Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

domingo, 16 de noviembre de 2025

Conoce a los Korowai: la tribu que vive en casas de hasta 35 metros de altura en la selva de tropical de Papúa en Indonesia


En lo profundo de la selva tropical de Papúa, Indonesia, habita una de las comunidades indígenas más fascinantes y aisladas del planeta: los Korowai.

Este grupo ha desarrollado un modo de vida singular, construyendo sus casas en lo alto de los árboles, a alturas que pueden alcanzar los 35 metros.
Arquitectura en las alturas

Las viviendas Korowai se levantan sobre árboles robustos, principalmente figueiras (Ficus sp.), conocidas localmente como wanim. Estas especies pueden superar los 40 metros de altura, lo que permite edificar plataformas elevadas con materiales naturales como bambú, cipós y hojas de palmera.

El proceso de construcción es comunitario y puede durar varios días:Se selecciona y refuerza el tronco del árbol elegido.
Se amarra el bambú con cipós.
Se cubre el techo con hojas de palmera para proteger el interior de la lluvia y el sol.

Las casas disponen de áreas para cocinar, descansar y observar el entorno desde las alturas, integrando funcionalidad y simbolismo.
Función de supervivencia y prestigio

Más allá de su impacto visual, estas construcciones cumplen una función de supervivencia:Protegen de la humedad del suelo y las inundaciones.
Alejan a los habitantes de insectos y animales salvajes como serpientes y jabalíes.
En el pasado, ofrecían resguardo ante ataques de tribus rivales.

La altura de cada casa también tiene un valor simbólico: cuanto más elevada, mayor es el prestigio de quien la construyó. Algunas estructuras alcanzan los 35 metros y se accede a ellas mediante escaleras talladas en troncos.
Una comunidad aislada del mundo moderno

La tribu Korowai es considerada una de las últimas comunidades indígenas aisladas del mundo. Su primer contacto con el exterior ocurrió en la década de 1970, cuando antropólogos y misioneros llegaron a la región.

Aunque parte de la población se ha trasladado a aldeas cercanas a los ríos, las casas en los árboles permanecen como un símbolo profundo de su identidad cultural.
Relación con el ecosistema

La vida de los Korowai refleja una adaptación simbiótica a la selva de Papúa:Arquitectura en los árboles: construyen viviendas elevadas para protegerse de inundaciones, mosquitos y depredadores.
Alimentación: su dieta principal es el sagú de palma, acompañado de larvas de gusanos que encuentran en troncos caídos.
Navegación: utilizan canoas para desplazarse por los ríos y pescar.
Resistencia al mundo moderno: mantienen un modo de vida ancestral, sin electricidad ni tecnología, basando su percepción del tiempo en ciclos naturales como las cosechas.
Impacto en la vida comunitaria

La arquitectura Korowai no solo es funcional, sino también cultural:Construcción colaborativa: los vecinos participan en la construcción de las casas de cada familia.
Protección: la altura de las viviendas evita ataques de animales y desastres naturales.
Visión del mundo: su arquitectura refleja su cosmología, integrándose con el entorno natural.
Sustento: dependen directamente de los recursos de la selva, demostrando un profundo conocimiento de su ecosistema.

Los Korowai representan un ejemplo único de cómo la cultura y la naturaleza pueden coexistir en armonía. Sus casas en los árboles son más que refugios: son símbolos de identidad, prestigio y adaptación a un entorno desafiante.

En tiempos donde la modernidad avanza sobre comunidades ancestrales, la vida de los Korowai nos recuerda la importancia de preservar la diversidad cultural y el conocimiento tradicional que permite a los pueblos vivir en equilibrio con la naturaleza.


