lunes, 30 de diciembre de 2019

Siguen las movilizaciones: gran banderazo en Mendoza por la restitución de la "Ley Antiminera"



Mendoza no deja de movilizarse contra la reforma minera, que ya quedó desactivada por el gobernador Rodolfo Suarez. De igual modo, a la espera de la derogación prevista para hoy de la controversial ley 9.029, que habilitaba el uso de sustancias tóxicas como el cianuro, los mendocinos siguen plantando bandera en defensa del agua y la restitución de la "Ley Antiminera".


En la noche de este domingo, miles de personas se congregaron en diferentes puntos para flamear sus insignias celestes y blancas bajo el eslogan " el agua de Mendoza no se negocia".
Con pancartas y cánticos, las protestas volvieron a estar en el centro de la escena provincial.

Las manifestaciones se realizaron en el kilómetro cero de la capital cuyana, en las principales calles del microcentro y llegaron hasta las rutas de la geografía provincial. Así, nuevamente, los vecinos hicieron oír su reclamo para que la Legislatura restablezca la "Ley 7.722", la cual prohíbe la utilización de químicos contaminantes.

La sesión especial está prevista para hoy a las 9 en la Cámara de Senadores y luego, a las 11, en Diputados, y se estima que sea un "tratamiento exprés", como el que se hizo -hace una semana- para aprobarla. Ahora se tratará de dejar sin efecto esta norma, que solo cosechó el rechazo popular y que obligó al mandatario a solicitar primero la suspensión de la reglamentación y luego, la anulación total de la ley.
Según explicaron a LA NACION vecinos autoconvocados de diversas comunas, se espera que, mientras los legisladores estén en el recinto, en las afueras haya nuevas manifestaciones para "celebrar el logro de la derogación y chequear que cumplieron con lo prometido".
La principal manifestación de este domingo, convocada por la Asamblea Popular por el Agua, se realizó en Peatonal Sarmiento y Garibaldi, con la consigna de portar una bandera. Lo mismo ocurrió en las comunas de San Carlos, General Alvear, Rivadavia, San Rafael, Tunuyán y Tupungato.

Fuente: Diario La Nación - 30 de Diciembre de 2019


sábado, 28 de diciembre de 2019

Guaraníes Desterrados por la mayor hidroeléctrica del mundo: Como David contra Goliat

Los ava guaraní paranaenses fueron desterrados hace 40 años para construir la entonces mayor hidroeléctrica del mundo. A pesar de las amenazas, buscan recuperar sus tierras.



Los niños nadan en el río Paraná, aunque la empresa Itaipú ha prohibido a la comunidad pescar en él. 
MAYELI VILLALBA

Incrustada en el inmenso y furioso río Paraná, se levanta una muralla gris de 196 metros de altura que contiene tanto hormigón que podría rellenar unos 210 estadios de fútbol como el Maracaná. Es la hidroeléctrica Itaipú, la de mayor producción que existe, la más grande de América y la segunda del mundo.
Su lago artificial ocupa unos 170 kilómetros de extensión en línea recta y su nombre significa "la piedra en la que el agua hace ruido" en tupí guaraní, una de las familias lingüísticas más extendidas de América del Sur, aunque en realidad, ese era el nombre que los pueblos originarios de la zona daban a una isla que, como ellos, siempre estuvo allí.
O al menos hasta 1982, cuando el embalse para la nueva represa inundó la isla y 1.500 kilómetros cuadrados de bosques a su alrededor, incluidas las cataratas de mayor volumen de agua del mundo, llamadas Saltos del Guaira en Paraguay y Salto de Sete Quedas en Brasil. Eran el doble de caudalosas que las Cataratas del Niagara o 13 veces más que las Victoria de Zambia. El sonido del agua cayendo podía escucharse a 30 kilómetros de distancia y era un espacio sagrado para las culturas indígenas de la zona.
El lugar era también la mayor atracción turística de Brasil. Su hundimiento fue como el mito griego de la isla Atlántida, que desapareció en un día, pero en este caso fueron necesarios 14 para anegar uno de los mayores espectáculos naturales del planeta y un lugar central para la biodiversidad del continente y de los pueblos guaraníes que lo habitaban desde antes de la colonización europea.
El impacto ambiental y la opinión de los pueblos originarios no preocupaban en absoluto a las dictaduras que en la época gobernaban Brasil y Paraguay. Estos Gobiernos militares y de ideología fascista fueron responsables de decenas de miles de desapariciones forzadas, asesinatos y torturas a opositores, líderes sindicales y campesinos, estudiantes, artistas, y por supuesto, del etnocidio de los pueblos originarios.
“Fue un desalojo, no hubo consulta ni consentimiento de nadie. Nos mintieron. Solo querían que saliésemos todos”, relata Amada Martínez, actual lideresa de la comunidad ava guaraní paranaense Tekoha Sauce. Martínez, de 34 años y que ha vivido en el campo y en la ciudad, cuenta la odisea que sus familiares sufrieron cuando los militares y funcionarios paraguayos los presionaron para marcharse.
Por lo menos 38 comunidades de los ava guaraní paranaenses formaron parte de las más de 40.000 personas desplazadas. Aunque son cifras por lo bajo, ya que fueron intencionadamente reducidas, según la relatoría que hizo la Procuradoría General de la República de Brasil al llegar la democracia.
La dictadura del general Alfredo Stroessner en Paraguay, la más prolongada de América del Sur (1954-1989), estableció la expropiación de 165.000 hectáreas de tierras para la creación de la hidroeléctrica paraguayo-brasilera. Con esta excusa, Itaipú expulsó a los ava guaraní, pero no a ganaderos y sojeros, la mayoría brasileños, quienes se quedaron en unas 50.000 hectáreas de terrenos que deberían haber sido parte de la franja de bosques. La construcción de este monstruo energético incluyó compensaciones a los Gobiernos y departamentos de ambos países. Muchos fondos fueron destinados para las comunidades indígenas, pero algunos no llegaron a buen puerto.

