No todo el mundo puede tener la suerte de estar con una mujer Medicina.
Sí, porque las mujeres Medicina son como el agua limpia de una cascada, son fuertes, brillantes, sinceras, transparentes, son una pócima, creadas para curar el alma.
Las mujeres Medicina no se conforman, pueden ser tan sutiles y adorables como el más bello de los ángeles, con su sola presencia curan todos tus males.
Huyen a menudo, cuando se enfadan se van, la hipocresía las desespera, su esencia no es negociable, pero siempre te miran a los ojos, siempre.
Son difíciles porque son estrictas, directas, sinceras, frontales, ordenadas, estrategas, entregadas, dedicadas, son inteligentes, muy inteligentes, incontrolables.
Saben dirigir las fuerzas de su espiritualidad, y son aliadas de la naturaleza. Por eso son dueñas y señoras de su vida, y eso las hace fuertes. Tienen espíritu de magas, fuerza de guerrera, corazón de sanadoras.
Tienen los ojos más dulces por los que se les puede ver el alma, a veces tristes, a veces felices, pero siempre encendidos como dos estrellas.
Saben amar con cuerpo y alma, con sus vidas, pero aman fuerte, sin límites, con todo el fuego del universo.
No puedes detenerlas cuando aman, como no puedes detener una tormenta cuando llega.
Estar al lado de este tipo de mujer significa abrazar el amor y la locura, porque estar loco es lo que te hace sentir vivo de verdad. Porque su ternura, su dulzura, su fuego, su dedicación, su elegante fragilidad, a menudo te arrastra al éxtasis.
Luego miras atrás y piensas que con ella sentirás la vida y después de eso sin ella nada será igual.
Cuando una mujer medicina decide irse, no mira atrás, empuña su corazón, lo blinda, se reinventa, renace como el fénix, y se torna más poderosa.
Hay quien abandona a este tipo de mujeres, porque no soportan su luz ni que les refleje su oscuridad, por cobardía, porque no saben cómo tratarlas, como cuidarlas, son como una utopia, dificil de hallar como una pieza única, un diamante , casi místicas, un reto.
Se sienten atraídos por su luz, por su hermosura, por su delicadeza.
Pero cuando se saben rebasados, huyen.
Prefieren regresar a lo conocido, a lo fácil, rutinario, común, a su zona de control, a su cotidiana mediocridad.
Pero puedo asegurarles que nadie las olvida. porque son terriblemente hermosas, inteligentes, grandiosas, sabias, te dan vuelta el pensamiento para que rompas tus paradigmas y te veas a ti mismo, son únicas, e irremplazables.
Si tienes a tu lado una mujer medicina, cuídala, valorala, disfruta de su amor, compañía, haz de cada día una fiesta, de su amor una ceremonia y de amarla un ritual, porque nunca más podrás ser tan feliz y amado como a su lado
Reconociendo sagrado femenino sagrado masculino.
Compartido por Fernándo Emilio Flores
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