lunes, 4 de enero de 2016

Los tres tamices - Sócrates


En la antigua Grecia, Sócrates tenía una gran reputación de sabiduría.

Un día vino alguien a encontrarse con el gran filósofo, y le dijo:

-¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?
-Un momento-respondió Sócrates. - antes de que me lo cuentes, me gustaría hacerte unas preguntas, las llamo las preguntas de los tres tamices.

-¿Los tres tamices?
-Así es,-continuó Sócrates. - antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir.

Lo llamo el test de los tres tamices:
El primer tamiz es la verdad.
Has comprobado si lo que me dices es verdad?
-No... Solo tengo de oído lo que he de hablar...
-Muy bien. Así que no sabes si es la verdad.

Continuamos con el segundo tamiz, el de la bondad.
Lo que quieres decirme sobre mi amigo, es algo bueno?
-Ah no! Por el contrario
-Entonces,-continuó Sócrates,-¿quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro de que son verdaderas?.

Tal vez aún puedes pasar la prueba, sigue el tercer tamiz, el de la utilidad.
¿Es útil que yo sepa lo qué me habría hecho este amigo?
-No, no lo creo.
-Entonces,-concluyó Sócrates,-lo que querías contarme no es ni cierto, ni bueno, ni útil; ¿porque querías decírmelo?


Fuente: El Sendero del Chamán

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