miércoles, 25 de noviembre de 2015

La piedra del sol


También llamada Calendario Azteca porque sus relieves son alusivos a los cultos solares y conocimientos astronómicos de los aztecas. Este gigante monolito es el resultado de siglos de observación astronómica de nuestros antepasados.

La Piedra del Sol es, probablemente, el monolito más antiguo que se conserva de la cultura prehispánica, cuya fecha de construcción fue alrededor del año 1479. Los motivos escultóricos que cubren su superficie parecen ser un resumen de la compleja cosmogonía azteca.

Este monumento está labrado en bajo relieve en un monolito basáltico. Tiene un diámetro de 3.60 metros y pesa 25 toneladas. En la Plaza Mayor de la Gran Tenochtitlán, ocupaba un destacado lugar colocado sobre uno de los templos llamado Quauhxicalco.

Fue derribado al consumarse la conquista española, permaneció enterrado 270 años hasta ser descubierto el 17 de diciembre de 1790. Actualmente preside la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología e Historia en Chapultepec.

La Piedra del Sol es un tratado muy completo de sabiduría gnóstica que encierra, en forma sintética grandes conocimientos místicos, esotéricos, religiosos, antropológicos, históricos, etc. Los sabios del antiguo México, poseedores de conocimientos profundos y trascendentales, dejaron para la posteridad el camino, trazado en símbolos, que puede conducirnos a una transformación radical, con el propósito de que los verdaderos buscadores de la sabiduría la puedan encontrar.

Esta mística pieza está fundamentada en el número tres, donde encontramos el origen mismo e historia de la humanidad, conjugado todo esto con la matemática, la astronomía y lo más importante: el sendero secreto que ha de conducirnos a la auto realización íntima del Ser. El estudio reflexivo de esta piedra cósmica, puede revelarnos enseñanzas que sirven para orientarnos en la búsqueda de la auténtica sabiduría.

Es la Piedra del Sol un verdadero mapa donde se describen, paso a paso, las leyes y la forma de lograr la liberación final.

En el centro aparece Tonatiuh, el dios Sol decorado a la manera nahua. Símbolo de lo espiritual en el ser humano, del Amor, la Fraternidad, el altruismo, la bondad, la paz, diligencia, templanza, etc. aparece glorioso con su lengua triangular que lejos de significar sed de sangre, nos representa la importancia que tiene el Verbo, la palabra, no sólo para comunicarnos, sino su relación en el origen de la creación.


A los lados del Gran Rostro se encuentra cincelada dos garras estrujando corazones humanos, indicándonos la necesidad de eliminar de nuestra naturaleza interna las pasiones animales la ira, el orgullo, la lujuria, la soberbia, la avaricia, la envidia, el egoísmo, etc., es ahí donde está la clave para que nosotros acabemos con las guerras, con la explotación del hombre por el hombre, para que terminemos con muchas de las enfermedades, hambres, miseria, etc. para lograrlo se necesita de un valor muy grande, pues hay que enfrentarse a sí mismo, es por eso que colocaron garras para indicarnos esto.

Se menciona esta magnífica pieza que 4 razas anteriores nos precedieron, coincidiendo extraordinariamente con otros pueblos como los mayas que afirman que no somos la primera raza existente en la tierra, sino que otras han existido alcanzando su esplendor y luego decayendo.


La primera la denominaron Oceltonatiuh de Ocelotl (Jaguar) y Tonatiuh (sol); esta primera raza aseguran fue devorada por los tigres.

Es muy importante hacer notar que los antepasados de Anahuac tenían al tigre como símbolo de sabiduría y perfección; es decir que esta primera raza alcanzó grados de desarrollo místico elevadísimos. La Segunda raza la llamaron Ehectonatiuh de Ehectal (dios del Viento) y Tonatiuh (el sol), esta raza afirman fue arrasada por fuerte huracanes, analizando la palabra Huracán encontramos que es uno de los nombres que dan los mayas a el corazón del cielo, que dividían en tres partes Chípi Kukulha, Raxá Kukulha y Kukulha y en su conjunto decían Huracán; con esto podemos entender que la Segunda raza existente en nuestra tierra estuvo llena de principios anímicos (alma) y espirituales (ser).

La tercera Raza se denominó Quiauhtonatiuh de Quiauh (Lluvia) y Tonatiuh (sol), el sol de Lluvia está raza fue destruida por lluvia de fuego y terremotos. La Cuarta raza la llamaron Atonatiuh de Atl (agua) y Tonatiuh (sol), esta raza fue destruida por agua, la catástrofe que relatan los aztecas es muy similar a la que se encentra en muchos pueblos de la tierra.

Berith II

Fuente: Historia y Cultura Maya y Azteca

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