jueves, 6 de agosto de 2020

No intentes cambiar a nadie...



No intentes cambiar a nadie:

limítate a iluminar…,
porque es tu luz la que invita
a tu prójimo a cambiar…,

que en estos tiempos extraños

en que elegiste volver,
tu tarea, compañero,
no es otra que la de “ser”.

Y si ese que va a tu lado

se encuentra dormido acaso,
respeta su desarrollo
y su aparente retraso…

Contémplalo con ternura

y acéptalo tal cual es,
y déjalo que prosiga
marchando sobre sus pies.

No te olvides que el está

siguiendo su “plan de vida”:
ese que le armó su alma
al preparar su venida.

Y tú no puedes lograr

que eleve sus vibraciones,
ni con presiones abiertas
ni sutiles empujones….,

porque hay ciclos en la vida

que no se pueden forzar:
¡ya su corazón un día
se abrirá de par en par!

Y entenderá cabalmente

de forma clara y certera,
que esta vida es solamente
una ilusión pasajera…

Tú entra en tu propio silencio,

y en forma suave y callada,
deja que tu luz interna
se filtre por tu mirada.

Tu impronta suave y serena

produce su propia acción,
y esparce sobre las cosas
silenciosa inspiración…

Y cuando dejas que el otro

transmute su propia cruz,
no intentas cambiar a nadie…
¡pero los cambia tu luz!


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