miércoles, 29 de agosto de 2018

Invocación al Poder del Gran Espíritu


Oh Gran Espíritu,
Tú que todo lo observas a través de la mirada
refulgente y prístina de las estrellas.
Tú que te manifiestas en la perfume y el néctar
de la rosa y la gardenia, en el vuelo de la alondra
y en el canto del cuervo y el gorrión.
 
 
Tú que respiras a través del eco de las
montañas, en la pureza de los valles, en la
suave brisa de las colinas y en la belleza
multicolor de la vida en las quebradas.
 
Tú que te manifiestas creando la vida en la
vastedad de los océanos, y que bulles a través
de la sutil melodía de los ríos y en el suave
murmullo acogedor de las cascadas y los arroyos.
 
 
La inmensidad de tú Omnipresencia se expande
en las cuatro direcciones, desde lo conocido hasta
los remotos confines de lo por conocer. Desde la
pequeñez del insecto, hasta la grandeza
del cosmos y la inmensidad de las galaxias y
los multi universos.
 
Por ti, es que el Padre Sol nos regala la vida.
Por ti, es que la Madre Luna ilumina nuestra mente.
Por ti, es que las Estrellas brillan en el firmamento.
Por ti, es que el gran misterio nos está esperando.
Por ti, es que la Madre Naturaleza nos prodiga el
pan, el sustento y la gracia de estar vivos.
 
 
Que la Paz, el Amor y la Armonía puedan llegar a fluir
libremente en el corazón de la sufrida humanidad.
Que la Compasión, la Honestidad y la Sinceridad
puedan brotar con espontánea naturalidad en la
sonrisa tierna e inocente de los niños, ya que en
ellos descansa la dulce esperanza de crear en la
tierra una nueva Edad Dorada.
Oh Gran Espíritu,
Escucha el Rezo y la Plegaria de mi Corazón.
 
 
Que la Luz radiante de tú Omnipotencia, pueda
brillar en el espíritu y el Alma de todos los seres.
Que la Sabiduría y el Conocimiento de tu
omniabarcante e ilimitado poder, puedan
finalmente despertar a la mente dormida y
aletargada del ser humano, del largo y profundo
sueño de la falta de consciencia y de la ceguera
propia de la ignorancia espiritual.
Oh Gran Espíritu,
escucha el Rezo y la Plegaria de mi Corazón.
 
Que la Nobleza, la Tolerancia y la Serenidad
puedan habitar en la pureza y la divinidad
del alma del ser humano.
Que la Llama Blanca de la Ascensión, limpie,
refine y purifique nuestros pensamientos, palabras
y acciones, y nos bendiga y nos inspire para poder
caminar con coraje, determinación y rectitud
por la amorosa senda del corazón.
Oh Gran Espíritu,
escucha el Rezo y la Plegaria de mi Corazón.
 
Que el poder y la radiación de tus bendiciones
puedan alcanzar e iluminar con el fuego sagrado
del Corazón de Dios, a todos los reinos y dimensiones
de la tierra, y a todos los seres tanto del mundo visible
como invisible que la habitan y evolucionan según el
misterioso y mágico diseño del Plan Divino.
Oh Gran Espíritu,
escucha el Rezo y la Plegaria de mi Corazón.



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