jueves, 17 de septiembre de 2020

"Cartas a quien pretende enseñar" - Paulo Freire (fragmento)



"... La tarea del docente, que es también aprendiz, es placentera y a la vez exigente. Exige seriedad, preparación científica, emocional y afectiva. Es una tarea que requiere, de quien se compromete con ella, un gusto especial por querer bien, no solo a los otros sino al propio proceso que ello implica. Es imposible enseñar sin ese coraje de querer bien, sin la valentía de los que insisten mil veces antes de desistir. Es imposible enseñar sin la capacidad forjada, inventada, bien cuidada de amar. (...) Es preciso atreverse para decir, (...) que estudiamos, aprendemos, enseñamos y conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica. Jamás sólo con esta última..."

“…El maestro debe dejar volar libre y creativamente su imaginación, y estimular la de sus alumnos, porque la imaginación ayuda a la curiosidad y la inventiva e impulsa la aventura, sin la cual no crearíamos. Usarla en el diseño de la escuela, libre y democrática, que todos sueñan, con esos pedazos de su imaginación. Tener el derecho de imaginar, soñar y luchar por ese sueño. (…)
La escuela es aventura, no le tiene miedo al riesgo y se niega a la inmovilidad. En la escuela se piensa, se actúa, se crea, se habla, se ama, se adivina. Le dice si a la vida y no enmudece a nadie. (…)
El maestro, es necesariamente, militante político. Su tarea no se agota en la enseñanza de las matemáticas o la geografía. Su tarea exige un compromiso y una actitud en contra de las injusticias sociales. (…)

El maestro debe caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales.”

Cartas a quien pretende enseñar - Paulo Freire.

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