domingo, 26 de noviembre de 2017

Un estudio de la UNC subraya la raíz nativoamericana, el 76 por ciento de los cordobeses tiene ascendencia originaria


El 76 por ciento de los cordobeses tiene ascendencia originaria, según un estudio de ADN mitocondrial (linaje materno) realizado por el Instituto de Antropología de Córdoba. La relación cambia sensiblemente cuando se analiza la línea hereditaria paterna. 

Científicos del Instituto de Antropología de Córdoba (Idacor) establecieron que el 76 por ciento de los cordobeses contemporáneos posee linaje materno nativoamericano y, en una proporción mucho menor, europeo (16 por ciento) y africano (ocho por ciento). El estudio fue publicado por la Universidad Nacional de Córdoba hace unas semanas.

El linaje materno, cabe precisar, se estudia a través del ADN mitocondrial, que contiene información genética de la madre y que se transmite únicamente de madre a hijos. Así, el ADN mitocondrial de una persona proviene de su madre, que a su vez lo heredó de su abuela, de la madre de esta, y así sucesivamente.

Según el estudio “Historia evolutiva de la población del centro de Argentina”, la estirpe indoamericana se concentra en una mayor escala en el norte provincial (Sierras de Córdoba y Mar Chiquita), mientras que en el sudeste y en la llanura pampeana hay más incidencia de ancestros europeos.

En la capital provincial, en tanto, la influencia alcanza al 67 por ciento de la población.

El equipo interdisciplinario a cargo de la investigación de referencia, dirigido por el doctor en biología Darío Demarchi, arribó a esa conclusión tras analizar y procesar un millar de muestras recogidas en 14 poblaciones de 13 departamentos de la provincia, durante la última década.

También participaron en el trabajo Angelina García, Maia Pauro y Rodrigo Nores.

A saber: ciudad de Córdoba (Córdoba), San Francisco del Chañar (Sobremonte), San Marcos Sierra y Villa de Soto (Cruz del Eje); San Carlos Minas (Minas) y Chancaní (Pocho). También, en Villa Dolores (San Javier), Amboy (Calamuchita), La Para (Río Primero), La Tordilla (San Justo), Río Cuarto (Río Cuarto), Cruz Alta (Marcos Juárez), La Carlota (Juárez Celman) y Jovita (General Roca).
Además, aportaron material genético para el relevamiento voluntarios de dos localidades de Santiago del Estero y de otras cuatro de San Luis.

Las madres y los barcos
La revelación del Idacor (que depende de la Universidad Nacional de Córdoba y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) permite sacar una conclusión contundente: si se toma en cuenta la línea materna, casi ocho de cada 10 cordobeses son herederos biológicos directos de pobladores originarios.

Esto significa que, pese a la creencia extendida acerca de que los argentinos venimos de los barcos, el corazón de la mayoría de los cordobeses bombea sangre autóctona.

Al centrar la atención en la herencia paterna y estudiar el cromosoma sexual “Y” (que se transmite por el espermatozoide masculino de padre a hijo a través de las generaciones), los investigadores revelaron que el linaje europeo-Oriente Medio en los cordobeses es del 92 por ciento, mientras que el componente nativo americano y africano es del seis y del dos por ciento, respectivamente.

De las conclusiones de este tramo del informe, se desprende que el acervo genético de la población contemporánea es resultado de una contribución asimétrica dada por hombres europeos que tuvieron descendencia con mujeres de los pueblos originarios de Córdoba. Este patrón no es una excepción, sino que se repite con algunas variantes a lo largo de toda Latinoamérica. También que en el ADN de un cordobés promedio conviven los dos orígenes geográficos.


Ascendencia y pertenencia
“La ascendencia genética no puede ser vinculada a la pertenencia étnica, donde interviene el autorreconocimiento, la pertenencia a un grupo, las costumbres, las historias y otros vínculos sociales y culturales que conforman esa pertenencia”, aclara Demarchi. “Dicho de otra manera, las identidades tienen que ver con el uso de la historia, de la lengua y de la cultura a lo largo del tiempo. No se refieren sólo a quiénes somos o de dónde venimos, sino cómo nos han representado, cómo nos representamos y en qué podríamos convertirnos”, acota el investigador.

“Nosotros, a través de nuestro estudio, no adjudicamos pertenencia étnica, sino origen geográfico de linajes maternos y paternos, tratando de aportar a la reconstrucción de la historia evolutiva de las poblaciones del centro de Argentina”, completa Rodrigo Nores.

Sin embargo –aclaran–, se identificó un linaje autóctono (el D1j) que sería particular de la región centro-oeste del país y se habría desarrollado como evolución local antes de la llegada de los españoles, según el informe científico.

Los científicos llegaron a esa conclusión luego de analizar y procesar 70 muestras arqueológicas con un rango de antigüedad de 370 a 4.525 años, repartidas en distintos puntos de las sierras cordobesas y en el Mar de Ansenuza. Así denominaban los pueblos originarios a la más extensa laguna de la provincia, de agua salobre.

La coincidencia de “variantes genéticas” con la que se sorprendieron los investigadores del Idacor al comparar la secuencia arqueológica con la población actual permite aseverar que hay una continuidad temporal de la progenie de, al menos, cuatro mil a cinco mil años.

Dicho de otro modo: quienes habitaron este suelo cinco milenios atrás no se extinguieron; lo continúan poblando. De hecho, se estimó que entre el 10 y el 15 por ciento de los cordobeses contemporáneos son portadores del linaje autóctono D1j. Lo demuestran los patrones genéticos similares que hay entre los cordobeses de hoy y los habitantes primitivos.

Fuente> Diario La Voz del Interior (Cordoba-Argentina) - 26 de Noviembre de 2.017


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