Fuente
Noticias Ambientales.

https://noticiasambientales.com/compromiso-ambiental/conoce-a-los-korowai-la-tribu-que-vive-en-casas-de-hasta-35-metros-de-altura-en-la-selva-de-tropical-de-papua-en-indonesia/?utm_term=Autofeed&utm_medium=Social&utm_source=Facebook&fbclid=IwY2xjawOHSRZleHRuA2FlbQIxMABicmlkETFNcUx4YWdYUGdoVm1lZVlac3J0YwZhcHBfaWQQMjIyMDM5MTc4ODIwMDg5MghjYWxsc2l0ZQEyAAEeA3Pqs-wd6gYzkZcVXPbGFo7o0cvevg0P72-CRxIj09IOgmB44Yx54OzYuQ0_aem_gz5otaSSJ2BgRVlxZM1oOA#Echobox=1763295368

LOS CHASQUIS: LOS MENSAJEROS IMPERIALES QUE UNIERON AL TAHUANTINSUYO


La imagen muestra a un chasqui, uno de los mensajeros más importantes del Imperio Inca. Estos corredores eran esenciales para mantener el vasto Tahuantinsuyo conectado, permitiendo que la información, los productos y las órdenes del Sapa Inca viajaran rápidamente a través del Qhapaq Ñan, una red vial de más de 39,000 km. Gracias a ellos, la comunicación podía recorrer enormes distancias en cuestión de horas.
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Los chasquis eran seleccionados por su resistencia física y velocidad. Desde muy jóvenes eran entrenados para correr entre los tambos (estaciones de relevo), separados aproximadamente cada 6 a 9 kilómetros. Al llegar a un tambo, el siguiente chasqui tomaba el mensaje y continuaba la carrera. Este sistema de relevos permitía que las noticias viajasen más rápido que en muchas civilizaciones contemporáneas.
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Además de llevar mensajes verbales, también transportaban quipus, instrumentos que contenían información contable y administrativa. En la imagen se observan elementos característicos como la chuspa (bolsa), la pututu (concha de sonido) usada para anunciar su llegada, y los implementos ligeros que les permitían correr sin descanso.
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Su rol era tan importante que formaban parte de la élite de servidores estatales. Gracias a ellos, el Imperio Inca podía coordinar movimientos militares, distribuir recursos, avisar emergencias y mantener la unidad entre regiones distantes como Cusco, Quito y el Collasuyo. Su labor demuestra que, incluso sin escritura alfabética ni transporte animal de carga rápida, los incas desarrollaron uno de los sistemas de comunicación más eficientes del mundo antiguo.

Artesanos, Artífices y Artistas...


Deberes - José Saramago


Disfruta la vida, día a día...


Salvajes o Civilizados...


Los Yolngu, habitantes ancestrales de Australia





Los Yolngu, habitantes ancestrales del noreste de Arnhem Land en Australia, son una de las comunidades indígenas más antiguas y culturalmente complejas del continente. Su historia no solo se basa en relatos orales: también han preservado un sistema de conocimientos llamado “Rom”, un código sagrado que regula desde el comportamiento social hasta las leyes del territorio. Este sistema ha sobrevivido más tiempo que muchas civilizaciones completas y aún hoy guía la vida diaria de cientos de familias que viven entre playas remotas, manglares y bosques donde casi no llega la modernidad.

Uno de los aspectos menos conocidos de los Yolngu es su relación con el cielo. Sus ancianos enseñan que las constelaciones no solo sirven para navegar, sino para entender ciclos de pesca, migraciones animales y momentos rituales. La figura de “Barnumbirr”, un espíritu asociado al planeta Venus, aparece en sus historias como un guía que trazó rutas por toda Australia antes de que existieran mapas. La astronomía Yolngu es tan precisa que algunos patrones estelares coinciden con observaciones científicas modernas, algo que muchos viajeros desconocen cuando visitan esta región.

Su música también es un tesoro cultural. Los Yolngu son los creadores del yidaki, conocido en el mundo como didgeridoo, un instrumento cuya vibración profunda se considera una extensión de la tierra misma. Lo fascinante es que cada clan tiene un estilo propio, una forma distinta de producir ritmo y sonido, y en algunos casos solo determinados miembros pueden tocar ciertos patrones porque están ligados a linajes sagrados. Escuchar estas melodías en una ceremonia local es entender por qué los Yolngu ven la música como una forma de mantener el mundo en equilibrio.

