"Los ancianos solían decir que el Gran Espíritu es muy ahorrativo porque al Gran Espíritu no le gusta tirar nada. En cambio, el Gran Espíritu prefiere arreglar las cosas. A la edad que tengo ahora sé que esto es cierto. He tenido el Corazón roto, sueños rotos, la confianza rota, el espíritu quebrantado y un cuerpo roto. Pero cada vez, el Gran Espíritu me ha arreglado. Con paciencia y persistencia, con mano cuidadosa y un buen ojo, Gran Espíritu me ha puesto de nuevo juntando, tejiendo las piezas con el vínculo del amor, restauradas por la gracia, para que yo pudiera volver a ser útil y ayudar a mi manera a la curación de los demás".
Compartido por Ada Luz Márquez
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