Una
tradición que ahora tiene su propio récord.
La
convocatoria se hizo ayer en un parque público de Misiones. La gente fue con
sus mates, pavas y termos el Domingo 3 de abril de 2.016. Será registrada en el
libro Guinness.
Misiones
y el mate se aseguraron un lugar en el libro Guinness de los Récords. Bajo la
consigna “el mate nos une, el mate nos iguala” se concretó ayer en la localidad
de Candelaria la mateada más grande del mundo. Más de 18.000 personas fueron
las participantes.
Enrique
Ortiz, uno de los impulsores del encuentro, contó que la idea surgió durante el
verano. “Nos dimos cuenta de que el mate no figuraba en el libro de los récords
–que es el segundo más vendido después de la Biblia– y decidimos armar algo
para que todo el mundo lo conozca”.
Además
explicó que el encuentro se hizo en un lugar público, la Costanera de
Candelaria, “para poder compartir entre todos porque el mate nos iguala a
todos, a ricos con pobres, a patrones con empleados”.
Desde
la Municipalidad de Candelaria se contactaron con los responsables del Guinness
en Latinoamérica y crearon la categoría que los obligaba a reunir a más de
1.000 personas con su mate. Catorce molinos se encargaron de proveer yerba y
abundante agua caliente durante la mega ronda matera.
Luis
Romero y su esposa Leónida llegaron temprano al encuentro de mateadores. Luis
jura que el mate estilo brasileño que tiene lo acompaña desde hace 27 años. “Lo
traje de un viaje de trabajo que hice para inspeccionar un puente sobre el
arroyo Acaraguá. Lo tenían unos muchachos del Ejército y les pedí que me vendan
pero no quisieron. Después me regalaron, pero no fue gratis, porque se quedaron
con un cuchillo que usaba en los asados”, recuerda.
De
cara al río Paraná y mirando de reojo los negros nubarrones, Luis dice que la
mejor forma de preparar el mate es empezar a cebar con el agua tibia y
descartar los tres primeros sorbos. “Nunca lo hago con azúcar, pero por ahí le
pongo algún yuyito”, confiesa.
Miriam
Franco es una artesana de Puerto Rico y llegó hasta Candelaria para mostrar y
vender los mates que salen de los porongos que cosecha en su patio. “Los saco
medio verdes todavía y los dejo secar al sol unos tres meses. Después los
corto, les doy la forma adentro y empiezo a decorarlos y barnizarlos”, resume
mientras muestra uno de casi un metro de alto y decorado con una imagen del
temible yaguareté.
Sonriente,
Jorge Domingo Nacimento llegó a la costanera con una pava y un mate que también
debería estar en el libro de los records. “Lo hice yo mismo hace dos o tres
años, pero no me salió muy económico porque lleva medio kilo de yerba...ahora
ya voy por la tercer pava de agua caliente y todavía tengo la mitad de la yerba
sin mojar”, dice orgulloso.
Este
albañil asegura que no puede arrancar el día sin tomar mate. Y la espumante
infusión también está al cierre de la jornada, aunque aclara que los días que
no trabaja esas mateadas se multiplican por dos.
Mónica
Resek tampoco quiso perderse la fiesta que armaron los mateadores y llegó con
un porongo gigante que contiene en la parte superior un mate más pequeño. “Este
porongo lo traje de El Soberbio hace 35 años y la bombilla, que también es
gigante, la compré en Brasil”. El mate, junto a una enorme pava de reluciente
aluminio, tiene reservado un lugar sobre la cocina a leña de su casa, en
Posadas.
Bajo
la atenta mirada de Gabriel Russo, un grupo de gauchos de dos agrupaciones
tradicionalistas armaron un fogón para calentar agua al estilo tradicional. Y
para acompañar el ritual que va camino a tener su lugar en el Guinness, le sumaron
una renegrida olla de donde no paraban de salir tortas fritas.
Fuentes:
Diario
Clarín
Misiones
On Line
Fotografías
de Argenta Multimedios
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