Para los viajeros que llegan a Arnhem Land, el acceso no es tan simple. Gran parte del territorio Yolngu requiere permisos especiales, ya que sus tierras están protegidas por la comunidad y administradas bajo sus propias leyes tradicionales. Quien logra entrar encuentra playas casi vírgenes, campamentos familiares escondidos entre dunas y un estilo de vida basado en el respeto absoluto por la naturaleza. No es un destino convencional: aquí no hay grandes hoteles ni carreteras asfaltadas, sino una experiencia cultural profundamente auténtica.

Los Yolngu también destacan por su arte. Sus pinturas sobre corteza, conocidas como “miny’tji”, funcionan como mapas simbólicos que representan historias del “Dreaming”, el tiempo ancestral donde se formó el mundo. A diferencia de otros estilos indígenas, cada trazo Yolngu está sujeto a permisos culturales: solo se puede pintar un diseño si se pertenece al clan que es dueño de esa historia. Esto convierte cada obra en un documento vivo de identidad y territorio, mucho más que una pieza decorativa.

Viajar al territorio Yolngu no es simplemente llegar a un lugar; es entrar en una dimensión donde historia, cielo y tierra están entrelazados desde hace miles de años. La comunidad mantiene un equilibrio delicado entre compartir su cultura y protegerla, y quien la visita entiende rápidamente por qué: algunas tradiciones no solo cuentan el pasado, sino que sostienen el presente. Y al despedirse, el viajero se lleva algo más valioso que una foto: la sensación de haber visto un mundo que todavía respira al ritmo de sus ancestros.

Fuente: FB Huellas Indígenas

Comentario

16 de Noviembre - Día Internacional del Patrimonio Mundial



¿Qué es el Patrimonio Mundial? ¿Por qué se celebra?

Un día como hoy, pero del año 1972, se firmaba en París la Convención sobre Patrimonio Mundial Cultural y Natural, que sentaba las bases para desarrollar este tipo de protección cultural.

Desde ese entonces es que la UNESCO ha establecido cada 16 de Noviembre como el Día Internacional del Patrimonio Mundial, fecha emblemática, en la que se redactó y firmo el acuerdo para la protección, cuidado y preservación de todos los sitios naturales y culturales que existen sobre el planeta, estos son los patrimonios mundiales. Muchos de ellos están en riesgo de desaparecer por el comportamiento irresponsable de los seres humanos.

Estos bienes invaluables incluyen las artes, las tradiciones orales, festividades, costumbres sociales y todo aquel conocimiento que engrandezca la vida de las personas, con ello se busca estar preparados par los nuevos desafíos que enfrenta la humanidad como la sobrepoblación, el cambio climático, el urbanismo desenfrenado, los desastres naturales, etc.

Para la UNESCO el Patrimonio Cultural de la Humanidad comprende el Patrimonio Cultural, el Patrimonio Natural y los Bienes Mixtos.

Estos se clasifican de la siguiente manera:
– Monumentos, ciudades, paisajes urbanos, pinturas, esculturas, lugares arqueológicos.

– Manifestaciones culturales como la música, la danza, fiestas tradicionales, gastronomía, artesanías, distintas lenguas, etc.

– Parques Nacionales, ecosistemas, glaciares, arrecifes de coral, fauna, vegetación, montañas, etc.

– Entre los Bienes Mixtos están la antigua ciudad Maya y los bosques tropicales de Calakmul en Méjico, Santuario de Machu Pichu en Perú entre otros.

La Lista del Patrimonio Mundial incluye en la actualidad un total de 1.073 sitios (832 culturales, 206 naturales y 35 mixtos) en 167 países y la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad recoge 429 inscripciones correspondientes a 117 países.

