego Velázquez.
En el poblado de Yara, en las márgenes del
río del mismo nombre, y en el supuesto lugar donde mismo ocurrió el suplicio de
este valeroso cacique, se ha levantado un monumento a su figura.
Fuente: Wikipedia
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