miércoles, 28 de septiembre de 2016

Lote 8 (Misiones – Argentina) Inédita audiencia pública intercultural para definir el uso de la tierra guaraní


Misiones fue escenario de una inédita audiencia pública intercultural en la que por primera vez se escuchó la opinión de los guaraníes para decidir qué hacer con sus tierras ancestrales.


El debate se centró en el camino que pretenden las comunidades TekoáImá, KapiíVaté e ItaóMirí, que viven dentro del Lote 8, en la Reserva de la Biósfera de Yabotí, en casi cuatro mil hectáreas que fueron recuperadas en el marco de la Alianza Multicultural Público Privada para el Manejo Sostenible, que conforman “El Moconá S.A.”, la “Fundación Naturaleza Para el Futuro”, “WorldLand Trust”, el Ministerio de Ecología de Misiones y las tres Comunidades Guaraníes.

En el Centro Cultural del Bicentenario, en Aristóbulo del Valle se concentraron más de 90 expositores para dar sus puntos de vista, con una clara mayoría a favor del derecho de los guaraníes de contar con un acceso corto, alternativa que incluye un sendero por dentro del Parque Provincial Moconá, que es resistido por algunas asociaciones ecologistas y un grupo de guardaparques, además de sectores políticos enrolados en la oposición.


De todos modos, la experiencia fue riquísima por el cruce cultural y la amplia participación de diversos sectores proteccionistas, ambientales, institucionales y hasta de vecinos de la zona.

Félix Díaz, presidente del Consejo Consultivo y Participativo de Pueblos Indígenas, entidad conformada por indígenas de diversas etnias de todo el país, presenció la audiencia y pidió esencialmente que los derechos y deseos de las comunidades guaraníes sean respetados más allá de cuestiones jurídicas y ambientales.


El debate fue acalorado y con los protagonistas principales como testigos silenciosos de una disputa en la que para muchos, siguen siendo espectadores. Sin embargo, los caciques guaraníes e incluso algunos jóvenes de las comunidades, pudieron expresar con firmeza su punto de vista en reclamo de un camino que para ellos no va más allá del interés de salvar vidas y tener una existencia de mejor calidad.

La propuesta elegida es la alternativa III de un estudio de impacto ambiental, que incluye un camino corto, con la intervención en menos de una hectárea de monte dentro del Moconá. Para los guaraníes, además es un sendero ancestral.

Es también, el acceso más corto para 200 hectáreas que la familia Laharrague reservó sobre el Moconá, donde se desarrollará un emprendimiento turístico.


En cambio, quienes se oponen aducen la intangibilidad de la selva, declarada como zona roja – -sectores de muy alto valor de conservación que no pueden transformarse- y “ofrecen” como alternativa un camino mucho más largo, rodeando el parque, pero de más de 30 kilómetros. Entre las propuestas aparece el asfaltado y la construcción de un nuevo puente sobre el arroyo Yabotí, para evitar que cuando crezca, la zona quede aislada, como ocurre al menos cien días al año con el acceso al Parque Moconá.

Sin embargo, quienes están a favor del sendero interno, sostienen que el camino asfaltado servirá para la extracción ilegal de madera y el puente, una vía libre para cazadores furtivos locales y del vecino Brasil, donde se encuentra el Parque Estadual Rio Turvo, en la orilla oriental del río Uruguay.

Después de todas las ponencias escuchadas, ahora llegará el turno de la recopilación definitiva de las visiones para que el ministerio de Ecología tome una decisión final. 


El primer orador fue el cacique Artemio Benítez quien advirtió que las comunidades no piden “nada extravagante”. “Pedimos defender vidas, no pensamos en dinero”, explicó en guaraní.

“Solo pedimos un camino para cuidar a los enfermos, para que entre la ambulancia o mercadería. No pedimos favores a los guardaparques. Estamos para defender nuestras vidas”, insistió.

Después le siguió el cacique Agustín Espíndola, quien recordó que con la lucha iniciada por las tres comunidades se consiguió defender la territorialidad. “La única necesidad es el camino. No tenemos otra movilidad ni tanta vitalidad para caminar tantos kilómetros”, expresó.


Lidio Da Silva, también cacique, indicó que la lucha por el camino no es solo de las tres comunidades, sino para estar en contacto con otras aldeas, así como para salir rápido en caso de emergencias.

Por su parte, Alejandro Benítez, otro opyguá (Lider Espiritual Mbya Guaraní), fue enfático en reprochar al “jurua” (Hombre blanco) por su mirada sobre el conflicto.

“Todos somos argentinos y nosotros somos argentinos preexistentes. Pero nos dicen que tenemos que tener auto para pedir un camino. ¿Qué es eso? El asfalto llegó al Parque Moconá y nadie dijo nada. No podemos vivir como antes y quiero ver si el jurua camina con la bolsa al hombro como dice que hay que hacer”, apuntó.


