sábado, 23 de diciembre de 2017

Manchay, la pérdida del espíritu



El susto -también conocido como espanto, pasmo, pérdida de la sombra- es conocido en Jujuy, Argentina como Manchay y Mancharisqa en Perú, en lengua qheshwa.

Cuando se habla de las manifestaciones de la locura se hace referencia a la pérdida de la razón, del control de sí y la asunción de comportamientos anormales, vale decir sin sentido para los miembros del grupo, pero hay diferencias con la concepción de los pueblos originarios.

Las enfermedades según el hombre andino
Las enfermedades de origen “sobrenatural” o también conocidas como “enfermedades culturales”, en realidad son para los pueblos andinos aquellas que de acuerdo con su cosmovisión son provocadas por los espíritus de la Pachamama: cerros, lagunas, algunos árboles, los hormigueros, lugares “phiñas” ( de espíritus malignos) donde cayeron los rayos, etc. Cuando no se respeta a estos lugares, sobrevienen las enfermedades, interpretadas como castigos de los espíritus de aquellos elementos.


Estas enfermedades se curan principalmente con ceremonias y rituales. Simbólicamente son una petición de disculpas por el agravio cometido en contra de estos elementos o espacios “sagrados”. Como terapia coadyuvante en algunos casos se combinan con tratamientos donde se utilizan materias vegetales, animales y minerales.

Relación con los planos del Universo
Según la cultura qheshwa, son tres los planos a tener en cuenta, con sus respectivas deidades: el Hana Pacha (Mundo de Arriba) y Kay Pacha (Mundo de los hombres o plano terrestre) son benéficas y protectoras de la vida.
El plano correspondiente a la Tierra (Kay Pacha o Acapacha) alberga divinidades buenas que dan salud, como la Pachamama, Apus Achachilas , Uywiris, santos y cruces (estos últimos como intrusión de la religión católica). Por otra parte hay castigos de dichos seres y también hay fuerzas malignas que entre otras cosas provocan enfermedades saliendo de la entrañas de la tierra, apareciendo como vientos fuertes en lugares húmedos y solitarios, en tumbas de los difuntos, etc.
Según los entrevistados el Mundo de Abajo o Inframundo (Uku Pacha o Makhapacha) es el más peligroso, porque allí residen más espíritus malignos (soqa, supay, sajra, anchanchu y otros) fuerzas destructoras de la armonía y de la salud, que visitan esta tierra trayendo malestares y conflictos.
Síntomas de pérdida del espíritu
Primero se presenta un desequilibrio emocional de la persona, que, sin explicación alguna, siente temor, angustia, pánico, pena. Es como si se desconectara del mundo, percibiendo que “tiene algo adentro” que le molesta. En la noche tiene pesadillas, no puede dormir bien, en el caso de los niños dan saltitos, tienen espasmos súbitos, o simplemente se despiertan llorando.

Otras veces la persona puede tener náuseas, mareos, y esas son las causas que nos dan a entender que es susto. En los niños se manifiesta cuando lloran sin razón, miran cualquier cosa y lloran, es un desequilibrio emocional muy fuerte y no pueden conducirse por sí mismos.

El curandero, médico tradicional
Un médico tradicional es aquella persona dotada de capacidades para comunicarse con las entidades que están más allá del alcance de nuestros sentidos, con los tres planos del Mundo. El es puente entre este mundo y los otros mundos, es decir entre lo natural y lo sobrenatural.

Los médicos tradicionales se reconocen con diversos apelativos según las regiones y culturas: yatiri, jampiri, kallawaya, coca qawiei, aysiri, layqa, qaqoeis, ipayes, etc. Los médicos andinos realizan sus curas siempre en un contexto ceremonial; antes que nada piden permiso a las deidades tutelares del lugar (achachilas,machulas, apus, apachetas, etc) y luego inician la curación consultando a las hojas de coca (que se considera sagrada, la Mama Coca). Si la enfermedad no se cura, entonces se dice que el agravio fue muy fuerte y por lo tanto el castigo es mayor y ello se demuestra en la intensidad de su afección.

Un q`ero pampa misayoc
Entrevistamos a un médico q`ero L. Quispe quien nos contó acerca de su forma de curar:
“Por mi parte tengo otro modo de curar, el de los q`eros, nosotros usamos una piedra que se llama ji wayrorumi, son piedras sagradas que sirven para armonizar tu energía. Cuando uno está mal ve colores que lo rodean, en mi experiencia propia vi el color azul (el azul es el color calmo más tranquilo, más armónico). Cuando uno tiene ese desequilibrio, nosotros recurrimos a las piedras”.

“Primero se hace una invocación a la Madre Tierra, al Sol, a la Luna, para que el grupo de piedras que tiene el médico tradicional se convierta en objeto sanador y también pido permiso para entrar en tu universo, de esa manera se limpia con la piedra pasando por el cuerpo”.

“Si ese susto perdura o no se va, se hacen dos o tres sesiones, a veces depende de la calidad de amor que tenga el sanador y también hay otra manera que es extraerlo con las manos. El secreto está en el amor, el munay, uno debe concentrarse para lograr una profunda conexión amorosa para que uno pueda entrar en lo profundo de la persona, en el uku de la persona y poder sacarle las energías negativas , con la mano pasándole por el cuerpo”.

“El alma, tiene miedo al ruido, por eso siempre hay que ir a llamarla al monte o al medio del campo, siempre hay que curar a la persona por tres veces y se dice: -Venite no te asustes aquí está tu espíritu-”

“Otra forma es hacer un “muñeco” con la ropa del niño, sahumarlo y llamar a su espíritu en el monte a las 12 hs o a las 0 hs de la noche, luego el niño debe dormir con el muñeco en su pecho. Otra manera es recoger la basurita que el viento junta en los rincones, se quema y se sahuma al niño, llamando a su espíritu”.

En el mundo andino hay una gran variedad de formas de llamar el espíritu, ajayu, munay ya lo vimos en esta nota. Para el hombre andino el espíritu no muere, sigue viviendo en el Hanan Pacha, y acompañará a cada familiar durante toda su vida. No debemos olvidar estas tradiciones porque de estos ritos, depende volver al equilibrio a un niño o a un hombre, pero también implica volver al equilibrio a la Madre Tierra, nuestra Pachamama, porque cuando uno vuelve a su eje, la Madre Tierra también se equilibra, y todo está en armonía, porque estamos en constante ayni con la naturaleza, en una relación de reciprocidad muy grande. Es por eso que la sanación va a depender del Amor que cada sanador ponga en su paciente para sanarlo y volverlo nuevamente a la armonía.

Por Amalia Noemi Vargas 
Fuente El Orejiverde
Fecha: 5 de Diciembre de 2.016

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