sábado, 5 de julio de 2014

El origen del calafate – Leyenda Selknam

Cuando los Selknam señoreaban la Tierra del Fuego y nadie había llegado a apoderarse de su territorio, ellos se encontraban agrupados en tribus.

Dos de ellas estaban en gran conflicto, pues los jefes de ambas comunidades habían tenido una disputa y juraron que su odio llegaría hasta la muerte.
Calafate, la hermosa hija de uno de los jefes de esta tribu, vivía ajena al odio de su padre, disfrutando de la vida y el vigor de su juventud. Un día al atardecer, que es la hora del amor, se encontró con un joven fuerte y apuesto. Los grandes y bellos ojos de Calafate lo hechizaron desde el primer momento. El amor creció y era fuerte he indestructible para cuando descubrieron que eran hijos de enemigos.
Cuando el padre se enteró de la relación de su hija con la del guerrero que consideraba su enemigo, recurrió al brujo de la tribu para poner fin a este amor.
“Tan solo sus dulces ojos deben permanecer”, sentenció el padre. El brujo la transformó en un arbusto, cuyo fruto guardara la belleza y dulzura de sus ojos negros. Sin embargo, estaría rodeado de espinas para que el joven enamorado no pudiera tocarla.

El padre, sin embargo, no contaba con la fuerza ni la felicidad de este amor: el guerrero permaneció a su lado hasta el día de su muerte.


Es por esta razón que si comes de este fruto caerás en el embrujo y tu corazón se sentirá atraído hacia la Patagonia y siempre querrás volver, pues el poder del amor que encierra el calafate provoca el deseo de volver a la tierra donde esta historia tuvo lugar.


Leyenda de Tradición oral relatada por Mariella Argüelles.

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