miércoles, 25 de octubre de 2023

Qhapaq Ñan - El Gran Camino Inca




El Gran Camino Inca o "Qhapaq Ñan" en idioma Quechua, fue el eje principal de un gran sistema vial que contó con aproximadamente 30 mil kilómetros de caminos. Una extensa red de comunicación que se había organizado a lo largo de los muchos siglos de civilización andina (preincaicos) y que los incas habían articulado, como parte de un proyecto político integrador y expansionista de magnitud continental llamado Tawantinsuyu, que alcanzó su máxima expresión en el siglo XV.

El sistema vial se estructura sobre la base de caminos longitudinales y transversales, dispuestos estratégicamente teniendo como eje vertebrador a la Cordillera de los Andes; por sus trazos transitaron personas y viajaron con ellos conocimientos, ideas y costumbres, así como productos vinculando e integrando diversos pisos ecológicos característicos de la región andina.

Esta red vial unió todo el Tahuantinsuyo a través de los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, atravesando desiertos, zonas agrícolas, cadenas montañosas, pantanos, etc. Todas las rutas partían desde el Cusco, ciudad Imperial. La más importante de ellas es la que iba en dirección hacia Quito, actual capital de Ecuador.

El Qhapaq Ñan significó principalmente la base de la expansión política incaica, pues permitió la rápida movilización de los ejércitos y de los funcionarios estatales. Además, facilitó el transporte de valiosos recursos, como metales, conchas spondylus, madera, hojas de coca, textiles, etc.

Los tambos, recintos que eran usados como albergues y depósitos, estaban dispuestos a lo largo de los caminos para permitir a los viajeros descansar y guardar sus pertenencias. Por lo general, eran de forma rectangular y estaban divididos en varios espacios independientes. Hubo tambos de distintos tamaños: los más grandes contaban con ambientes residenciales, plazas y depósitos, y se usaban para hospedar al Inca y a su séquito. Los de menor tamaño servían de posada para los chasquis, que eran mensajeros del Tawantinsuyu.

La construcción de puentes también fue determinante para el Qhapaq Ñan, pues gracias a estos, los incas pudieron atravesar laderas, ríos y, en general, una accidentada geografía andina. Algunas de estas plataformas se construyeron a base de piedras y otras de madera. También hubo puentes colgantes que fueron construidos con fibras vegetales, como es el caso del Q'eswachaka, considerado el último puente inca que se mantiene vigente hasta la actualidad.

Los incas no fueron los únicos que construyeron caminos para unir sus territorios. Muchas de las rutas que utilizaron e integraron a su sistema vial fueron construidas por las culturas que los precedieron. Estos caminos eran exclusivamente locales y unían centros sagrados o huacas con pequeños poblados.

Algunos complejos arqueológicos de la cultura Wari, como Piquillacta, por ejemplo, contaron con importantes sistemas viales. Otra evidencia de caminos preincaicos se encuentra en el valle de Moche, en la costa norte del Perú, y en Lima, donde se construyeron caminos en las dos márgenes del río Chillón, en Pachacámac, y en el valle del río Cañete. Estas vías eran atravesadas por otras que llegaban a las zonas andinas, e incluso a la Amazonía. En el 2014 fue nombrado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

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