Cuando sueña su hijo
con príncipes y hadas.
están deshabitadas,
y en los árboles dormidos los gorriones descansan, el hombre que hace el pan, se levanta.
A la luz de la luna
o en la noche cerrada,
con tormentas o lluvias
que le mojan el alma,
el hombre que hace el pan comienza la jornada.
La leña ya inaugura
su hoguera cotidiana.
Un aroma de paz
golpea las ventanas
y el hombre que hace el pan, mientras trabaja, canta.
El hombre que hace el pan tiene las manos blancas.
El amasa la Vida
y ni cuenta se da,
cuando sueña su hijo
y duerme la ciudad, golpea las ventanas un aroma de paz.
FELIZ DÍA PANADEROS !
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