El martirio del pueblo del río

A las familias de la aldea Sauce les dijeron que su tierra se inundaría, pero que algún día podrían volver. Algo que no sucedió en casi 40 años. Tampoco llegó a inundarse su territorio. Pero les subieron a un camión de ganado y les llevaron a unas tierras áridas, sin agua ni animales a más de 30 kilómetros de su lugar de origen.
A las familias de la aldea Sauce les dijeron que su tierra se inundaría, pero que algún día podrían volver. Algo que no sucedió en casi 40 años. 
Por décadas sobrevivieron a duras penas en ese yermo, reclamando judicialmente poder volver algún día a su tierra fértil a la vera del río. Cuentan que padecieron hambre y muchas enfermedades y que muchos murieron por eso. Por eso, y por la tristeza.
La cultura milenaria de este pueblo está marcada por el agua dulce, las redes de pesca, los remos y las canoas. Los ava guaraní paranaenses siempre habían vivido de y para esta masa de agua que es tan ancha que parece un mar cuando la línea del horizonte oculta la otra orilla en muchos tramos. “Hasta el año 1973 nuestro único camino era el río Paraná”, recuerda Julio Martínez, padre de Amada, quien, en su juventud, visitaba navegando a otras comunidades como Marangatú, Itembeymi, Alika'y o Pira'y, sin importar si eso era Paraguay o Brasil.
Su otro hijo, Cristóbal Martínez, era aún un niño cuando, allá por 1970, empezaron a llegar los rumores a su aldea de que el Paraná sería represado. “Este es un lugar tradicional de los ava paranaenses. Cuando nos dijeron que las aguas subirían hasta aquí, no les creímos. Siempre habíamos vivido con el río”, explica Cristóbal en un documental publicado recientemente por la realizadora paraguaya Leticia Galeano.
Allí aparece sentado en una hamaca colgada entre dos árboles de mango, mientras un mono de pelo blanco corretea y salta en su regazo como si fuera un bebé. Habla en guaraní, lengua milenaria que la mayoría de la población paraguaya utiliza actualmente y que es oficial junto al español.
La comunidad Sauce convivía con el bosque sin dañarlo y cultivaba sus hortalizas, criaba cerdos y burros en esta tierra de abundantes monos, coatíes y jaguares —yaguareté en guaraní, que significa perro auténtico, frente a jaguá, que es como se le dice al perro traído por los colonizadores españoles y portugueses—. Pero con la construcción de la represa todo cambió. “Nuestros hijos ya no ven esos animales”, lamenta Julio.
Por eso, en 2016, hartos de esperar, decidieron regresar a su tierra prometida. Las familias de Tekoha Sauce peregrinaron entonces hasta la reserva natural que rodea la represa, recorrieron el bosque y el río esquivando a los guardias de seguridad y se instalaron cerca del Paraná, a pocos kilómetros de la hidroeléctrica que abastece aproximadamente al 30% de los 200 millones de habitantes de Brasil, y a todo Paraguay.
Pero el momento duró poco. Al cabo de unos meses, un dispositivo policial que incluía unidades especiales y fiscales apareció allí una madrugada y prendió fuego a sus casas y al templo de madera. A gritos y golpes fueron expulsados de nuevo.
Aguantaron un tormento de idas y venidas a las instituciones públicas de la capital sin encontrar respuestas ni apoyo. Son 65 familias compuestas en su mayoría por mujeres, niñas, niños y adolescentes y que sobrevivieron casi como indigentes a pasos de su bosque lleno de recursos sin poder entrar en él y sin poder cultivar su propia comida.
Como no tenían ya nada que perder, lo volvieron a hacer. En 2018, reingresaron en su territorio ancestral y se instalaron a las puertas en la reserva natural Limoy, que la Itaipú mantiene en el área de protección ambiental a su alrededor.

Jurisprudencia internacional, a favor de los ava

“Las normas internacionales de derechos humanos y la Constitución de la actual democracia paraguaya protegen a los poblaciones indígenas. Por eso no pueden ser desalojadas y tampoco realizarse modificaciones en su territorio sin el consentimiento libre e informado de la comunidad”, manifiestan desde Amnistía Internacional y la plataforma paraguaya Tekoha Sauce Resiste.
Estas organizaciones acompañan la reclamación de la comunidad Tekoha Sauce junto a la Federación por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas (FAPI) y la Asociación de Comunidades Indígenas Guaraníes de Alto Paraná (Acigap), para que el Gobierno paraguayo medie con la hidroeléctrica. Pero la Itaipú les ha denunciado judicialmente en Paraguay y pide su desalojo.
La comunidad Sauce convivía con el bosque sin dañarlo y cultivaba sus hortalizas, criaba cerdos y burros en esta tierra de abundantes monos, coatíes y jaguares. Pero con la contrucción de la represa todo cambió. 