Alrededor del mundo se encuentran repartidos los diferentes sitios emblemáticos que forman parte del patrimonio mundial como, por ejemplo:
– Italia alberga un total de 51 lugares entre los cuales podemos destacar el imponente Coliseo o el Vaticano.
– China: cuenta con 50 lugares y forman parte de este patrimonio.
– España: que ocupa el tercer lugar en la lista con 45 sitios, entre ellos las conocidas Cuevas de Altamira.
– Francia: en ella podemos encontrar la catedral de Notre Dame y el Palacio de Versalles, algunos castillos y otras edificaciones.
– India: posee el famoso mausoleo conocido como el Taj Mahal, el Templo del Sol o las famosas Grutas de Ajanta.
– México: con un legado ancestral esta repleto de sitios históricos muy importantes como es Chichen Itzá o las antiguas ruinas de Uxmal.

Con la multiplicidad de iniciativas que requieran ser articuladas con los ODS y actores involucrados en el desarrollo de los proyectos es que nuestra Organización para el Desarrollo Sustentable sigue trabajando sobre Agenda Mundial impulsando distintos programas que te invitamos a conocer y ser parte de uno de ellos como el Voluntariado ODS para que entre todos hagamos frente a este Cambio Climático que amenaza nuestro planeta.

sábado, 15 de noviembre de 2025

El Bien


ANDRESITO: EL PUENTE VIVO ENTRE BELGRANO Y ARTGAS .- ROBERTO ARNAIZ


Hay nombres que no necesitan monumentos ni bronce encerado. Caminan solos, como sombras obstinadas perseguidas por el tiempo, por el humo de los incendios y por los gritos de las derrotas. Uno de esos nombres es Andresito. Si uno repite despacio: Andrés Guaçurari y Artigas, parece que el monte se agita.

Es 30 de noviembre de 1778. En la reducción jesuítica de Santo Tomé, en la entonces Gobernación de Misiones del flamante Virreinato del Río de la Plata, nace un gurí guaraní que no figura en los partes militares ni en los registros prolijos de la burocracia colonial. El monte, sin embargo, lo registra a su modo: un chico moreno, descalzo, con ojos de brasas, que corre entre muros jesuíticos que ya empiezan a resquebrajarse.

Los historiadores se pelean por el lugar exacto de su nacimiento. Algunos lo ponen en Santo Tomé; otros, como recuerdan cronistas de Río Grande do Sul, lo reclaman para São Borja. Felipe Pigna lo sintetiza: “Lo conocimos cuando empezó a pelear de verdad”. En estas tierras, nadie nace hasta que entra en la guerra.

Entre 1780 y 1800, Andresito crece en un mundo partido: los restos de la organización jesuítica —cabildos indígenas, hornos de hierro, plantaciones de yerba mate— y, del otro lado, el avance brutal de comerciantes blancos, esclavistas y militares. En esos pueblos se mezclan letanías en latín con gritos en guaraní, campanas con látigos, misas solemnes con partidas de apresamiento. En ese clima, Andresito aprende a leer y escribir: un gesto casi revolucionario para un guaraní de 1800.

En 1810 estalla la Revolución de Mayo. Y aquí aparece el puente que une tres mundos: Belgrano, Artigas y Andresito.

Manuel Belgrano —primer líder revolucionario que entendió la capacidad política del pueblo guaraní— redacta en diciembre de 1810 el Reglamento para los 30 Pueblos de Misiones, un documento adelantado medio siglo a su tiempo. Allí establece cabildos elegidos por los propios indígenas, preservación de tierras comunales, control local de la producción yerbatera y educación indígena. Proclama, además, que los indios son ciudadanos con derechos plenos. Ese reglamento abre la puerta para que, cinco años después, un guaraní pueda gobernar.

