Oh
Gran Espíritu, cuya voz escucho en los vientos, cuyo aliento da vida a todo el
mundo, Escúchame!:
Vengo ante ti, soy uno de tus tantos hijos…soy pequeño y débil; necesito de tu fuerza y sabiduría.
Déjame caminar entre las cosas hermosas, y haz que mis ojos admiren la puesta de Sol roja y dorada…
Haz que mis manos respeten lo que tú has creado, y que mis oídos sean agudos para oír tu voz.
Hazme sabio, para así conocer las cosas que tu has ensenado a mi pueblo, las lecciones que tu has escondido en cada hoja, en cada roca…
Busco la fuerza, no para ser superior a mis hermanos, sino para ser diestro en combatir a mi mayor enemigo: Yo Mismo.
Haz que este siempre dispuestos a ir hacia ti con las manos limpias y la vista recta; asi, cuando la vida se apague como la luz del atardecer, mi Espíritu podrá ir a ti sin ninguna vergüenza.
Vengo ante ti, soy uno de tus tantos hijos…soy pequeño y débil; necesito de tu fuerza y sabiduría.
Déjame caminar entre las cosas hermosas, y haz que mis ojos admiren la puesta de Sol roja y dorada…
Haz que mis manos respeten lo que tú has creado, y que mis oídos sean agudos para oír tu voz.
Hazme sabio, para así conocer las cosas que tu has ensenado a mi pueblo, las lecciones que tu has escondido en cada hoja, en cada roca…
Busco la fuerza, no para ser superior a mis hermanos, sino para ser diestro en combatir a mi mayor enemigo: Yo Mismo.
Haz que este siempre dispuestos a ir hacia ti con las manos limpias y la vista recta; asi, cuando la vida se apague como la luz del atardecer, mi Espíritu podrá ir a ti sin ninguna vergüenza.
Hermosa oración, la conozco desde muchos años, amo nuestra raza indígena porque ellos de manera sencilla conocen los misterios de la vida y de la muerte.
ResponderEliminarHermosa y profunda sabiduría ancestral!!
ResponderEliminarEspléndido, he sentido mi yo en esta vida. Gracias
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