El Frente Guazú, la tercera fuerza política del Senado paraguayo, llevó el caso a la Cámara de Senadores para que lo investigase. Según las pruebas mostradas a los demás legisladores, mientras Itaipú pretende que las familias ava guaraní se vayan, ha cedido partes de la reserva a empresarios agroindustriales.
Una investigación del diario paraguayo Última Hora reveló que en la misma reserva a la que no dejan pasar a los nativos hay un puerto que funciona hace 20 años con un embarcadero de camiones de gran porte que requirió la deforestación de dos hectáreas. Además, la misma empresa binancional reconoce que en la franja de protección natural hay 24 cesiones vigentes y otras 26 en trámite a clubes de pesca, de eco aventura y más emprendimientos privados que usan embarcaciones de motor.
La Itaipú respondió recientemente a estas acusaciones en un informe enviado al Senado paraguayo. En él asegura que desde la época de la construcción “cumplió lo acordado con las instituciones gubernamentales y no gubernamentales involucradas, afines a las comunidades indígenas y a todas las legislaciones nacionales e internacionales vigentes de la época”.
Sobre la comunidad Sauce, Itaipú asegura que compró tierras para reasentar a los indígenas por valor de 15 millones de dólares, pero los lugares que indica ya eran espacios donde vivían otros pueblos nativos, o que pertenecían a la Iglesia o al Estado, y los títulos de los terrenos nunca llegaron a estar a nombre de la comunidad en cuestión. Itaipú dice también que en los últimos años desarrolló “acciones socioambientales” por un valor de 600.000 dólares.
El trayecto a Sauce consiste en eternos kilómetros de caminos de tierra colorada y un paisaje sin fin de tierra moribunda. Casi no queda alrededor naturaleza nativa. La única infraestructura que se ve son los gigantescos silos de semillas y, a veces, alguna gran mansión de campo. El último pueblo más cercano está habitado por brasileños o brasiguayos que tienen toda la cartelería en portugués.
En Tekoha Sauce viven con temor a los guardias de la empresa binacional. Y su miedo es fundado. Permanecen en un precario asentamiento ubicado en un camino entre la reserva de Itaipú y una inmensa plantación mecanizada de soja del empresario Germán Hutz, que usa 80 hectáreas de tierras fiscales cerca de la reserva, según un estudio realizado por el perito antropólogo y expresidente del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), Jorge Servín.
Este informe asegura que la Itaipú Binacional debería resarcir por lo menos con 5.000 hectáreas a la comunidad Tekoha Sauce o, de lo contrario, se expone a una demanda internacional ante organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El 8 de agosto de 2018, Amada Martínez, su hermana, su hijo, dos sobrinos menores de edad y un taxista fueron perseguidos e interceptados al salir de su comunidad por una camioneta con el logo de la hidroeléctrica Itaipú Binacional y cinco hombres a bordo. Tres de ellos, armados con escopetas y un revólver, bajaron de la camioneta portando pasamontañas y uniforme de guardabosques. Mientras uno apuntaba a Martínez al rostro con una escopeta, otro la amenazó diciéndole que ya la encontrarían sola en el camino y que era una “mujer bocona”, según un informe de Amnistía Internacional.
La Itaipú ofrece a los turistas una visita a su museo, llamado Tierra Guaraní. Y como si fuera una declaración de intenciones, allí están, en una esquinita de una sala, entre vidrieras y cartelitos con mucha información histórica, muñecos de hombres y mujeres avá guaraní, como si se hubieran extinguido. 

Los ava guaraní tienen ahí unos pocos animales como perros, cabras y gallinas. Los niños nadan en el río, aunque la Itaipú ha prohibido a la comunidad pescar en él. Tienen dos pozos de agua construidos por ellos mismos, cocinan a leña y no tienen energía eléctrica. La situación es muy difícil para la comunidad que solo pide una salida negociada con el Estado que les ignoró por siempre.
La Itaipú ofrece a los turistas una visita a su museo llamado precisamente Tierra Guaraní. Y como si fuera una broma macabra o una declaración de intenciones, allí están, en una esquinita de una sala, entre vidrieras y cartelitos con mucha información histórica, muñecos de hombres y mujeres ava guaraní vestidos con taparrabos, como si fueran neandertales y se hubieran extinguido. Como si no fueran personas con derechos, como si no estuvieran ahí afuera luchando por sobrevivir.
Fuente : El País (España)  - Planeta Futuro - 22 de Diciembre de 2019

viernes, 27 de diciembre de 2019

Consejos para la Juventud - ¨Pepe Mujica




Fragmento del discurso de José Mujica, ex presidente de Uruguay, principalmente dirigido a los jóvenes, durante la cumbre de Unasur en Guayaquil, Ecuador (2014)

jueves, 26 de diciembre de 2019

Corazón


Siempre habla desde el corazón, nunca desde la mente.
Tu sinceridad y tu valor también servirán de ejemplo para los demás.
Y al escucharte se inspirarán para revelar su propio corazón.
Este " hablar desde el corazon" es una práctica espiritual.
Significa que solo debes decir la verdad y vivir dentro de tus propios límites y dimensiones.
Sin jactarse nunca de cosas, nunca podrá estar a la altura o entregarse a los demás.
Hablar de corazón te traerá un regalo cuando lo practiques.
Siempre tendrás razón.
El corazón sabe pero no puede decir; La mente no sabe pero puede decir.
Estírese para hablar desde el corazón y evite la mente. Verá que los milagros regresan a su vida.