Cuando Belgrano parte hacia el Paraguay en 1811, Andresito lo acompaña. De ese viaje absorbe ideas que nunca abandonará: cabildos fuertes, defensa de la tierra comunal, dignidad del trabajo indígena y autonomía política. Cuando en 1812 Belgrano es desplazado por Rondeau, Andresito no duda: sigue a Artigas, quien retoma y profundiza el proyecto social trazado por Belgrano

El encuentro con Artigas en 1814 es decisivo. Artigas, ya Jefe de los Orientales y líder de la Liga de los Pueblos Libres, reconoce en Andresito una lucidez política inusual. Lo adopta, le da su apellido y lo legitima como oficial. En 1815 lo nombra Comandante General de Misiones, convirtiéndolo en el primer —y único— gobernador indígena de nuestra historia

Ese año, señalado por historiadores como Azcuy Ameghino y José María Rosa, marca un hito. Mientras el Congreso de Oriente flamea con la bandera artiguista, Andresito recupera Candelaria, Santa Ana, San Ignacio, Loreto y Corpus. Restituye cabildos indígenas, impulsa la producción yerbatera y organiza talleres, hornos y arsenales. Su gobierno no es épica de fogón: es administración concreta. “Abolió la servidumbre y repartió tierras a los desposeídos”, resume Pigna. Y lo hizo aplicando la máxima artiguista: “Que los más infelices sean los más privilegiados”.

Pero desde el norte avanza el monstruo lusobrasileño. El 27 de junio de 1816, Portugal autoriza formalmente la invasión. El 19 de enero de 1817, Lecor desembarca en Montevideo, mientras Chagas Santos arrasa La Cruz, Yapeyú, Santo Tomé, Mártires, Santa María, San Ignacio Miní, Apóstoles y San Carlos.

Andresito responde. El 12 de septiembre de 1816 cruza el Uruguay por Itaquí con mil hombres. Derrota a los invasores en San Juan Viejo y Rincón de la Cruz. El 21 de septiembre sitia São Borja con 2.500 voluntarios. Su prudencia —demorar el ataque para evitar matar civiles— permite al enemigo rearmarse.

En 1817, lejos de rendirse, reorganiza mil jinetes guaraníes y concentra fuerzas en Apóstoles. El 2 de julio se libra la batalla del mismo nombre, donde Andresito derrota a Chagas en una de las grandes victorias olvidadas del federalismo. Ese mismo año, Artigas le ordena marchar sobre Corrientes para reponer al gobernador Méndez, desplazado por un golpe unitario. Andresito entra con dos mil guaraníes y la flotilla del corsario Peter Campbell.

En 1819, tras ocupar San Nicolás y San Luis Gonzaga, enfrenta una contraofensiva masiva. El 6 de junio, en Itacurubí, sufre una derrota devastadora. Muere el ruvichá Vicente Tiraparé. Intentando cruzar el Uruguay, es capturado el 24 de junio de 1819.

Lo trasladan envuelto en cuero crudo, que al secarse le impide respirar. Lo llevan a Porto Alegre y luego a los calabozos húmedos de la Ilha das Cobras, en Río de Janeiro. No hay acta de defunción, pero todo indica que muere allí, hacia 1821.

La historiografía mitrista intenta borrarlo: no hay lugar para un indio caudillo, hijo adoptivo de Artigas, ejecutor del proyecto social de Belgrano y enemigo feroz del centralismo porteño.

Pero el nombre sobrevive. Corre de boca en boca, de fogón en fogón. En 2008, el Congreso reconoce su grado militar. En 2012, Misiones lo declara prócer. En 2014, la Ley Nacional 27.116 lo consagra Héroe Nacional y General post mortem. Ese mismo año, Misiones levanta un coloso de hierro en su honor, y el 30 de noviembre se fija como Día Nacional del Mate, en memoria del niño guaraní que llegó a ser gobernador.

Andresito no fue una sombra perdida en los montes misioneros. Fue el puente vivo entre Belgrano y Artigas. El heredero práctico de un proyecto político que quiso cambiar el destino de los pueblos guaraníes. Y aunque los imperios lo ahogaron en silencio, su nombre sigue respirando en cada yerbal, en cada río rojo y en cada historia que se niega a morir.