domingo, 2 de abril de 2017

La Numeración en Guaraní - Rubén Bareiro Saguier


"[...] esos pueblos en los que el infinito comienza en el pulgar [...]" Jorge Luis Borges 

Los testimonios recogidos, en distintas épocas, en el seno de diferentes expresiones dialectales guaraní no dan cuenta de un sistema numérico que supere la cifra cuatro. Existen, sí, algunas referencias en el Tesoro de la lengua guarani o en el Vocabulario de la lengua guaraní[1], del P. Antonio RUÍZ DE MONTOYA, o en el corpus mítico-cosmogónico más importante, recogido por León CADOGAN, Auvy Rapyta - Textos míticos de los Mbya-Guaraní del Guairá[2].
Comencemos por transcribir esas cuatro cifras, cuya existencia resulta incontestable, desde la época pre-hispánica, y cuyo uso sigue siendo corriente en la población guaraní-hablante, indígena y mestiza, de nuestros días, en Paraguay :

1 = peteĩ
2 = mokõi
3 = mbohapy
4 = irundy[3]

Luego de esta última, la referencia numérica se vuelve vaga, cobra un carácter general, y la única "precisión" es heta, 'mucho(s)'[4]
Algunas consideraciones etimológicas, más o menos claras, resultan del carácter altamente motivado propio a los nombres en guaraní. Así mokõi viene del factitivo mbo- (mo en contexto nasal) + kõi, 'doble' ("dos cosas pegadas", dice MONTOYA); 'hacer, volver doble'; irundy, de irũ , 'compañeró , -ty (ndy en contexto nasal), colectivo, 'par', 'reunión' , y al mismo tiempo idea distributiva, de donde irundy sería 'el conjunto, el par de compañeros'[5]. Más dificil resulta precisar el origen de las cifras 1 y 3, sin caer en vaguedades o fantasías, por lo cual preferimos no avanzar una hipótesis dudosa. Tanto más que el abuso del argumento etimológico, a lo que es proclive una gran can­tidad de especialistas paraguayos del guaraní, puede conducir a ciertas aberraciones fantasiosas. Ejemplo de ello es lo que sostiene Gaspar N. CABRERA a propósito de los números:

La noción de la unidad se expresa en la lengua guaraní con las palabras po que significa la mano humana y py que significa igualmente el pie del ser humano, de ahí poti o peti designa una mano sola, como kuñati, por eufonía, kuñatãi, mujer soltera o sin pareja, uno; pokõi o mokõipo, mano, y kõi, dobe, o dos manos, dos; pohapy o mbohapypo, mano, ha, y, py, pie, dos manos y un pie;yru, compañero, pareja, parejas de dos manos y dos pies, cuatro; pokua o pekuapo o pe, mano y kua, dedos, cinco [...] (págs. 47-48)[6].

De acuerdo con el criterio de G.N. CABRERA el sistema numeral guaraní es "octoginal", porque se basa en ocho cifras. Con un criterio más racional, otra hipótesis sostiene que ese sistema es -o era- cuaternario, "con cuatro nú­meros básicos y sus combinaciones'. Es la teoria del Padre Antonio GUASCH y la del Profesor Reinaldo DECOUD LARROSA. Sin embargo, éstos se pronun­cian por el sistema "denario" o decimal en la recomposición propuesta, quizá porque las "combinaciones" de esas cifras básicas, de existir en el antiguo guaraní, no han funcionado en la práctica corriente del guaraní paraguayo, que a partir de la cifra cinco (designada a veces por la palabra po,'manó, es decir 'los cinco dedos'), y normalmente del seis, ha utilizado los nombres de la numeración en castellano, adaptándolos a la fonética de los sonidos en guaraní [séi], [ó∫o], [dié], etc.

Con respecto a la "combinación" encontramos en el Vocabulario de RUÍZ DE MONTOYA un ejemplo, pero no en función de 4, sino de 5. Se trata del número 10 =acepo yobai, en cuya etimología distinguimos: che, 'mi(s)', po, 'mano(s)', yobai, 'frente a frente' o 'lado a lado' ("antiguamente decían acepo yobai, aora dicen diez", expresa MONTOYA). E1 prefijo a- -marca de la 1a persona verbal- en acepo, se debe a un exceso de personalización del transcriptor, debido a la connotación especial de posesión reforzada por la noción central de 'mano'.

