sábado, 20 de diciembre de 2025

El Coco



El coco (Cocos nucifera) es un ejemplo notable de dispersión hidrócora. Su éxito evolutivo radica en que no es solo una semilla, sino una estructura biológica diseñada para sobrevivir y viajar grandes distancias por el mar. Cada parte cumple una función específica que asegura su resistencia y capacidad de colonización.

El exocarpo constituye la piel externa, lisa y resistente al agua salada, lo que evita daños durante la travesía. El mesocarpo, una capa fibrosa llena de aire, le otorga flotabilidad excepcional, permitiendo que se mantenga a la deriva durante largos periodos. El endocarpo, duro como madera, protege el embrión y conserva sus reservas de alimento, como el agua y la pulpa.

Gracias a esta combinación de estructuras, un coco puede recorrer miles de kilómetros, llegar a playas lejanas y germinar, estableciendo nuevas poblaciones en ecosistemas distintos. 

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