martes, 14 de febrero de 2017

Los 8 presagios funestos que anunciaron la caída de Tenochtitlante


Por Xiu

Antes de la llegada de los españoles, cuando los dioses caminaban entre los hombres y nada se movía más rápido que los pies de los corredores veloces del Anáhuac, la vida que conocían los nativos se vio de pronto sacudida por una serie de sucesos que, sin dudas, no auguraban nada bueno.


Las visiones de unas casas que flotaban sobre el mar, de un lago en llamas y los gritos aterrorizados de la Cihuacoatl fueron algunos de estos extraños acontecimientos y, sin embargo, hasta nuestros días se ha llegado el registro de ocho presagios que ciertamente dieron aviso de la llegada de la invasión de los europeos y el comienzo del fin del mundo mexica.

Todo esto nos lo cuenta el Dr. León Portilla, después de traducir los textos náhuatl de los informantes de Sahagún contenidos en el libro XII del códice Florentino.

1. Primer presagio funesto: un cometa de fuego.
Diez años antes de la conquista se observó en el cielo una estrella que se movía, con espigas de fuego, como si goteara: Un cometa.

2. Segundo presagio funesto: un rayo poderoso.
Un rayo cayó en el templo de Xiuhtecuhtli. No llovía fuertemente, sólo lloviznaba, y el trueno rompió sin sonido alguno.

3. Tercer presagio funesto: el fuego que no se apaga.
El templo de Huitzilopochtli, aún siendo de piedra, comenzó a arder por la noche por sí mismo. Cuando el pueblo se lanzó con agua para sofocar las llamas, éstas ardían con más fuerza.


4. Cuarto presagio funesto: lago en llamas.
El lago de Texcoco ardió, sus aguas se levantaron al hervir y azotaron las casas arrastrando a muchas de ellas consigo, matando a muchos.

5. Quinto presagio funesto: el llanto nocturno de cihuacoatl.
Por las noches una mujer lloraba desconsoladamente a las orillas del lago de Texcoco, aterrada por no poder esconder a sus hijos.
“¡Ay, hijitos míos, tenemos que irnos lejos! ¡Ay, hijitos míos!, ¿a dónde los llevaré?”

6. Sexto presagio funesto: el espejo de la guerra.
Se pescó en el lago de Texcoco un ave extraña, con un cráneo deformado que se pensaba era un espejo donde se podían ver las estrellas. Moctezuma vio un mal presagio al mirar por segunda vez y observar una guerra en ese espejo.

7. Séptimo presagio funesto: la lluvia de fuego.
Llovió fuego. Del cielo cayó una estrella de fuego que desprendió colas de humo.

8. Octavo presagio funesto: apariciones de seres deformes.
A veces se lograban ver a seres deformes de dos cabezas y cuerpos humanos. Criaturas extrañas que, al poco tiempo de ser vistas, desaparecían.

Fuente>Matador Network – 31 de Enero de 2.017

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