Las plantas siempre crecen en dirección a la luz.
Nadie
puede
dirigirlas a otra dirección.
Incluso si la luz está lejana, se retuercen y se
quiebran
lo que sea necesario para seguir su camino hacia su
luminoso destino.
Sólo la muerte podrá detenerlas.
Lo mismo sucede con un sueño que sabe adónde va.
Ada Luz Márquez – Hermana Águila
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