Rumi

Argentina: Mendoza es una interminable marcha por el agua


“La marcha recorre la Ruta 40 como columna vertebral de una lucha que nunca claudicó, ni siquiera en los momentos más complejos. El abanico es amplio y variopinto. Nadie se queda afuera. Mientras tanto, el lobby minero junto al gobernador Rodolfo Suárez hacen malabares por estas horas para sostener una reforma de la ley 7722, que nunca tendrían que haber tocado”.

Otra vez los gallos y las medianoches despiertan para hacer del saqueo la bandera de luz verde a los despojos de los territorios. Las voces se han multiplicado desde diversos sectores. 

Desde las asambleas socio-ambientales, las comunidades mapuches, organizaciones campesinas, organizaciones piqueteras y sindicales, hasta viñateros y ruralistas. Sin olvidar a familias enteras que se movilizan un día domingo hasta altas horas de la noche o quienes acampan al costado de las rutas a la espera que una marcha que ya podría titularse: la “Marcha de la Dignidad por el Agua”, la cual arrancó el domingo a las 8 de la mañana a pie, bicicleta, monopatín o lo que fuera. La marcha recorre la Ruta 40 como columna vertebral de una lucha que nunca claudicó, ni siquiera en los momentos más complejos. El abanico es amplio y variopinto. Nadie se queda afuera. Mientras tanto, el lobby minero junto al gobernador Rodolfo Suárez hacen malabares por estas horas para sostener una reforma de la ley 7722, que nunca tendrían que haber tocado.

La mecha se encendió hace más de una década en la Patagonia, en ese sur que sabe de lo que es curtirse al calor del frío. Nació cuando el pueblo de Esquel se opuso a un proyecto de extracción de oro por parte de la empresa El Desquite. En esas horas decisivas, las asambleas se multiplicaban y las movilizaciones crecían en Chubut. De allí nació el contagio que llevó a que se encendiera un fueguito en Mendoza, más precisamente en San Carlos. Acaso como si las palabras de Eduardo Galeano quedaran inscriptas en las venas abiertas de las tierras del sur, tan real como que “El mundo es eso (…) Un montón de gente, un mar de fueguitos”. Esos fueguitos movilizan por estas horas al pueblo de la provincia cuyana a movilizarse desde los cuatro puntos cardinales hacia el corazón estático de la institucionalidad: la casa del des-gobierno.

El viernes las espaldas fueron las caras de la gran mayoría de los y las legisladoras. Caras que enfrentan al pueblo de espaldas y tras las vallas. Un abanico que reconfigura el mapa político de todos lados. Un romance que duró treinta segundos a nivel nacional y provincial. Un mandato construido por arriba, desde una estructura tan magnánima que hace aguas. Mendoza lo refleja como la cristalina imagen del rostro en cualquier espejo de agua en estas tierras, el pueblo refleja con claridad que “El Agua de Mendoza no se Negocia”. Mendoza y Chubut por estos días tienen el mismo camino: la unidad y la calle como horizonte, ante los embates de los gobiernos nacional y provinciales. Sin dudas como el grito del movimiento feminista cuando sentencia “abajo el amor romántico”.


La estrategia del caracol

El caracol camina con una constancia milimétrica. Despacio y sin pausa. La estrategia es fundamental. Como en la película del director colombiano Sergio Cabrera, la estrategia es la que define y la que marca camino. El sendero en Mendoza ha sido y es la unidad en la diversidad. Una unidad que ha sido desde los comienzos variopinta, multicolor y rebelde. Rebeldía que se expresó el último viernes en un pueblo al borde de la sedición mientras legisladores y legisladoras componían un cuadro que no lograba anclar ni en el surrealismo ni el realismo más perspicaz. Menos aún en los pocos cuerpos que con y sin cascos hacían la parodia del minero feliz, ante la promesa metafísica de un mundo de progreso y espejitos de colores.

Son años, más de una década que la consciencia ha avanzado y ha planteado un escenario de una gran movilidad política y social, cuando se pensaba que Mendoza estaba en su eterna siesta, donde la defensa del agua estaba olvidada. La consigna de la provincia calma y tranquila, habitante de la pulcritud vendimial cae por tierra nuevamente. A tal punto, que el pueblo de Alvear exigirá mañana la suspensión de la Fiesta de la Vendimia departamental. Esta vez el tablero hizo enroque y marcó el vale cuatro. En las puertas de la Legislatura se confundían anarquistas, marxistas y peronistas. Doña rosa y su cacerola junto a Greenpace también gritaban y el muchacho sin remera subido al respiradero de la plaza Independencia con su cartel que decía: “La 7722 es del Pueblo”. Es que el tratamiento express que dio tanto la Cámara de Diputados como de Senadores ha hecho una captura de ese atributo que ha tenido esta ley: la de ser del pueblo. Nació de la movilización popular en el 2007 y se sostuvo hasta el viernes en ese lugar. En sesiones especiales de ambas cámaras se dio tratamiento a la reforma de la ley 7722, cuyo proyecto ingresó apenas unos días de asumido el nuevo gobernador de la UCR, Roberto Suárez, y que llevó la firma de puño y letra de quien ocupa el sillón de San Martín. El viernes hubo un “secuestro” de ese carácter de parte de un arco importante de la política local y pone en evidencia los entramados de poder.

