martes, 20 de diciembre de 2016

Escuela misionera publicó un texto bilingüe que retrata su vida y sus costumbres - Che Rekoa Jasy Pora


Por Alejo Prudkin

Mi comunidad Jasy Porã contiene ilustraciones y textos —redactados en español y mbya guaraní— realizados por los estudiantes de la Escuela Intercultural Bilingüe N.° 941 de la provincia de Misiones. El libro describe las costumbres, la flora y la fauna del lugar, y forma parte de un proyecto más amplio que promueve la lectura y la escritura en escuelas rurales.

La aldea Jasy Porã («Luna hermosa») está localizada a unos pocos kilómetros de la ciudad de Puerto Iguazú. Abrazada por la exuberante selva misionera —tantas veces retratada por el escritor Horacio Quiroga— y atravesada por una cultura milenaria que busca sin descanso la «Tierra sin mal», este poblado alberga una comunidad mbya guaraní que tiene mucho para contar... y compartir.

Tan es así que, en octubre de 2016 —y en el marco del proyecto LEER, de la Asociación Civil Coincidir—, sus niños y niñas se convirtieron en autores de una publicación que describe su semiosfera (atmósfera comunitaria), sus diferentes espacios y actividades cotidianas, los animales y las plantas con las que conviven. «Los dibujos y los textos de los chicos son muy valiosos para el conocimiento y la comprensión de los espacios donde habitan», comenta el director de la Escuela Intercultural N.° 941, Javier Rodas.


El libro surgió después de largas conversaciones entre las autoridades comunitarias y las familias que integran la comunidad educativa de la escuela (padres, madres y tutores), en compañía de la representante de la asociación civil Coincidir, Patricia Pereyro; el profesor de Lengua y Cultura Mbya Guaraní, Carlos Benítez, y el propio director, Javier Rodas.

«Esta publicación ya llegó a 19 comunidades educativas interculturales bilingües de la provincia. Tenemos la intención de que, paulatinamente, todas puedan acceder al material impreso, al que esperamos sumar una versión digital. Esto es muy importante, ya que hay pocos materiales escolares en lengua originaria», explica Rodas.

Contar en la comunidad y desde ella
El proyecto pretende rescatar y ayudar a difundir los saberes y las vivencias de un pueblo; en este caso, a través de las voces de sus integrantes más jóvenes. Apelando al diálogo, al consenso y al trabajo compartido, la iniciativa no perdió de vista el respeto por los tiempos, los deseos y las necesidades de la comunidad mbya guaraní.


«Los niños mbya guaraníes tienen un talento innato para el arte (…) y te enseñan sobre el respeto y la convivencia armoniosa con la naturaleza, donde cada integrante (tierra, plantas, animales, agua, cielo, etc.) tienen un por qué existir. Tienen una mirada no economicista del mundo, donde solo se utiliza lo que se necesita de manera imprescindible. También son parte de un pueblo con una profunda consideración por sus ancianos. En esta sociedad originaria, las personas mayores tienen un lugar protagónico: son escuchados, respetados y su voz está siempre presente», sostiene Rodas.

Los desafíos (presentes y futuros)
La Escuela Intercultural N.° 941 inició sus actividades el 10 de marzo de 2015, con el objetivo de dotar de escuela primaria al corazón de la aldea: hasta ese entonces, más de 60 niños y niñas debían caminar casi tres kilómetros para ir a la escuela. Creada gracias al trabajo conjunto de las autoridades comunitarias y de sus propios habitantes —al que se sumó la donación de un artista argentino que reside en Alemania—, en 2016 incorporó el nivel secundario. Actualmente, la escuela recibe alumnos mbya guaraníes de las aldeas Jasy Porã, Ita Poty Miri y Tupã Mba’e.


«La escuela es el lugar donde vamos construyendo sueños y logrando realidades con la participación de todos los integrantes de la comunidad», comenta Rodas, con más de 10 años de trabajo en comunidades mbya guaraníes.

En cuanto a los proyectos y desafíos a futuro para la escuela, Rodas enumera: 
-Construir nuevas aulas e implementar el Nivel Inicial;
-Designar nuevos docentes para fomentar la enseñanza personalizada (hoy la escuela es plurigrado);
-Generar nuevos espacios recreativos y de atención a la salud para la comunidad;
-Producir más materiales didácticos desde los propios alumnos;
-Lograr un mayor acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (en la comunidad Jasy Porã, están llegando a través de los teléfonos celulares);
-Promover que los jóvenes continúen sus estudios en la educación superior;
-Registrar la memoria de los ancianos. 


«La principal problemática de los pueblos originarios, en general, es el reconocimiento en los títulos de propiedad de las tierras y los territorios que ocupan de manera tradicional. El acceso a la educación secundaria y superior va llegando paulatinamente a las comunidades como así también la asistencia sanitaria. Son tareas que requieren un compromiso real con las comunidades, fundamentalmente de las personas que tienen relación con estas», concluye Rodas.

Fuente> Portal Educ.Ar – Ministerio de Educación de la República Argentina – 6 de Diciembre de 2.016

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