El intendente de San Pedro, Miguel Do Santos defendió que los guaraníes “tengan este derecho” y reconoció que por la lejanía, muchos no tienen documentos, se enferman y los chicos no van a la escuela o no reciben las vacunas correspondientes. “Hay que ser más humanos”, consideró.

Los representantes de la Defensoría del Pueblo de la Nación cuestionaron los obstáculos a los derechos que padecen los guaraníes. “Nos preocupa la persistencia de prejuicios coloniales y el dilema entre derecho indígena o el medioambiente”, puntualizaron.

El “Vasco” Baigorri, conocido ambientalista e integrante del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen fue contundente: “Sí al camino”. “Es fácil oponerse hoy, pero venimos de 18 años de lucha por el reconocimiento de cuatro mil hectáreas que están mejor conservadas que el Parque El Moconá. Estamos discutiendo por un camino que afectará 0,8 hectáreas sin cortar rutas ni insultando, como hacen quienes se oponen. Se sigue pretendiendo aplicar el derecho de la conquista, cuando en realidad, la identificación de la territorialidad es una de las principales necesidades de las comunidades. El camino es moral y legalmente justo. La mayoría de quienes se oponen no han puesto un pie en el terreno y no lo conocen”, acusó.


Gritos ante el silencio
Después llegaron discursos más políticos, como el de la massista Graciela Beccaluva, quien denunció “intereses empresariales que nos quieren dividir”.

La puertista Norma Dalmau señaló que “el camino es para que roben madera para que se llenen de plata ellos, no nosotros”. “El Moconá no se toca”, desafió.

Los diputados de la Renovación, Noelia Leiría, Roberto Chas Roubineau y Carlos Báez defendieron la postura de los guaraníes. En cambio, Héctor “Cacho” Bárbaro, dijo que está de acuerdo únicamente si el camino es usado por los aldeanos y no para el turismo. Los radicales Germán Bordón y Gustavo González también respaldaron a quienes se oponen al sendero en un llamativo contraste con el visto bueno al decreto de Mauricio Macri que profundizará la extranjerización de la tierra.


En la misma línea, el guardaparque Santiago Bellitis propuso usar caminos forestales en desuso en lugar del acceso que piden los guaraníes, y construir un puente que garantice accesibilidad todo el año. “Esperemos y en todo caso, para darles asistencia instalamos un destacamento en el acceso al Parque con una camioneta para su traslado”, insistió. De todos modos, advirtió que si prospera la iniciativa del camino interno, llevarán el caso a la Justicia.

Sin embargo, no todos los guardaparques opinan igual. El presidente de la Asociación Misionera de Guardaparques, Claudio Meders, señaló que “apoyamos el pedido de las comunidades y el acceso al camino”.


Luis Castelli, de la Fundación Naturaleza para el Futuro, que fue la que consiguió los fondos para comprar las tierras que fueron cedidas a las comunidades a través del Estado, destacó el trabajo realizado en la simbiosis con las comunidades, el sector privado y el Gobierno y aunque no mostró preferencia por ningún camino, pidió respetar la voluntad de sus habitantes. “No hay antecedente en el planeta de un trabajo así”, consideró.

Asimismo, expuso que está en proceso un proyecto más ambicioso, que busca unir el Parque Esmeralda con el Moconá, lo que sumaría otras doce mil hectáreas de reserva.

El abogado de las comunidades, Julio García expuso una visión mucho más cercana a los guaraníes. “El territorio no debe ser considerado una isla. El camino debe ser uno que nosotros elegiríamos, es decir, el más corto”, reflejó.

“Los que se oponen dicen que los van a usar (a los guaraníes), que están pintados. Dejen de discriminar. El camino debe ser un dato menor. Nadie defiende Yabotí mejor que los guaraníes. Y me pregunto, ¿puede haber edificaciones para los guardaparques pero no un camino para los guaraníes? Los guardaparques deben abandonar esa actitud policial”, disparó.


Sobre el final, Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente y premio nobel alternativo, fue dramático en la defensa del camino corto que piden los guaraníes.

“Es muy cínico pedirle más sacrificios a las comunidades cuando protegen más biodiversidad en el Lote 8 que en todo el Parque. Debemos estar felices por lo que se logró. El Lote 8 son tres Parques Moconá que serán preservados”, destacó. En cambio, sentenció que el largo camino que ofrecen los que se oponen, representan cuatro horas de caminata. “Cuatro horas es alguien que se muere”, advirtió.

Fuente: Misiones On Line (Posadas) 7 de Septiembre de 2.016
Texto y fotografías: Misiones On Line

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