La estrategia es determinante. El agua es estratégica para la vida. Un nuevo giro hacia la naturaleza pone en relieve a la Madre Tierra y el agua. Eso lo comprendió el pueblo de San Carlos cuando en 2006 llevó adelante los primeros cortes en la Ruta Nacional 40 y el primer ayuno en las puertas de la Legislatura en manos de Autoconvocados de San Carlos. Esas acciones serían la bisagra para que en la capital mendocina comenzaran también las primeras movilizaciones. Las intervenciones en la Fiesta del Agua en la Plaza Independencia y el escrache en la puerta de su propia casa, al por entonces gobernador radical, Julio Cleto Cobos, constituyeron, sin dudas, punta de lanza a un movimiento social que ha crecido día a día. Charlas, talleres, obras de teatro, radios abiertas se multiplicaron en distintos puntos de la provincia.

En un contexto pre-electoral y ante las negociaciones de Cobos para su candidatura a la vice-presidencia junto a Cristina Fernández, en aquellos añejos tiempos de la concertación, con Marita Perceval a la cabeza, terminó con el veto a la ley de prohibición de la megaminería que había aprobado la Legislatura. Ese veto levantó al pueblo mendocino decididamente de norte a sur. Los cortes de ruta en San Carlos y la histórica pueblada de Alvear constituyeron las bases de lo que hoy se conoce como Ley 7722. La misma, prohíbe el uso de sustancias tóxicas (cianuro, ácido sulfúrico, mercurio, entre otras) en el proceso de lixiviación de la minería y ha sido la herramienta jurídica que ha resultado un muro de contención para los proyectos de la megaminería. Sin embargo, esta normativa para nada ha significado la anulación de la actividad minera en la provincia, sino una barrera a los métodos que emplea la gran minería del oro, la plata y el cobre.

Pasaron doce años y pasaron cosas: intentos sucesivos de modificar o vulnerar la 7722 a través de los proyecto Potasio Río Colorado, San Jorge, Hierro Indio y Cerro Amarillo. Pasaron los gobiernos de Cobos y Cornejo por la UCR y Jaque y Pérez por el PJ y nadie pudo mover la ley. La Corte Suprema de Mendoza dictó la consitucionalidad de la norma en 2015 y en 2017 ratificó dicha decisión, incluso hasta puso en valor el carácter progresivo de la ley en la preservación del agua, un bien tan fundamental para la vida en Mendoza.


Un naufragio llamado Suárez

Arrancó con la impericia de quien cree que haber sido intendente de la capital mendocina le da el piné para hacer y deshacer como en el municipio capitalino. Desde algunos entornos del radicalismo lo señalan como el más PRO de los radicales. Su lectura en el armado de su equipo fue llevar a su gente y sostener a dos alfiles de Alfredo Cornejo, anterior gobernador y hoy Senador Nacional y pieza clave del radicalismo nacional: Emilio Guiñazú, Subsecretario de Energía y Minería y el Secretario de Ambiente, el diseñador Humberto Mingorance. Ambos fueron claves en la introducción del fracking a Mendoza, en la zona de Vaca Muerta y con tratamiento también express, vía presentación administrativa y dejando de lado el debate público y menos aún parlamentario. Fue el estilo del gobierno de Cornejo durante sus cuatro años, el de imponer sin debate y poca negociación.

Suárez en una semana ha buscado emular a su antecesor pero nunca advirtió que el tema megaminero ha anclado fuertemente como un consensos inamovible de la sociedad. La megaminería no tiene licencia social desde hace más de una década y lo ha expresado el pueblo en múltiples oportunidades. El error de cálculo ha mostrado las improvizaciones de la política vernácula y que los tiempos han cambiado, muestran que Cornejo ya no es el gobernador y que imponer ya no es la forma. No hay licencia social para la megaminería y los consensos son claros en la sociedad y los manifiesta por estas horas en cada rincón de Mendoza.

Naufraga Suárez a pocos días de su debut con la banda provincial. Ni bastón ni banda. La Casa de Gobierno amanece sitiada. Es domingo y las vallas son el anfitrión de la supuesta casa del pueblo. Allí adentro, en el cuarto piso, el sillón estático ni siquiera guarda el aroma al perfume de José de San Martín. El sillón es solo recuerdo de un pasado de gesta libertadora pero que ni la memoria histórica guarda. Las vallas muestran la forma, el método, el camino que ha decidido implementar el recién estrenado Suárez en su mueca de sonrisa falsa: el cerco al pueblo, el mismo que hoy se moviliza y seguro varios votos fueron a él.

Un moso para el banquete

Guillermo Mosso se ha erigido como la voz de los intereses megamineros dentro y fuera de la Legislatura. Es diputado provincial por el Partido Demócrata (PD) y es parte del Frente Cambia Mendoza. Es un activo militante en los medios locales y en las redes sociales por la reforma de la 7722 y el avance de la actividad de la gran minería en Mendoza. Fue funcionario durante la gobernación del justicialista Celso Jaque. Ocupó la Dirección de Planeamiento Estratégico del Ministerio de Seguridad, con Juan Carlos Aguinaga como Ministro y Carlos Rico como Sub-Secretario de Seguridad de la provincia, ambos también del PD. Cargos a los que renunciaron luego del escándalo que vinculó a Rico con delito de lesa humanidad y que llevó a su detención en abril del 2013. Ocupó el cargo de Director de Promoción de la cartera de turismo durante la gobernación del también justicialista Rodolfo Gabrielli. Además ha ocupado puestos claves en los diarios digitales Los Andes y MDZ.


