lunes, 11 de diciembre de 2017

Pueblos originarios de Alaska protestan contra extracción de petróleo




El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, implantará una reforma fiscal que abrirá las puertas a las petroleras más importantes del mundo para llevar a cabo perforaciones hidráulicas  en áreas costeras del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.  

Representantes y líderes nativos del estado norteamericano de Alaska hicieron sentir su malestar ante el edificio del Capitolio para reclamar al Congreso que descarte las perforaciones en el Ártico, proyecto impulsado por el presidente Donald Trump, a través de una cláusula poco conocida, introducida en la versión del Senado del proyecto tributario permite que el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, esté a la disposición para buscar petróleo y gas a través de la perforación hidráulica o fracking.

Cabe resaltar,  que en dicho Refugio convive una gran riqueza en biodiversidad, el mismo alberga osos polares, aves migratorias, renos y muchos animales salvajes, además de ser  también ha sido por siglos morada de pueblos originarios. El presidente norteamericano dio paso a industrias petroleras que desde los años 70 perforan los suelos buscando el preciado oro negro.

Esto dará luz verde a la subasta de licencias de perforación de 1.600 Km2  en la costa del Refugio para recaudar $1,000 millones. Según los cálculos del Servicio Geológico de EE.UU. existen en esa zona cerca de $12,000 millones de barriles de petróleo recuperables.


Extracción pone en jaque al medio ambiente
En el lugar conviven nativos de los pueblos Inupiat y Gwich’in cuyo sustento depende de la caza de renos y ballenas. La medida de Trump desató el furor entre los ambientalistas. El Gobierno de EE.UU sigue apoyando la industria petrolera y gasística en Alaska sin tomar en cuenta los derechos de los pueblos.

“Abrir una pequeña parte del ANWR por un desarrollo responsable de energía creará miles de buenos empleos, mantendrá la energía a precios asequibles para familias y negocios, asegurará un firme suministro a largo plazo de energía, reducirá el déficit federal y fortalecerá nuestra seguridad nacional”, señaló Murkowski, senadora por Alaska.

“Si ni siquiera el Refugio del Ártico está exento de las perforaciones petroleras, entonces ningún parque o bosque será capaz de mantener alejadas estas actividades”, agregó el director de protección de tierras del Sierra Club, Athan Manuel. Co el mismo sentir se manifestaron, en una carta conjunta, altos cargos del Departamento de Interior de los gobiernos de Bill Clinton, George W. Bush, y Barack Obama, los cuales alegan que “algunos lugares son demasiado especiales para que se permita la exploración petrolera”.

“No hay un lugar como el refugio de Alaska, ninguno que merezca más ser protegido para futuras generaciones. Debemos defender nuestra herencia natural y la cultura indígena de Alaska”.

Estas voces y quejas no parecen convencer a un presidente que se ha mostrado escéptico acerca de los efectos del cambio climático, como muestra de que las decisiones tomadas por Trump en materia petrolera se ensancha a otras zonas de  Alaska.

Fuente
Segundo Enfoque – 10 de Diciembre de 2017

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