Una reflexión, a manera de hipótesis, se impone, antes de exponer los sistemas de recomposición numeral propuestos en los últimos años. La misma concierne el carácter de la sociedad guaraní antes de la conquista: se trataba de una colectividad no mercantilista, en la que el sistema de intercambio estaba regido esencialmente por el trueque. Al no existir ni acumulación de bienes ni plusvalía, carecía de importancia capital el signo que por excelencia regula el mecanismo de la relación mercantil, el número, así como las operaciones que en sus combinaciones estructura el complicado sistema de esa forma de intercambio. Esta podria ser una de las razones principales de la "pobreza" del sistema numeral, unida a otras que tienen que ver con una concepción de la existencia en que la precisión cuantificadora no era un rasgo esencial, no constituía un signo definitorio de lasrelaciones sociales. Es así como la medición del tiempo se regía por los ciclos de la naturaleza (heta ro'y, 'muchos inviernos'; tajy poty árape, 'cuando florecen los lapachos', es decir en primavera), y la cronología poseía parámetros vagos como "antaño", ymaara ñepyrũme, 'en el comienzo del tiempo y del espacio' ; angete, 'hace un ratito';hikóni, 'intermitente' (ouhikóni, 'viene de tanto en tanto' ).

Una vez establecidos los presupuestos que anteceden, nos parece bien dar tres versiones de recomposición del sistema numeral en guaraní paraguayo. Aunque las bases de esos sistemas aparentemente difieren -el primero de los otros dos-, todos utilizan las facilidades del polisintetismo de la lengua a los efectos de la formación de palabras para estructurar los sistemas propuestos.

El primero es el del Profesor Gaspar N. CABRERA, y es formulado en el citado libro Guaryrõ . Según este autor, la numeración guaraní emplea 8 términos, de donde vieneel ordenamiento "octoginal". Ellos son: 1 = peteĩ; 2 = mokõi; 3 = mbohapy; 4 = yrundy; 5 = pekua; 100 = rasa; 1.000 = rasaite y 1.000.000 = rasaiterei. Pero a esas ocho cifras se agrega el sufijo -mi, 'pequeño' o -vore 'pedazo', 'trozo' que agregados a rasa significan 50, es decir la mitad de 100. O sea que hay nueve términos y no ocho. Gaspar N. CABRERA dice (págs. 50-51):


Con el ordenamiento de las ocho coces expresa das se cuenta en el idioma guaraní de cero hasta el infinito; es decir, de mba'eve o nada hasta opave'yva peve. Y para representar gráficamente la numeración guaraní se hace uso de las cifras arábigas empleadas en la lengua castellana, vgr.:

1 - peti, uno
2 - mokõi, dos
3 - mbohapy, tres
4 - yrundy, cuatro
5 - pekua, cinco
6 - pekuapetei, seis
7 - pekuamokõi, siete
8 - pekuambohapy, ocho
9 - pekuayrundy, nueve
10 - pekuakõi, diez
11 - pekuakoipetei, once
12 - pekuakõimokõi, doce
13 - pekuakõimbohapy, trece
14 - pekuakoiyrundy, catorce
15 - pekuakoipekua, quince
16 - pekuakõi pekuapetei, diez y seis
17 - pekuakõi pekuamokõi, diez y siete
18 - pekuakõi pekuambohapy, diez y ocho
19 - pekuakõi pekuayrundy, diez y nueve
20 - mokõi pekuakõi, veinte
21 - mokõi pekũakõipeti, veintiuno
22 - mokõi pekũakõimokõi, veintidós
23 - mokõi pekũakõimbohapy, veintitrs
24 - mokõi pekũakõiyrũndy, veinticuatro
25 - mokõi pekũakõipekũa, veinticinco
26 - mokõi pekũakõipekũapeti, veintiseis
27 - mokõi pekũakõipekũamokõi, veintisiete
28 - mokõi pekũakõipekũambohapy, veintiocho
29 - mokõi pekũakõipekũayrundy, veintinueve
30 - mobohapy pekũakõi, treinta
40 - yrũndy pekũakõi, cuarenta
50 - rasami o rasavore, cincuenta
60 - rasami pekũakõi, sesenta
70 - rasami mokõi pekũakõi, setenta
80 - rasami mbohapy pekũakõi, ochenta
90 - rasami yrũndy pekũakõi, noventa
100 - rasa, cien o ciento
200 - mokõi rasa, doscientos
300 - mbohapy rasa, trescientos
400 - yrũndy rasa, cuatrocientos
500 - pekũa rasa, quinientos
600 - pekũapeti rasa, seiscientos
700 - pekũamokõi rasa, setecientos
800 - pekũambohapy rasa, ochocientos
900 - pekũayrũndy rasa., novecientos
1000 - rasane, mil
 1.000.000 - rasaiterei, millón
 10.000.000 - pekũakõi rasaiterei, diez millones
  100.000:000 - rasa rasaiterei, cien millones
1.968 = rasaite ári pekũayrũndy rasa ha rasami pekũakõi pekuambohapy.