Mosso es un buen interlocutor entre las distintas bancadas, en particular la del PJ, para impulsar la reforma. Ha escrito recientemente una respuesta a la carta de los y las investigadoras del CONICET de Mendoza que plantearon una posición crítica a la reforma de la 7722, en el periódico Memo donde aduce el diputado que “Amén de muchas consideraciones que se pueden compartir, se manifiesta una clara objeción ideológica de base, contra la minería metalífera, y esto es algo que se observa con asiduidad en ámbitos universitarios, científicos y técnicos”. Sin dudas, el prejuicio ideológico queda manifiesto en este intento de anular la posición crítica de quienes son parte del IANIGLA-CONICET desde una consideración netamente ideológica y que rememora cierta doctrina asociada al menemismo o macrismo y el que se vayan a lavar platos los científicos o el caer en la educación pública porque no entienden nada de la realidad económica de la provincia. Un reduccionismo que atenta, incluso contra el inventario de la Ley de Glaciares.

Suponían que el banquete estaba servido y que estaba todo listo para festejar. Las copas desbordaban el viernes por la noche y el sábado la fiesta continuó. El error de cálculo fue que distintos sectores de la sociedad salieron a la calle el domingo y hoy lunes la fiesta está en estado de coma post-desbordes. Mientras tanto, ya los pedidos que renuncie el gobernador Suárez se hacen sentir desde los y las manifestantes.

Don Sixto, que en paz descanse

Los dos proyectos que están en gateras para salir al ruedo son San Jorge y Don Sixto. Aquí aparece el entramado que da sentido al breve repaso del caminar de Mosso y sus relaciones. Los permisos de la mina Don Sixto pertenecen a la familia de Félix. Omar y Chafi Félix, ambos del PJ y que conforman una línea propia en el partido, desde hace años tienen un litigio por este proyecto megaminero de oro y plata en la zona limítrofe entre San Rafael y Malargüe, con la Comunidad Mapuche Lof Rukache, que pertenece a la Organización Mapuche Malalweche y que han interpuesto en la justicia local demandas por intentos de desalojo de las tierras pertenecientes a las comunidades indígenas, por parte de los hermanos Félix y la multinacional Yamana Gold, la misma empresa que es una de las empresa de la masa societaria que explota la mina Bajo la Alumbrera en Catamarca y que el Fiscal de Tucumán, Antonio Gómez, impulsó una denuncia por delitos ambientales contra el titular de Minera La Alumbrera, debido a un hecho de contaminación.

El ex-gobernador Gabrielli es el puente entre los Félix y Mosso. Esto lleva a que recientemente, según muestra el propio Mosso en su Twitter, visitó la Mina Gualcamayo en San Juan, que aún es propiedad de Yamana Gold, más allá de estar en proceso de venta desde 2017. Los hermanos Félix alentaban en los meses iniciales de este año, y ante las definiciones del armado de las listas del PJ, un Instituto Provincial de Minería (algo así como el instituto de la megaminería). Un organismo similar a Irrigación, con características de ser un ente autárquico y donde pudieran participar las ONG y asambleas socio-ambientales en los procesos de control por parte del estado en el desarrollo de la megaminería en Mendoza. El tema, es que Irrigación, si bien nació con un buen fin: la organización y protección del recurso hídrico, con las décadas, se transformó en un mecanismo burocrático en busca del control de los Inspectores de Cauce para controlar territorios. El control territorial sabemos que definen elecciones. La creación del Instituto Provincial de Minería, llevaría adelante la regulación de la Policía Minera, prevista por la propia Ley 7722 y que se podría constituir en un nuevo ejercicio de control territorial a base de prebendas políticas.

En esta entrampona se encontró el PJ, al negociar Alberto Fernández con los gobernadores radicales la Ley de Emergencia y al señalar con claridad que las leyes de Chubut y Mendoza ya estaban en marcha, como señaló Página 12 en su edición papel. Furcio que parece transparentar acuerdos que se vieron reflejados en las votaciones tanto de la Legislatura mendocina como por parte de legisladores opositores en el Congreso Nacional. El mal cálculo explotó en las calles de Mendoza desde hace una semana y que los caciques del PJ local trataron de resolver con una conferencia de prensa con Anabel Fernández Sagasti a la cabeza, Guillermo Carmona, Bermejo y el propio Félix, quien fue el que llevó la batuta de la conferencia, donde a grandes rasgos plantearon el acompañamiento del proyecto de modificación enviado por Suárez y el aporte de modificaciones que nada cambiaban al fondo de la cosa.

El costo político ya desangra al PJ. Guillermo Carmona desde tu Twitter salió a pedirle al gobernador Suárez que vete la ley debido a las movilizaciones populares, hasta aquí el único que ha salido públicamente a fijar una posición opuesta a lo dicho en la conferencia de prensa y a lo reflejado en las votaciones de las dos Cámaras en la Legislatura. En tanto, Sagasti sigue en silencio y las bases militantes cada día más descontentas con la decisión tomada.


Acá nadie se rinde

En este contexto, las asambleas socio-ambientales salieron a repudiar los votos positivos al proyecto de reforma de la 7722 que envió el gobernador Suárez. La historia marca los sentidos y los caminos. La Ruta 40 fue escenario de los cortes apenas asumió Jaque a la gobernación y las piletas con agua fueron emblema de una lucha que ocupó la enunciación de sentidos en un verano que soñaba tranquilidad y que mostró que las calles y las rutas eran la estrategia. La emblemática 40, hoy es testigo de un hecho histórico para Mendoza, casi con ribetes épicos. La marcha que convocó el pueblo de San Carlos arrancó a las ocho de la mañana del día domingo para ver hoy las puertas de la Casa de Gobierno, donde la exigencia es el veto del mismo autor del proyecto de reforma, a lo que se aprobó el día viernes en la Legislatura.

