sábado, 5 de septiembre de 2020

Bartolina Sisa



La líder indígena Bartolina Sisa, comandante, generala, mujer con agallas y espíritu libre, es símbolo de reverencia entre quienes conocen la lucha andina anticolonialista. Por años su nombre fue opacado por el de su esposo, pero hoy resuena el de ella. Te contamos la historia de esta heroína aymara y de la rebelión sisakataria.

El Día Internacional de la Mujer Indígena se conmemora en su nombre cada 5 de septiembre desde 1983 porque ese día de 1782 fue asesinada. Así de importante fue esta aguerrida mujer quechua que fue descuartizada por las fuerzas españolas durante la rebelión anticolonial dirigida por ella y su esposo, Túpac Katari, en el Alto Perú. Juntos lideraron un levantamiento indígena en La Paz en 1781. Mantuvieron la ciudad en estado de sitio durante 109 días.

Nació el 24 de agosto de 1750 o 1753, no se sabe con certeza, en el Cantón de Caracato del Ayllu. Fue hija de José Sisa y Josefa Vargas, originarios del Alto Perú, que vivían del comercio de la coca y de la bayeta (un tipo de lana) para liberarse del sometimiento al que estaban condenados todos los pueblos originarios de esas tierras.
Según se relata en el blog de la organización boliviana Servindi, ante esta realidad, la familia Sisa se trasladó a la Villa de Sica Sica. Es ahí que junto a sus padres Bartolina adquirió la experiencia en el rubro del comercio, logrando independizarse a los 19 años. Durante sus viajes por muchas ciudades, pueblos, comunidades, minas, cocales, Sisa conoció la cruel realidad en la que vivían los pueblos andinos perpetrada por el sistema colonialista de explotación.

En 1772, ya casada con Tupac Katari, tuvo el primero de sus cuatro hijos: tres varones y una niña. El primer hijo fue capturado y asesinado en Perú cuando tenía 11 años por el brigadier español Sebastián Segurola. Los otros tres llegaron a sobrevivir en la clandestinidad.

Bartolina Sisa y Túpac Katari

En las sociedades andinas existía un reparto de tareas complementario entre el hombre y la mujer, no antagónico. Según explicó Ferino Lanza, "la organización política social del Ayllu, siempre prioriza que sea encabezada por el hombre y la mujer (...) se representan las autoridades juntos". El poder se compartía. Sisa no es la esposa que apoya al esposo y se queda a cargo de la casa, son dos combatientes. Ese orden social "no tiene nada que ver con las estructuras coloniales", agregó. El papel de la mujer indígena era el más vilipendiado por los opresores. 
En la vida de Bartolina, el compartir el poder significó que a la edad de 25 años se acompase a Katari para organizar y liderar distintos levantamientos contra el poder imperante. "Bartolina tenía toma de decisiones reales, no esperaba órdenes de su esposo", contó Ferino Lanza. Ella dominaba la kurawa (honda) y el fusil, "montaba a caballo, cosa que ni las mujeres españolas hacían", relató. Cuando estalló la insurgencia indígena aymara-quechua en 1781, ella fue proclamada virreina por derecho propio, y asumió importantes funciones de liderazgo.

La historia cuenta que ordenó la construcción de una represa en el río que pasa por la ciudad de La Paz para provocar una inundación que debía romper los puentes y aislar a la población, pero este plan fracasó. El general realista Segurola, que recibió la ayuda de 5.000 hombres, echó por tierra los planes de los rebeldes. 

El Cerco a La Paz

Desde 1780 se planifica una insurrección indígena, junto a José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru) y Micaela Bastidas, su esposa, los hermanos Dámaso y Tomás Katari de Chayanta, y Sisa. Comparten los ideales libertarios, y con el propósito emancipatorio logran reunir a más de 150.000 indígenas de toda la región.
El 13 de marzo de 1781 levantan un campamento militar indígena en La Ceja de El Alto, cerrando todos los accesos a la ciudad de La Paz. Según se cuenta en Resumen Latinoamericano, empezaron con 20.000 indígenas y en cinco meses llegaron a 80.000. El aumento de combatientes generó una gran escasez de alimentos y de agua en la ciudad.

El 21 de mayo Tupac Katari deja a Bartolina a cargo del cerco. El Ejército español mandó 300 soldados a capturarla, pero fueron apedreados por los indígenas, y no logran su cometido. Tras 109 días de cerco, los colonizadores refuerzan sus tropas y, gracias a alianzas que establecieron con líderes indígenas contrarios a la rebelión sisacataria, logran abatir a los indígenas. 
  
¿Cómo murió Bartolina Sisa?

La sentencia leída aquel 5 de septiembre de 1782 y reproducida por el blog de la Revista Furias, muestra claramente la magnitud de la brutalidad a la que fue sometida: 
"A Bartolina Sisa mujer del feroz Julián Apaza o Tupaj Catari, en pena ordinaria de suplicio, que sea sacada del Cuartel a la Plaza mayor atada a la cola de un Caballo, con una soga al cuello y plumas, un aspa afianzada sobre un bastón de palo en la mano, y conducida por la voz del pregonero a la horca hasta que muera, y después se clave su cabeza y manos en picotas con el rótulo correspondiente, para el escarmiento público en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampajasi donde estaba acampada y presidía sus juntas sediciosas; y después de días se conduzca la cabeza a los pueblos de Ayo-ayo y Sapahagui en la Provincia de Sica-sica, con orden para que se quemen después de un tiempo y se arrojen las cenizas al aire, donde estime convenir".

Bartolina Sisa hoy

En 1980 se fundó con su nombre la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa con el objetivo de reclamar que las mujeres de las áreas rurales participen plenamente en la toma de decisiones políticas, económicas y sociales de Bolivia.
En 1983 el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América reunido en Tihuanacu instauró en su memoria la celebración del 5 de septiembre como Día Internacional de la Mujer Indígena.
Desde 2005 Sisa es heroína nacional aymara, según la ley N°31021​ en Bolivia.

Sin embargo, Ferino Lanza comenta que por mucho tiempo Bartolina era un personaje "totalmente desconocido" para el pueblo boliviano. "En una sociedad tan machista como esta, solamente se conocía a Tupak Katari como el héroe, pero no se valoraba el trabajo de su esposa, una mujer que fue a la par comandante", explicó. 

Lejos del escarmiento y el olvido, hoy Bartolina Sisa revivió y es sinónimo de la lucha anticolonialista de mujeres indígenas en Latinoamérica.

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