Pese al procedimiento "octoginal" (que contempla nueve y no ocho cifras), anunciado, G.N. CABRERA utiliza en verdad el principio decimal, con algunos retorcimientos y complicaciones.
Los otros proyectos de recomposición del sistema numeral guaraní -con criterios de base próximos- se deben al P. Antonio GUASCH y al Prof. Reinaldo DECOUD LARROSA. Estos no excluyen la posibilidad de que los antiguos guaraníes utilizaran el sistema cuaternario, hipótesis basada en la exis­tencia comprobada de los cuatro números citados peteĩ = 1, mokõi = 2, mbohapy = 3, irundy = 4. Es decir que el sistema denario propuesto consti­tuye una actualización que impone la creación de números, formación que el Padre GUASCH recomienda se haga "discretamente, científicamente y por analogía. Quiere decir, siguiendo las reglas de composición del vocabulario en guaraní y atemperándose al genio y estructura del idioma"[7]. En ambos casos se usa, en efecto, la aglutinación, las combinaciones de los números bá­sicos con partículas especialmente creadas.
El P. Antonio GUASCH propone el siguiente sistema (pág. 83):
       1   peteĩ                                         11 kuateĩ
       2   mokõi                                       12 kuakõi
       3   mbohapy                                  13 kuapy
       4   irundy                                       14 kuarundy
       5   po                                            15 kuapо
       6   poteĩ                                         16 kuapoteĩ
       7   pokõi                                       17 kuapokõi
       8   poapy                                       18 kuapoapy
       9   porundy                                    19 kuaporundy
     10   kuã                                           20 mokoikuã
     21   mokoikuã peteĩ
     22   mokoikuã mokõi
     23   mokoikuã mbohapy
     24   mokoikuã irundy                       40 irundykuã
     25   mokoikuã ро                            50 pokuã
     26   mokoikuã poteĩ                         60 poteikuã
     27   mokuã pokõi                            70 pokoikuã
     28   mokoikuã роару                       80 poapykuã
     29   mokoikuã porund                     90 porundykuã
     30   mbohapykuã                           100 sã = peteĩ sã
                                                       1.000 mа = peteĩ mа
   200   mokõi sã                             2.000 mokõi mа
   300   mbohapy sã                         3.000 mbohapy mа
   400   irundy sã                              4.000 irundy mа
   500   ро sã                                   5.000 ро mа
   600   poteĩ sã                               6.000 poteĩ mа
   700   pokõi sã                              7.000 pokõi mа
   800   роару sã                             8.000 роару mа
   900   porundy sã                          9.000 porundy mа
      10.000   kuãma                               60.000 poteikuãma
   20.000   mokoikuãma                      70.000 pokoikuãma
   30.000   mbohapykuãma                 80.000 poapykuãma
          40.000   irundykuãma                      90.000  porundykuãma
          50.000   pokuãma                         100.000  sãma = peteĩ sãma
                                                            1.000.000  mе = peteĩ mе
Con un criterio casi similar al anterior, Reinaldo DECOUD LARROSA[8] propone su propio sistema, justificando algunas de las partículas utilizadas. Así po = 5 (poralusión a la mano), pa = 10 (aféresis de opa, 'fin', "culmi­nación del sistema denario"), sa = 100 (aféresis de rasa, 'muy'), su = 1.000 (aféresis de guasu, 'grande') y sua = 1.000.000. El principio de las combi­naciones para formar las cifras es que en la disposición de dos partículas en contacto, cuando la relación es superior/inferior, se opera poradición (ejemplo: papo, de pa + po = 15); y cuando esa relación es de inferior/superior, se opera por multiplicación (ejemplo popa, de po x pa = 50).
A continuación, el sistema propuesto por DECOUD LARROSA (pág. 36):