Las Asambleas se han multiplicado y este mismo domingo se constituyó la Asamblea del Agua de La Paz, tal vez sea el último departamento de la provincia que aún no había encontrado la asamblea como método para el encuentro por preservar el agua. Las movilizaciones se multiplicaron y en horas de la noche de ayer, hubo una masiva concentración y corte en Luján de Cuyo, marchas multitudinarias en Rivadavia, San Martín, Maipú. Lavalle se movilizó hasta el nudo vial. Una verdadera Asamblea del pueblo que ha resistido una vez más a los embates por la instalación de la megaminería en una provincia que claramente no le otorga licencia social. Un punto destacado, la Asamblea de Uspallata que sostuvo un corte total de la Ruta Internacional 7, donde hasta el Cura del pueblo participó en las movilizaciones. La Casa de Gobierno rodeada por la dignidad de miles marchando y exigiendo. Miles que dicen: “no hay licencia social para la megaminería”. El caracol en su estrategia.




Hacia una mirada “biocéntrica”

Dice el poeta José Martí en su poesía Banquete de Tiranos: “Hay una raza vil de hombres tenaces/ de sí propios inflados, y hechos todos, / todos del pelo al pie, de garras y diente; / y hay otros, como flor, que al viento exhalan / en el amor del hombre su perfume”. La resistencia deja de ser resistencia para ser encuentro en la mirada con el otro y la otra. Nuevas formas de habitar las relaciones entre política y la tierra. Nuevas formas de encontrarnos con la Pacha, la Mapu, Abya Yala, la Gran Madre, la Madre Tierra. Un sentido donde el perfume del amor a la tierra es un reencuentro con el sentido profundo de la existencia. Una búsqueda de un senti-pensar biocéntrico que nos permita un regreso a la tierra.

El intelectual uruguayo Eduardo Gudynas nos dice que los valores biocéntricos buscan “colocar los valores propios en la vida, sea en individuos, especies o ecosistemas”. Esto nos lleva a analizar distintas dimensiones a la hora de un emprendimiento megaminero y las reacciones sociales, en particular cuando una reforma de una ley es regresiva en materia de derecho (y por lo tanto inconstitucional) pero sobre todo, nos marca un eje fundamental en el debate: la vida, que si bien es paradójica y contradictoria según desde donde la podamos abordar, es la raíz que echa luz a las relaciones entre humanidad y naturaleza.

Desde la perspectiva de la ecología profunda el mismo Gudynas, dice: “Bajo esta concepción, la Naturaleza ocupa un papel central, aunque se introduce otro énfasis clave: esa naturaleza si bien es entendida de una manera extendida y ampliada también incluye a la sociedad. Dicho de otra manera, la cultura y las sociedades humanas se insertan dentro de la Naturaleza”. El biocentrismo busca una forma igualitaria de todas las formas de la naturaleza, lo cual pone en debate la concepción antropológica de la modernidad y con ello, sobre todo, de las consecuencias de la revolución industrial. Paradigma que día a día agota un poco más su pólvora.

Fuentes: Blog del Proyecto Lemu - 25 de Diciembre de 2019
http://www.opsur.org.ar/blog/ - Ecoportal.net

Ravé, el violín mbya guaraní




Para construir el RAVÉ, se cava con machete y cuchillo, con mucha delicadeza. Pero hay que hacer una oración para que tenga buen sonido. Tiene que pedir al Dios Todopoderoso, Ñande Rú Eté Tenondé (Nuestro Padre Primero y Ültimo), para que su sonido sea bueno. Se pide en oración porque la madera se sacó viva... del verde se sacó. Y para que no se muera, a través de la oración la dejó viva por los sonidos.

Antonio Morínigo 

Investigación: Zulma Mónica Pittau "El rabel entre dos culuras" 

Fotografía: Jason Rothe - Aldea Katypyry en San Ignacio (Misiones-Argentina)


martes, 24 de diciembre de 2019

Derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano...


La primera mbya de Fortín Mbororé en obtener título terciario ya tiene trabajo

A partir de la nota de PRIMERA EDICIÓN, desde la Fundación del ITEC se hicieron las gestiones para que la chica tuviera su entrevista laboral en El Fortín de Iguazú. Todo salió bien y comenzó a trabajar el viernes .



