Yo también fui niño, un “angelito de Dios”.
En la escuela, la maestra nos enseñó que Balboa, el
conquistador español, había visto, desde una cumbre de
Panamá, a un lado el
océano Pacífico, y al otro lado el océano
Atlántico. El había sido, dijo la
maestra, el primer hombre que
había visto esos dos mares a la vez.
Yo levanté la mano:
—Señorita, señorita.
Y pregunté:
—Los indios, ¿eran ciegos?
Fue la primera expulsión de mi vida.
Eduardo
Galeano
Tenemos 365 días y 365 noches
ResponderEliminarpara hacer realidad todas nuestras utopías
¡Feliz Año Nuevo!
Abrazote utópico, Irma.-