jueves, 8 de diciembre de 2016

Victoria


No tienes que ser el mejor.
Sólo tienes que ser tú mismo.

Sólo tienes que ser real.
Y hablar desde el corazón.
Y saber que tienes el derecho
de ver como ves,
y pensar como piensas,
y sentir lo que sientes,
y desear lo que deseas.

No tienes que ser un éxito
ante los ojos del mundo
y no tienes que ser un experto.
Sólo tienes que ofrecer lo que ofreces,
respirar como respiras,
cometer errores y estropearlo todo y
aprender a amar tus tropiezos y
decir lo incorrecto y dejar
de preocuparte tanto por
impresionar a nadie,
porque al final
sólo tienes que vivir contigo mismo,
y la alegría no es dada sino hallada
en las hendiduras más profundas de tu ser,
de modo que pueda haber alegría al caer
y alegría al cometer errores
y alegría al hacer el ridículo
y alegría al olvidar la alegría
y luego sostenerte a ti mismo a medida que te desplomas
en el suelo y lloras
por los viejos sueños.
Alegría es intimidad
con aquel que amas:
Tú.

No tienes que ser el mejor.
No tienes que vencer.
Sólo tienes que recordar
esta intimidad con
el cielo, la cercanía de las
montañas y sentir el calor
del sol en tu cara
y saber que estás vivo,
y que eres un éxito,
y victorioso,
sin tener que probar
 nada a nadie. 

Jeff Foster



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