Una semana llena de emociones con un cierre de película tuvo Eliana Pereyra, quien se convirtió en la primera mujer mbya de la Aldea Fortín Mbororé en obtener su certificado de finalización de estudios superiores. Tras conocerse detalles muy emotivos de su esfuerzo y el apoyo incondicional de su abuelo, a través de la nota de PRIMERA EDICIÓN, ella también había manifestado que buscaba trabajo.
Así las cosas, desde la Fundación del Instituto Tecnológico de Iguazú (ITEC) que preside el Ministro de Turismo, José María Arrúa, y el Rector de ese instituto educativo, el doctor José Belloni, se propusieron hacer las gestiones para que la muchacha tuviera una entrevista laboral en el establecimiento El Fortín de Iguazú situado en el área Cataratas.
“El acompañamiento a Eliana, nuestra flamante Técnico Superior Cocinero Profesional lo hicimos como Fundación, mediante un contacto con las empresas con las que normalmente hacemos las pasantías, en este caso El Fortín SRL, desde donde se interesaron en contratarla”, dijo Belloni a este Diario.
“Fuimos con ella a la entrevista, para que se sienta acompañada, e inclusive recorrimos el establecimiento: salón, cocina y demás. Al día siguiente me llamó el gerente de la empresa para contarme que Eliana fue incorporada al plantel desde el mismo viernes 20”, manifestó con orgullo al exhibir fotos de la chica uniformada y trabajando.
El Fortín SRL es una empresa con fuerte responsabilidad social y empresaria, ya que aparte de la acción para incorporarla al mercado formal de trabajo apadrinan a estudiantes de escasos recursos con becas para que puedan seguir estudiando y que el dinero no sea un impedimento para subir en la escala social.
“Nosotros tenemos convenios con la empresa para que nuestros alumnos puedan realizar sus pasantías en ese establecimiento y de acuerdo al desempeño que demuestran, también tienen la chance de conseguir empleo allí una vez finalizados sus estudios”, remarcó.
El ITEC Iguazú cuenta con una amplia oferta educativa en el nivel secundario y terciario.
“A todos nos gustan los finales felices, y éste es uno, porque el esfuerzo da sus frutos. Linda noticia para comenzar el viernes”, fue la dedicatoria que le hizo a Eliana el ministro de Turismo de la provincia, José María Arrúa a través de su cuenta de Twitter.
Pese a que otros cuatro miembros de su comunidad se inscribieron con ella a la carrera, Eliana se convirtió en la primera mujer de Fortín Mbororé en finalizar sus estudios superiores en el ITEC de Iguazú por medio del Programa de Responsabilidad Social Empresarial.
Aunque sus compañeros fueron desistiendo de completar los estudios, ella siguió adelante gracias al fuerte estímulo de su abuelo, quien la crió desde los 8 años, al quedar huérfana y le pidió que se “convierta en un orgullo para su comunidad”.
“Ella se esforzó el doble”
El docente de Eliana Pereyra en dos materias troncales (Prácticas Profesionales y Costos), Sebastián Calgaro, quien además es el coordinador de la carrera de Cocineros, hizo una breve reseña del paso de la chica por el ámbito educativo.
“No es fácil, sobre todo para la mujer mbya formarse y por eso para nosotros es un gran orgullo que haya finalizado, pese a las dificultades que se le presentaron, por ejemplo las barreras idiomáticas para aprender de grande y sin base el Francés”, resaltó sobre sus desafíos.
“En la parte de cocina o las prácticas para ellas fueron etapas satisfactorias porque de hecho fue posible unir sus conocimientos gastronómicos originarios con otros del mundo, y pudimos aprender de ella”, se enorgulleció Calgaro.
Fuente: Diario Primera Edición (Posadas-Misiones) - 23 de Diciembre de 2019

Pirotécnia: Un mural concientiza sobre el uso de la misma...



Con la consigna #menos ruido más amor, los integrantes de Acción Poética Salta, la gente de Madres TEA (Trastornos del Espectro Autista) Salta y los militantes de las asociaciones protectoras de animales se unieron para realizar un mural advirtiendo sobre las nefastas consecuencia del uso de la pirotecnia durante las fiestas de fin de año.
Los diversos grupos se unieron para manifestar su malestar por el abuso de la pirotecnia mediante el arte. Utilizaron un muro de barrio Los Pinares.

El uso de pirotecnia no solo es cuestionado por los riesgos de quemaduras graves -que sobre todo pueden afectar a niños y niñas-, sino también porque su impacto sonoro genera consecuencias negativas en la salud de las personas que sufren autismo y otros cuadros asociados al sistema nervioso central.
“Este es el segundo mural que tenemos con las mamás de TEA Salta. El primero está en el Paseo de los Poetas. Estos murales son especiales, por eso están pintados en azul”, dijo Nora Fernández, referente de Acción Poética Salta.
A la frase la eligieron las mamás
“Nuestros niños tienen una hipersensibilidad auditiva, lo que les provoca dolores en el cuerpo, taquicardias, convulsiones y también se puede llegar al autoflagelamiento”, dijo Eliana González, que es mamá de 4 hijos, de los cuales tres son varones con autismo.
Y la lucha es despareja. “Hicimos cosas increíbles para las fiestas. Nos vamos a dormir a las 11, le ponemos algodón en las orejas, atamos las cabezas con toallas y nos metemos todos juntos a la cama como un consuelo”, dijo Eliana, que comparte el día a día con Pablo, el papá de los niños. Es inconmensurable el daño que provoca tirar un petardo.
Graciela Gijón es la dueña de la pared en donde se escribió el mural. “Desde hace 8 años que venimos funcionando como una organización de madres y algunos padres para concientizar sobre las consecuencias de los fuegos artificiales. Esa tarea es la que nos lleva por las escuelas y distintas instituciones para ofrecer talleres. No los damos nosotras, sino que llevamos neurólogos a quienes les agradecemos por su ayuda desinteresada”, dijo Graciela.
Ya están armando la agenda para el ciclo lectivo 2020,por lo que las instituciones interesadas pueden llamar a Eliana al 0387 155213180.
Por otro lado, las madres están agradecidas con la Municipalidad capitalina. Desde la Intendencia aseguran que continúan realizando controles para hacer cumplir la ordenanza que prohíbe la venta de pirotecnia sonora. La Municipalidad recordó que se encuentra a disposición de los vecinos el 0800-555-6864 para realizar denuncias sobre espacios que no cumplan con la normativa.
“Pinares ya pertenece a Cerrillos. Le pedimos a la intendenta que haga algo para bajar el uso de pirotecnia”, dijeron.

Fuente: Diario El Tribuno (Salta - Argentina) - 23 de Diciembre de 2019