domingo, 24 de marzo de 2013

Overa, la rebelión del cacique luminoso (Oberá)


La historia “oficial” de la Conquista de la región altoparanaense (Paraguay, Brasil, Noreste Argentino actuales), por los españoles en los años 1.500, escrita por las clases dominantes, siempre intentó esconder o minimizar las bravas luchas de resistencia de los pobladores originarios, principalmente de los guaraníes. 

Una de ellas, prácticamente desconocida por los pobladores de esta región fue comandada por el Cacique Overa (Vera en guaraní: Luminoso, Resplandeciente).

Consciente de la dificultad de vencer a los europeos por las armas, Overa generó una de las primeras “huelgas” de las que se tiene noticia en América.

Una huelga general, total, en la que los guaraníes se negaron a continuar trabajando para los españoles, dedicándose exclusivamente a danzar y cantar durante días, semanas y meses. 

Las pocas informaciones existentes sobre la llamada Rebelión de Overa (Oberá) las heredamos principalmente de los poemas de Martín del Barco Centenera, publicados en 1.602, clasificados por muchos estudiosos como artísticamente ruines e históricamente tendenciosos, pro-hispánicos.

Imágen: Alex Soares






























Según Bartomeu Meliá, en su libro El Guaraní Conquistado y Reducido (1.993), el movimiento indígena comenzó entre los años 1.578-1.579 en la región de Guarambaré, en las proximidades de Asunción, capital del Paraguay. Más luego se expandió en todo el territorio de la región del Río Paraná –probablemente en la región de la Provincia del Guairá y también en las regiones central, norte y noroeste del actual estado de Paraná en Brasil.

“Intérprete de la opresión en la vivían los Guaraníes, Overá, con rara elocuencia, verdadero señor de la palabra, ofrecía a su pueblo la liberación de la sujeción a los españoles”, dice Meliá.

Liderados por este Cacique cuyo nombre guaraní era Verá, el Luminoso, el Resplandeciente, los indígenas protagonizaron una revuelta extremadamente singular. Una especie de “huelga general”, a través de la cual rechazaban seguir trabajando en favor de los conquistadores, pasando a cantar y danzar ininterrmpidamente.

Meliá dice que los guaraníes practicaban la conocida “danza ritual guaraní”.

Para dimensionar los escritos desde la conquista y con óptica euro-etnocéntrica basta leer estos versos extratados de largo escrito de Martín del Barco Centenera donde refiere a Overa (Oberá).

Obera, como digo, se llamaba,
que suena resplandor en castellano.
En el Paraná Grande éste habitaba,
el bautismo tenía de cristiano.
Mas la fe prometida no guardaba,
que con bestial designo a Dios, tirano,
su hijo dice ser y concebido
de virgen, y que virgen lo ha parido.

La mano está temblando de escribillo,
mas cuento con verdad lo que decía
con loca presumpción aquel diablillo,
que más que diablo en todo parecía.
Los indios comenzaron de seguillo
por todas las comarcas do venía,
atrajo mucha gente así de guerra,
con que daños hacía por la tierra.

Dejando, pues, su tierra y propio asiento,
la tierra adentro vino predicando;
no queda de indio algún repartimiento
que no siga su voz y crudo mando.
Con este impío pregón y mal descuento
la tierra se va toda levantando,
no acude ya al servicio que solía,
que libertad a todos prometía.

Mandoles que cantasen y bailasen,
de suerte que otra cosa no hacían,
y como los pobretes ya dejasen
de sembrar y coger como solían,
y sólo en los cantares se ocupasen,
en los bailes de hambre se morían,
cantándoles loores y alabanzas
del Obera maldito y sus pujanzas.

Un hijo que éste tiene se llamaba
por nombre Guiraró, que es palo amargo.
Del nombre Papa aquéste se jactaba.
Con éste el padre, dice: «Yo descargo
la grande obligación que a mí tocaba
con darle de pontífice el encargo».
Aquéste es el que viene bautizando,
y los nombres a todos trasmutando.

No quiero más decir de sus errores
de que andaba la tierra alborotada
en todo el Paraná y sus rededores;
y así se fue tras él de mano armada.
Mas como éste tenía corredores,
y gente puesta siempre en gran celada,
en viendo la pujanza conocida
del enemigo, pónese en huida.

Cacique Overa (Oberá-Misiones) Autores: Gerónimo Rodriguez y Humberto Díaz

Meliá relata: los guaraníes hicieron inumerables ceremonias de “debaustismo”, renegando de los nombres “cristianos-europeos” que habían recibido de los opresores y volvieron a utilizar sus nombres indígenas.

Aún hoy los rituales de nominación son muy importantes dentro de la cultura guaraní. Bartolomé Meliá explica que, distintos a los occidentales, los originarios guaraníes no son llamados o nombrados por este o aquel nombre sin que el “es” su propio nombre.

En cuanto a las autoridades de Castilla, mostraban su desconcierto frente a tan inusitada rebelión, ésta se expandía rápidamente no solo rumbo al Paraná sino también al sur y al norte de la capital paraguaya, llegando hasta el río Ypané.

Fue solamente con la llegada de Juan de Garay que los españoles reaccionaron. Las tropas irrumpieron en las aleas para traer nuevamente a los guaraníes al trabajo. Pero, al contrario de lo que planeaban los atacantes, el líder de los “rebeldes”, el Cacique Luminoso, nunca fue encontrado.

Overa, simplemente desapareció sin dejar rastros –dice Meliá. Pero es posible que haya continuado actuando de algún modo, pues se registra como hecho interesante de que cuatro mestizos –entre ellos el hijo de un portugués- intentaron mantener la rebelión del Cacique Overa durante algún tiempo luego del ataque de Garay.





























El ejemplo de Overa permaneció ya que en 1.589 en el Paraguay, los indígenas Acahay, Tevikuary e Yvyturusu se rebelaron en los mismos moldes que el primero. Todo “por causa de ciertos cantores que, con sus cantos, los lleva a realizar algunas ceremonias y ritos a través de los cuales se “apartan del servicio de Dios y no van más a servir a sus patrones encomenderos (patrones españoles)”-relata el antiguo diario de un capital, reproducido por Juan Francisco Aguirre en 1.949 en la Revista de la Biblioteca Nacional de Argentina.

Extraído de: Rosana Bond, Año IV, Nº27, Noviembre de 2.005. La rebelión del Cacique Luminoso http://www.anovademocracia.com.br/index.php/A-rebeliao-do-cacique-Luminoso.html en lengua portuguesa.

Traducción: José Javier Rodas 

1 comentario:

  1. Mi lengua materna es el guarani, lo hablanan mis abuelos y mi madre, tenian rasgos guaranies, soy orgullosa de mi ADN.Esta pagina es muy buena, cuando llega a mi mail es alegria de encontrar nuevas historias.gracias Maria Juana Eguia Torrent

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