domingo, 4 de agosto de 2024

Yaguareté-abá, el legendario hombre tigre



Los hombres bestias es un tópico muy común en la mitología de muchas culturas. La guaraní no es la excepción y existe una clase particular de hombres tigres. Un ser inspirado en un animal que está en la cúspide de la cadena alimenticia de la selva misionera, el yaguareté.
Los cambiaformas

Muchas culturas alrededor del mundo tienen bestiarios con seres cambiantes o cambiaformas. Hablamos de hombres –o dioses- capaces de convertirse en animales salvajes o sobrenaturales. Esa transfiguración puede ser mediante un don divino, magia o una terrible maldición. Los más conocidos son los hombres lobos.

La cultura guaraní de nuestra región, tiene un amplio bestiario desde duendes mágicos, plantas o flores legendarias, incluso seres cambiaformas. El lobizón, el acechador del monte y cementerios, es el ejemplo más conocido. No obstante, existe otro cambiaformas igual de peligroso que puede disputarle el poderío del monte.


La cultura precolombina tiene sus propias bestias cambiaformas en torno al mismo felino, los aztecas lo consideraban sagrado. Y no cualquiera, sino el más grande del continente de un rugido tronador y fieras garras. Su piel era muy codiciada por los guerreros, todos querían llevarla encima para poseer sus bravíos poderes. Algunas personas y en varios cuentos de la selva misionera, como los de Horacio Quiroga, lo llaman “tigre” como su primo asiático. Habita desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte argentino.

Hablamos del jaguar u onça-pintada en portugués. Los argentinos lo llamamos yaguareté, según la etimología del nombre en guaraní puede significar verdadera fiera. Algo es indiscutible, es el máximo depredador del monte misionero, el verdadero rey de la selva.

El hombre yaguareté

La criatura mítica del cambiaformas yaguareté, conocido como yaguaerté-abá -también con terminación en avá- o campiango. Esta no es una figura muy conocida en la cultura popular argentina o paraguaya, no como su contraparte canina el lobizón. No tiene una vasta iconografía como los guerreros jaguares de los aztecas. Hay poca bibliografía al respecto a diferencia de otras criaturas del bestiario guaraní.
Sin embargo, Berta Vidal de Battini, una reputada folclorista argentina, relata que el yaguareté-abá es un chamán o indio brujo, que por medio de artes oscuras, se puede convertir en un feroz felino más indómito que el tigre común.

Según ella, la creencia en este ser se fue olvidando a medida que la población nativa se iba reduciendo. Además, que la única manera de transformarse era a través de la piel o el “cuero” del animal en cuestión.
El procedimiento para volverse en bestia es revolcarse en la piel y decir algunas palabras secretas hoy perdidas. Convertirse afecta la personalidad del hombre volviéndolo más agresivo, temible con una gran sed de sangre, e implica aceptar en un trato con el mismo diablo. Su trasformación no lo vuelve un yaguareté completo, sino más bien un híbrido hombre felino como torso animal y piernas humanas.

Dicen que tienden a saquear granjas, que secuestra mujeres para volverlas sirvientes, y que recupera el aspecto humano cuando se quita la piel. De las pocas formas de neutralizarlo es arrebatándole el cuero, y para matarlo es necesario machetes o balas bendecidas. Al igual que los hombres lobos, al morir recobran aspecto humano y hay que decapitarlos para evitar cualquier retorno del más allá.

El yaguareté, el animal detrás de la leyenda

Este gran felino, el tercero más grande del mundo detrás del león y el tigre asiático, es un Monumento Natural de la Argentina, la máxima categoría de protección ambiental en el país. Es una especie protegida debido al peligro de extinción consecuencia de la cacería ilegal, la pérdida del hábitat como de presas naturales a su alcance. El yaguareté no solo es un animal con gran valor cultural, sino también ecológico, es una pieza clave de la cadena alimenticia de su hábitat.


El yaguareté (Panthera onca) según el Ministerio de Ecología y RNR, es un “mamífero carnívoro, cuerpo robusto y musculoso, puede medir hasta 1,80 m. Su pelaje muy vistoso se encuentra salpicado de numerosas rosetas, la disposición y forma de las mismas, son únicas para cada individuo. Habita la selva misionera. Prefiere los ambientes cerca del agua. Recorre grandes extensiones solitariamente. Puede parir una a cuatro crías”. Además, puede pesar hasta 100 kilos. Entre sus principales presas se encuentran el pecarí y la corzuela.
Existen varias iniciativas y fundaciones, como la Red Yaguareté, enfocados en su conservación.
Si alguien tiene la fortuna o la desgracia –hay pocos casos documentados de ataques a humanos- de cruzar la mirada con un yaguareté encontrara unos ojos llenos de enigma y grandeza salvaje e indómita. El redactor de este artículo lo ha hecho una vez y créanme no te dejará indiferente. Los ojos del felino te hacen adentrar a los misterios de la selva, la tierra colorada y leyendas ancestrales.

Fuente: ItAliani - La Red Digital Italiana en el Mundo
https://misiones.italiani.it/scopricitta/yaguarete-aba-el-legendario-hombre-tigre/

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