sábado, 20 de febrero de 2016

La paradoja de nuestro tiempo


La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que tenemos edificios más altos, pero temperamentos más cortos; autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos.

Gastamos más, pero tenemos menos, compramos más, pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas, más comodidades, pero menos tiempo;

Tenemos más títulos, pero menos sentido común, más conocimiento, pero menos juicio, más expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos bienestar.

Bebemos demasiado, fumamos demasiado, gastamos imprudentemente, reímos muy poco, manejamos muy rápido, demasiado enojado con demasiada rapidez, mantenerse demasiado tarde, nos levantamos muy cansados, leemos muy rara vez, vemos demasiada televisión, y oramos rara vez .

Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores.

Hablamos demasiado, amamos muy rara vez, y odiamos con demasiada frecuencia.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no una vida, hemos agregado años a la vida, no vida a los años.

Hemos recorrido todo el camino a la luna y de regreso, pero tenemos problemas para cruzar la calle para conocer al nuevo vecino.


Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el espacio interior.

Hemos hecho grandes cosas, pero no cosas mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminado el alma.

Hemos dividido el átomo, pero no nuestros prejuicios.

Escribimos más, pero aprendemos menos.

Planeamos más, pero logramos menos.

Hemos aprendido a correr, pero no esperar.

Construimos más computadoras para tener más información para producir más copias que nunca, pero tenemos menos comunicación.

Estos son los tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, hombres altos, y el carácter de corto, de altas ganancias y relaciones superficiales.

Estos son los tiempos de la paz mundial, pero la guerra doméstica, más ocio, pero menos diversión, más variedad de comida, pero menos nutrición.

Estos son días de dos ingresos por familia, pero más divorcios, de las más elegantes casas, pero hogares quebrados.

Estos son días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad desechable, de una sola noche, cuerpos con sobrepeso y pastillas que sirven para todo, para ser alegre, para ser callado, para matar.

Es un momento en que hay mucho en el aparador y nada en el almacén, un tiempo en que la tecnología te puede traer esta carta, y un momento en que puedes puede elegir compartir este pensamiento o solo eliminarlo.

Bob Moorehead


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