jueves, 19 de mayo de 2016

Querido hijo:


Algún día, hijo querido, cruzaremos el abra de la vida y nos iremos a recorrer otros caminos junto a las estrellas. No moriremos jamás sólo nos iremos y seguiremos en este Pachakuti y tú, cuando yo haya cruzado el abra de la vida no me llores sólo haz lo que te enseñaron mis abuelos a través de mí, ama al mundo a todos tus hermanos y hermanas, al tata cerro, a la mama agua, a los animales y cuando tengas alguna duda consúltame, seguro estaré en la luz de la luna alumbrando, querido hijo, tus pasos en esta vida. 

Sergio Daniel González



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