            1 –  peteĩ                                               25 –  mokõipa ро
            2 –  mokõi                                             26 –  mokõipa po teĩ
            3 –  mbohapy                                         27 –  mokõipa pokõi
            4 –  irundy                                             28 –  mokõipa роару
            5 –  ро                                                   29 –  mokõipa porundy
            6 –  poteĩ                                               30–  mbohapypa
            7 –  pokõi                                              40 –  irundypa
            8 –  pоаpy                                             50 –  рора
            9 –  porendy                                          60 –  poteĩра
          10 –  ра                                                   70 –  pokõipa
          11 –  pateĩ                                               80 –  роарура
          12 –  раkõi                                              90 –  porundypa
          13 –  раару                                           100 –  sa
          14 –  parundy                                        200 –  mokõisa
          15 –  раро                                             300 –  mbohapysa
          16 –  papoteĩ                                         400 –  irundysa
          17 –  papokõi                                        500 –  posa
          18 –  рароару                                       600 –  poteĩ sa
          19 –  paporundy                                    700 –  pokõisa
          20 –  mokõipa                                       800 –  poapysa
          21 –  mokõipa peti                               900 –  porundysa
          22 –  mokõipa mokõi                          1.000 –  su
          23 –  mokõipa mbohapy              1.000.000 –  sua
          24 –  mokõipa irundy                 10.000.000 –  pasua
                                                          100.000.000 –  sasua

Como se puede apreciar, los sistemas propuestos por A. GUASCH y DECOUD LARROSA poseen un ordenamiento más racional que el primero, con una base común, difiriendo casi exclusivamente por los morfemas utilizados en las cifras topes (10, 100, 1.000, etc.), y en la mayor agilidad del de DECOUD en el mecanismo de las combinaciones. Cualquiera de ellos puede servir como modelo en caso de que alguna vez se llegue a adoptar un sistema numeral reformulado en guaraní. Sin contar con su posible aceptación por parte de la población guaraní-hablante, acostumbrada a usar el sistema del castellano, con las ligeras adaptaciones fonéticas señaladas.
¿Cuál de ellos tiene más posibilidades, en el supuesto de una implantación de ese sistema en guaraní? Sin duda el propuesto por Reinaldo DECOUD LARROSA, pues esel utilizado, desde hace años, en la Universidad Nacional (Facultad de Letras, Instituto de Lenguas, etc.), en instituciones especializadas o en cursos optativos a nivel de enseñanza secundaria[9].
Una reflexión final se impone con respecto a este asunto. Los sistemas evocados no son los únicos formulados en el contexto de la cultura mestiza del Paraguay, en el que el idioma guaraní ocupa un lugar predominante, aunque dominado al nivel de las expresiones culturales "de prestigio". Ello demuestra la preocupación antigua por conseguir para elguaraní un estatuto de lengua independiente, por encima de las "contaminaciones" del castellano. Ahora bien, sorprenderá descubrir esa preocupación por Parte de la población no indígena, que cultiva la expresión dialectal conocida con el nombre de guaraní paraguayo. El hecho de que esa reivindicación no venga de los aborígenes, como ocurre en otras áreas lingüísticas del continente, se debe a dos razones principales. En primer lugar, a la escasa densidad demográfica de los indígenas de origen guaraní: no más de 10.000. En segundo lugar, al hecho de que esta población, bastante marginalizada -o acosada por el proceso agresivo de la "civilización"-, sigue manteniendo sus valores ancestrales en el seno de las comunidades aún existentes, y en consecuencia, los mismos criterios de desinterés hacia las operaciones mercantiles o de provecho, hacia las precisiones cuantificadoras-reductoras.
De todas maneras, la adopción de una política coherente соn respeto a la enseñanza del guaraní en las escuelas, a su utilización para alfabetizar, que no haría sino constatar la vigencia de esta lengua en la comunidad nacional, acarreará sin ninguna duda la adopción de un sistema numeral formulado. en el idioma aborigen. Y a la consecuente utilización corriente de esa numeración, a corto o a mediano plazo.


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