Los descendientes de nativos en Siberia aún tratan de mantener vivas las costumbres, culturas y forma de vivir de Los Nganansán, el grupo étnico más antiguo en la localidad.
La vida de un nativo Nganasán ha cambiado mucho, pero están trabajando
para mantener viva su cultura.
Hay unos 40 millones de personas en
Siberia, de los cuales el 10% son originarios. En la temporada del régimen de
la unión soviética en el proceso de industrialización, muchas de las tierras
fueron consideradas como ancestrales y sagradas por los pueblos originarios de
la época y fueron arrebatadas por los colones, lo que generó la desaparición de
una sociedad, de múltiples lenguas, culturas y formas de vida.
A
pesar de los estragos que ocasionaron los sistemas políticos y
sociales, hoy en día siguen existiendo algunas tribus y nativos que
aún tratan de mantener vivas sus raíces y sus formas de vivir. Un ejemplo de
ello es Alexéi Chunanchar, quien explicó en una entrevista para
el portal RBTH como lleva consigo la
forma de vivir que aprendió de Los Nganasán.
Los
Nganasán son el grupo étnico más antiguo, se encuentran ubicados al norte
de Eurasia y Rusia, y son conocidos como unos habitantes históricos de las
tundras o tierras altas encontradas en la península de Taimir. Chunanchar
estudió en una universidad artística de Norilsk, pero desde que vive en la
ciudad, expresó que se sigue sintiendo cercano a la tundra, al folklore del
norte y a la curtura Nganasán, es por esa razón que también trabaja como
maestro tallador de hueso.
En el relato de su historia, el maestro
tallador de hueso contó una singular característica de las familias nganasán,
“en el trabajo y en la ciudad todos llaman al maestro Alexéi pero mi nombre en
nganasán es Aliu, que significa pequeña piedra”.
Chunanchar también explicó que
antiguamente los nativos de las tierras altas no daban tan pronto naciera
nombre a sus hijos, sino que ellos esperaban que los niños mostraran sus
cualidades, rasgos peculiaridades y solo después de ellos le otorgaban un nombre.
Asimismo,
comentó que sin duda alguna la vida de un nativo Nganasán, ha cambiado mucho, pero al igual que algunos
nativos de dolganos, evenki, nénet y enets, éstos trabajan para mantener viva
su cultura, costumbres y tradiciones en pleno siglo XXI.
Chunanchar actúa
en un grupo folklórico llamado Dentedie, en el que
domina el arte del canto de la garganta y toca la guimbarda, viaja por toda
Rusia y por el mundo para transmitir su arte y ser de ejemplo a sus hijos y a
todas las personas originarias que se encuentran en el mundo.
Fuente>Segundo
Enfoque – 24 de Enero de 2.017
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